Executive Intelligence Review (www.larouchepub.com/spanish)
Boletín de prensa. De circulación inmediata
Para mayor información llame a:
Gretchen Small (703) 777-9451, ext. 272

¡La prioridad es que Cheney tiene que irse!, dice LaRouche

19 de octubre de 2005

(EIRNS)—El Comité de Acción Política Lyndon LaRouche (o LaRouche PAC) emitió el siguiente comunicado el 17 de octubre, sobre los comentarios que hiciera el estadista de talla mundial Lyndon LaRouche en una presentación el 12 de octubre, sobre la imperiosa necesidad de botar al maquiavélico vicepresidente estadounidense Dick Cheney del gobierno. Esto, casi una semana antes de que se hiciera ya abiertamente público el escándalo de que Cheney ha mentido, conspirado y actuado para imponerle al mundo su política de guerra permanente a toda costa. A continuación reproducimos, íntegro, el comunicado de LaRouche PAC.

El estadista y dirigente demócrata estadounidense Lyndon LaRouche subrayó, en respuesta a una pregunta que le hicieron el 12 de octubre sobre las perspectivas del próximo Gobierno de Alemania, que la destitución del vicepresidente Dick Cheney de su cargo en Estados Unidos no sólo es el factor que determinará la situación ahí, sino en el mundo entero. El intercambio tuvo lugar durante la presentación que LaRouche realizó por internet ese día desde Washington, la cual contó con interpretación simultánea al español y aún está disponible en www.larouchepac.com/spanish. LaRouche dijo:

"Todo el mundo sabe que, en tanto siga imperando la política de Bush y Cheney, ¡EU no tiene la menor posibilidad! Todos saben que ha llegado la hora de botar a Cheney, si queremos tener una economía estadounidense.

"Todas las condiciones, las condiciones para persuadir a Cheney de irse, todas menos una, están dadas. Porque queremos que Cheney salga, no queremos tener que esperar a enjuiciarlo. Queremos que renuncie. Para hacerlo renunciar, tiene que ser a iniciativa de los republicanos, con apoyo de los demócratas. Porque tendremos que hacer alguna suerte de acuerdo, no uno corrupto, sino uno bueno. Tendremos que pensarlo. El presidente en funciones es un idiota, un idiota perverso y mezquino. Pero es un idiota que quizás, la mayoría de las veces, no sabe el significado de las palabras que pronuncia. Ésa es una dura realidad. Y, aparte de su déficit intelectual, carece de la capacidad emocional para entender tales palabras.

"Pero el problemón es Cheney. Por ende, el objetivo, si quieres salvar a EU, es que tienes que precipitar la expulsión de Cheney del gobierno, pero ya. Si nos apegáramos al procedimiento que seguimos en el caso de Nixon, los demócratas y los republicanos concordarían en que esto de botar a Cheney le corresponde principalmente a los republicanos. Algunos republicanos ilustres tienen que ir con Cheney y decirle: 'El Presidente quiere que renuncies por el bien del país'. A lo mejor eso, de abordarse de forma adecuada, podría instigarlo a renunciar. Porque, en cuanto se proponga, entonces los demócratas podrán apoyar a los republicanos porque necesitarán una solución bipartidista a este desastre. Tendrás un cambio bipartidista de orientación. ¡Y será una orientación sin DeLay!

"Eso quizás signifique que terminaremos con un vicepresidente demócrata, a fin de que un presidente republicano remplace al que tenemos en funciones, quien a lo mejor decidirá irse a criar puercos a Crawford como un mejor modo de subsistencia para él. Y que su esposa cuente chistes sobre lo que haga con los puercos.

"Por tanto, en cierto sentido necesitaremos un acuerdo bipartidista para un momento de crisis, cuyo precedente son los acuerdos a los que se llegó con Roosevelt en ciertos asuntos, como poner en vigor el Seguro Social, o la forma de abordar los preparativos o los problemas de la guerra. Ese Roosevelt encontró a ciertos republicanos que, en esas circunstancias, cooperarían con su Gobierno para que lo que se tenía que hacer pudiera hacerse. Ahora estamos en un período en el que los republicanos normales —o sea los de dos piernas, a diferencia de otra cosa—, en el que esa clase de republicanos, junto con los demócratas, en particular los que están en el Senado, tendrán que llegar a alguna suerte de acuerdo viable, que sería del tipo 'vive y deja vivir', pero por el bien común del país.

"Si ese proceso avanza, si hay indicios de que Cheney está cada vez más de salida, entonces el grupo de Merkel, que es la turba neoconservadora y la de Blair, se verá en problemas en Europa. Hay fuerzas del Partido Laborista, así como del Partido Conservador, que tienen a Blair en la mira. Y si ven la oportunidad de botarlo, lo harán, y a su política también. Porque consideran una amenaza su política, y las de Cheney.

"Así que, tienes una situación en la que eliminar el factor Cheney, o la percepción de que Cheney dirige la función aquí, cambiará la política en Alemania, y también en Gran Bretaña y en toda Europa.

"Por tanto, botar a Cheney de inmediato o dar la percepción de que es seguro que va de salida bastará para lograr eso. Por otro lado, si nos convencemos pronto, y a Europa, de que Cheney y sus políticas van de salida, y de que lo que representan va de salida —que saldremos de Iraq como es debido—, entonces la política de EU tenderá a coordinar a Europa y a la política europea de conformidad. Y todo está dispuesto para generar esa clase de efecto".

LaRouche reviró la pregunta de otra persona, sobre la responsabilidad específica del Congreso en el caso de Valerie Plame, el cual ahora está convergiendo en el despacho de Cheney: el Congreso debe observar su responsabilidad constitucional y empezar de arriba a abajo, como en la decisión de declarar la guerra; debe revisar dónde comenzó en realidad este asunto en el 2002. LaRouche explicó:

"Yo diría, para regresar al meollo aquí, que lo primero que habría que ver es, ¿de dónde viene el verdadero génesis de esta operación contra Valerie Plame? ¿Qué no vino antes de que Joe Wilson publicara un artículo? ¿No vino de su informe al sector de inteligencia? ¿No está ahí el génesis? ¿Qué no estaba alguien enojado, como Cheney, porque él, que fue el responsable de esta guerra en Iraq —no fue Bush, fue Cheney—, estaba muy molesto con Joe Wilson porque puso en peligro sus intereses privados al decir que el cuento del óxido de uranio era falso? Y, ¿no estaba Cheney armando ya el tinglado para agarrar a Joe Wilson por esto, y silenciar a la CIA con esta suerte de proceso?"

<<Página Anterior