2 de mayo de 2024 (EIRNS) — La Administración para el Control de Drogas (DEA) del gobierno de Biden anunció que contempla reclasificar el cannabis de una droga de la “Lista I” a una droga de la “Lista III”. Como destaca un artículo de NBC, "al reclasificar el cannabis, la droga sería ahora estudiada e investigada para identificar beneficios médicos concretos, abriendo la puerta a que las compañías farmacéuticas se involucren en la venta y distribución de marihuana medicinal en los estados donde es legal”. El artículo del portal de NBC News señala que se trata ahora de una "industria" de $34.000 millones de dólares, aunque esa cifra sólo se refiere solo al lado legal de la operación, ya que el lado ilegal a nivel internacional es de un orden de magnitud mayor. 

Políticamente, Biden cree que puede utilizar esto para ganar las elecciones de noviembre. Como señaló el diario británico Financial Times el 30 de abril, "la revisión de la clasificación de la marihuana ha surgido como una prioridad política para el Presidente Biden en los últimos meses en su lucha por apuntalar el voto de los jóvenes antes de las elecciones de noviembre que le enfrentarán a Donald Trump". En otras palabras, si los jóvenes protestan contra el genocidio de Gaza, dales un poco de marihuana legal para que fumen y se tranquilicen. 

Al mismo tiempo, los especuladores financieros internacionales que siempre han favorecido la legalización de las drogas están trabajando en otro ángulo esencial: legalizar los flujos de dinero de la droga. Esta es la especialidad del senador Chuck Schumer. Financial Times informó que Schumer "aplaudió la medida [de la DEA] el martes. ‘Es una gran noticia que la DEA reconozca por fin que las leyes restrictivas y draconianas sobre el cannabis tienen que cambiar para ponerse al día con lo que la ciencia y la mayoría de los estadounidenses han dicho alto y claro’, dijo". El artículo de NBC News añadió que Schumer también declaró que "está 'firmemente comprometido' a seguir adelante tanto con la Ley Bancaria SAFER como con el proyecto de ley demócrata para eliminar por completo el cannabis de la Ley de Sustancias Controladas. ‘El Congreso debe hacer todo lo posible para poner fin a la prohibición federal del cannabis y hacer frente a los daños de larga data causados por la Guerra contra las Drogas’, dijo". La mentada "Ley Bancaria de Regulación Segura y Justa “ (SAFER, por sus siglas en inglés), lo que hece es básicamente legalizar el blanqueo de dinero de la droga, es decir, hacer posible que las transacciones financieras de la "industria del cannabis" crucen las fronteras estatales sin ninguna sanción jurídica. Schumer la aprobó en su Comisión Bancaria del Senado por 14 votos a favor y 9 en contra y quiere someterla a votación en el pleno lo antes posible. Al menos tres republicanos han votado a favor y Schumer planea conseguir muchos más republicanos "monotemáticos" añadiendo a su proyecto de ley bancaria una cláusula, en virtud de la cual se permita a los consumidores de cannabis comprar y conservar armas de fuego. 

Kevin Sabet, presidente y director ejecutivo del provechoso grupo antilegalización de la marihuana Smart Approaches to Marijuana o SAM (Enfoques inteligentes hacia la marihuana), dijo que la decisión de reclasificar la marihuana "será devastadora para los niños de Estados Unidos, que serán bombardeados con atractiva publicidad y promoción de productos de marihuana aptos para niños”. 

"El único ganador aquí es la industria de la marihuana, que recibirá una nueva exención fiscal y ampliará así sus márgenes de ganancia", dijo Sabet. "Reclasificar la marihuana como droga de la Lista III transmitiría el mensaje de que la marihuana es ahora menos adictiva y peligrosa que nunca. En realidad, la marihuana actual, altamente potente y súper fuerte, es más adictiva y está relacionada con la psicosis y otras enfermedades mentales, la pérdida del coeficiente intelectual y otros problemas”. 

Sabet señaló además que la decisión del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés)  "tachó información esencial sobre su proceso interno y limitó intencionadamente cualquier transparencia". El HHS ignoró volúmenes de datos e innumerables estudios científicos que relacionan el producto psicoactivo de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC), con la adicción, la psicosis, la esquizofrenia, la depresión, la ansiedad, los pensamientos suicidas y la pérdida de cognición mental.