Escritos y discursos de Lyndon LaRouche


En histórica visita a México
LaRouche conversa con jóvenes larouchistas mexicanos

El 4 de noviembre, durante su tuvo su primer encuentro personal con el movimiento mexicano de juventudes larouchistas en dos décadas. Treinta y nueve jóvenes viajaron de Monterrey, Guanajuato y la ciudad de México a Saltillo para reunirse con LaRouche: 26 de la vecina ciudad de Monterrrey, 5 de la ciudad de México, 5 de Guanajuato y dos de Los Ángeles, California, Estados Unidos. A continuación aparecen las palabras de bienvenida que pronunció Marivilia Carrasco, presidenta del Movimiento de Solidaridad Iberoamericana (MSIA) en México, seguidas del discurso inicial de Lyndon LaRouche. Posteriormente publicaremos el intercambio que LaRouche sostuvo con los jóvenes.

Marivilia Carrasco: Quiero darles la bienvenida a lo que constituye una ocasión histórica. Lyn, no sólo ha entregado su vida a una misión universal, se ha puesto, además, al frente de todas aquellas fuerzas en el mundo que tengan la valentía y la determinación de parar el gran desastre creado por las políticas del Fondo Monetario Internacional, una crisis que puede dar en una nueva edad oscura, y en el fin del Estado nacional y de cualquier forma civilizada creada en los últimos 500 años. El nombre de Lyndon LaRouche es memorable en México; cautiva a los patriotas mexicanos y provoca el temor de los amigos de la oligarquía internacional. Es la primera vez que logramos tener a Lyn después de 20 años, desde 1982, cuando escribió Operación Juárez, obra que inauguró un época cuando la oligarquía amenazó la existencia de la nación mexicana, y con ella, a todas las naciones de Iberoamérica. Desde entonces, por órdenes de Henry Kissinger, Lyndon LaRouche no había podido regresar al territorio mexicano. Estamos de fiesta por esta oportunidad, y queremos que no sea la última. Quiero pedirles que hagan un esfuerzo y empleen lo mejor de su inteligencia para aprovechar un diálogo que hace hincapié en el papel del individuo en la historia. Se requiere de ustedes una aptitud especial. Esta reunión es parte de un esfuerzo encabezado por LaRouche para conformar un movimiento internacional de juventudes.

Tuvimos una reunión internacional en Guadalajara a mediados de agosto, en la que participaron tanto Lyndon H. LaRouche como el ex presidente José López Portillo, donde surgió la idea de un foro mundial fundamentado en las ideas de LaRouche y su liderato, el Foro de Guadalajara, que es la idea cuyo tiempo ha llegado. Podemos construirlo como la alternativa a los foros dominados por la oligarquía: el Foro de Davos y el Foro Social Mundial. El Foro de Guadalajara defiende la existencia del Estado nacional en la tradición republicana humanista que Lyn ha mantenido con vida.

Esta sí es una ocasión especial

LaRouche: Gracias, Mari. Para mí esta también es una ocasión especial. En octubre de 1982, en los momentos más álgidos de la crisis mexicana, Henry Kissinger visitó la ciudad de México para ordenar que se aplastara a México. Lo que Kissinger le dictó al gobierno entrante de México era que "Lyndon LaRouche nunca debe regresar aquí. No permitiremos que regrese". ¡Pero aquí estoy! (aplausos).

Entre otras cosas que seguramente les han informado de mí, es que yo amo al mundo, y estoy muy activo en varios asuntos. Pero entre las cosas que he iniciado hay algo bastante novedoso: la creación de un movimiento internacional de juventudes por el que asumo responsabilidad personal. La razón por la que tengo que asumir la responsabilidad, es que no hay gente de mi generación con la capacidad de hacerlo, aparentemente, en ningún lugar del planeta. Y la razón es simple. Es una asunto generacional.

Pero es peor aún. La generación que gobierna hoy en casi todas partes del mundo, es una generación que llegó a la adolescencia después de 1963. Cursó su educación secundaria y preuniversitaria después de la crisis de los cohetes en Cuba de 1962, del asesinato de Kennedy, y de que estallara la guerra en Indochina. Ahí ocurrió un cambio cultural en las Américas y en Europa. Fue un cambio cultural progresivo, en el que el papel de EU como la nación más productiva del mundo cambió, y degeneró en una sociedad decadente de consumidores. Estados Unidos ya no produce sus propios productos. Contrata a los mexicanos y a otros como esclavos; se les paga a los trabajadores para que sobrevivan, pero no para que sostengan a sus familias. Y esto ocurre en las Américas y en Europa.

La generación de mediados de los 1960 se basaba en la producción. Hasta fines de los 1970, los líderes mexicanos pensaban en la producción. Se contemplaba usar los ingresos de PEMEX para comprar tecnología y transformar al país. Bajo José López Portillo, había planes para desarrollar las costas y otras partes del país, para contar con fuentes energéticas. Había planes para llevar el agua del sur de México, por las costas, hasta el norte del país, a regiones como Sonora, para ampliar la agricultura. Había planes para ampliar los ferrocarriles, que estaban desintegrándose.

Pero se dieron dos pasos que impidieron que esto procediera. En 1971, cambió el sistema monetario a uno de tipos de cambio flotantes; teníamos un sistema de tipos de cambio fijos, en el que podían extenderse créditos de largo plazo a tasas de interés de 1% y 2%. Pero con el tipo de cambio flotante, esto resulta imposible. Y México, usando los ingresos del petróleo, quiso resistir esa política, pero lo aplastaron. Primero Kissinger, como secretario de Estado, y también como jefe del Consejo de Seguridad Nacional; él fue el verdadero Presidente de EU de 1968 a 1977. Y luego, el sucesor de Kissinger como dictador de Washington, Zbigniew Brzezinski. Brzezinski le ordenó a los japoneses y a México que abandonaran los acuerdos de intercambiar petróleo por tecnología. Esta también fue una medida para aplastar al Japón, que dejó de ser un exportador de tecnología a los países en desarrollo. En vez de eso, Japón tendría que exportarle productos electrónicos baratos a EU.

La generación que maduró entonces, es decir, la generación de sus papás, ya no tenía los valores de la sociedad industrial, y cada día se aceptaba más y más la idea de menos industria y más servicios; la sociedad de las maquiladoras, de las computadoras. Estos cambios trasformaron los valores. En Europa, y en todas las Américas, existe la ideología de los últimos 25 años, que es la ideología de la sociedad de la información. La gente en los gobiernos y en las universidades tiene la mente muerta, porque ha aceptado la idea del consumo y no de la producción.

Por lo tanto, le han creado a ustedes, a su generación, una situación en la que no tienen futuro. Son ustedes una generación sin futuro, porque ya no se les educa para una sociedad productiva, para producir acero, para producir alimentos. Se les educa para hablar. Para recitar sociología: "Yo produzco sociología", o "yo produzco entretenimiento"; esos bailes rarísimos, después de los cuales uno no sabe si caminar o salir en cuatro patas.

Pero miren a su alrededor y verán que las maquiladoras están muriéndose. Por ejemplo, la maquila en China está cayéndose porque los chinos se dan cuenta que ya no existe el mercado norteamericano para sus baratijas. Hay una caída del 50% en esas exportaciones chinas al resto del mundo. Japón se encuentra ineluctablemente en bancarrota. El sistema bancario es como un cadáver que deambula por la calle, que nadie lo entierra. Con pocas excepciones —principalmente los países del sureste asiático— está en decadencia.

Toda la sociedad de la informática se desploma. Así que, ¿adónde está su futuro? Los de su generación no son estúpidos. Por un lado tratan de negar la realidad, no porque no se den cuenta, sino porque prefieren pretender que sí tienen futuro. La generación de sus papás sueña con su pasado, con los 1960 y los 70. Cuando tratan de hablar de esto con ellos, no hay conexión, no los escuchan. Así que ustedes se desesperan porque nadie los escucha. "Nadie está dispuesto a hablar de lo que nos preocupa, de que no tenemos futuro". La generación que ostenta la autoridad no está dispuesta a enfrentar la realidad.

Pero ustedes van a vivir otros 50 o 60 años, o más; ¿qué tipo de futuro tienen? Esta es la pregunta primordial que les aqueja a ustedes.

Los contadores no saben de economía

En la economía y en la sociedad hay un rasgo característico. Hay que agarrar a los contadores y encerrarlos; van a querer interrumpir a cada rato. Un contador es alguien que no sabe nada de economía. Los contadores son una bola de ladrones. Producen mentiras.

Para medir la economía se emplea otra pauta distinta a la de los contadores.

¿Somos monos? Eso piensan los contadores. Pero la diferencia es que los seres humanos no somos monos. Si así fuera, la raza humana nunca habría excedido una población total de unos cuanto millones de habitantes. Pero hoy día la población humana se calcula en 6 mil 200 millones de habitantes; cinco o seis órdenes mayores de magnitud que lo que podría lograr un mono superior. Por tanto, esa es la diferencia entre los animales y los seres humanos.

¿Cuál es la diferencia? Probablemente sepan que en mi esfuerzo de organizar el movimiento de juventudes hace algunos años, se me planteó la pregunta sobre qué hacer para lograr una educación universitaria; porque la mayoría de los programas de estudio no sirven para nada, aunque técnicamente parecen adecuados, pero el contenido no sirve. Por ejemplo, el propósito de la educación en EU se centra en preguntas con respuestas múltiples predeterminadas. Estos exámenes se emplean para determinar el nivel de conocimiento del estudiante. En EU se ha hecho costumbre que si los estudiantes obtienen malas calificaciones, empiezan a protestar porque van a reprobar. Entonces se empiezan a reducir las exigencias de los exámenes para que las pruebas se simplifiquen cada vez más. Se aumenta la calificación reduciendo la dificultad. Entonces, se aumenta la calificación aumentando la estupidez de los estudiantes.

Pero ese no fue el mecanismo con el que la especie humana logró aumentar su población por varios órdenes de magnitud.

La diferencia no es cuantitativa, sino cualitativa. Lo que caracteriza al ser humano no es algo que pueda hacer un animal. El animal es capaz de aprender, pueden repetir, que es lo mismo que se le enseña a un estudiante en la universidad para salir aprobado de un examen con respuestas predeterminadas. Me temo que dentro de poco los monos podrán aprobar los exámenes que hoy dan en la universidad. Pero la característica del ser humano no es un rasgo que se tome en cuenta en la educación de hoy.

¿Qué característica debe tener el ser humano, que le permite pasar de unos cuantos millones de personas a 6 mil millones de habitantes sobre la faz del planeta? Es la capacidad, no sólo de descubrir principios físicos universales, sino de preparar a otros para reproducir dichos descubrimientos. Ese es el método clásico de la educación humanista. No pueden comprenderse los logros de Arquímedes aprobando exámenes de opción múltiple. Uno debe pasar por la experiencia del descubrimiento. La forma en que ocurre esto es hacer que un grupo, digamos de 25 estudiantes, responda al reto de resolver el mismo problema que enfrentó Arquímedes.

¿Por qué funciona eso? Porque surgirán varias ideas, y podrán discutirse esas ideas entre el grupo. Y si hay un buen profesor, el profesor ayudará a orientar la discusión. No a resolverle el problema al estudiante, ni a decirle cuál es la solución, sino a ayudarle a revivir el proceso del descubrimiento original. Es lo mismo que ocurre en una familia donde se entiende este principio de conocimiento, en el que lo padres ayudan a que los niños adquieran su propio conocimiento de la verdad.

Ahora, tomemos el caso de México. Todavía tienen aquí mucha gente pobre y sin educación, analfabeta o semianalfabeta. ¿Cómo van ustedes a elevar el nivel de vida de esa población? ¿Con tecnología? No exactamente. Veamos al campesino pobre. ¿Cómo logramos que el hijo de un campesino pobre se convierta en un científico? Debe proveérsele, a través de la sociedad, por medio de la educación universal de la sociedad, la capacidad, no sólo de asimilar conocimientos, sino cómo puede él lograr crear nuevo conocimiento. Esa es la historia de la humanidad.

Una generación de gente pobre, ¿cómo logra esa generación transformarse? Se mejora la condición de los niños de la familia por medio de la educación. Y se orienta a la sociedad para que esté en condiciones de asimilar los nuevos logros del conocimiento. Se empieza con una generación de gente pobre, y dos generaciones más tarde puede lograrse una nación moderna y poderosa. Lo que hagamos hoy se medirá en los logros que tengan los nietos de esta generación presente.

El contador no registra estos hechos cuando produce un informe de una empresa o de un país.

Ustedes enfrentan ese problema. Sus papás, aquí y en casi todo el mundo, se han rendido. Tratan de cambiar su opinión, y les dicen: "Pero, nuestra opinión es nuestra identidad". Así que su tarea es cambiar a sus padres. Ustedes no pueden controlar directamente a la sociedad. Pero como ustedes son el futuro de la generación de sus papás y de sus abuelos, ustedes los controlan, porque ustedes son el futuro de ellos. Cuando ustedes se mueven, eso los compele a ellos a cambiar. Y esa es la verdadera política y la verdadera economía. Esa es la misión de un movimiento de jóvenes. Debe ser una universidad móvil, porque el problema, el problema que tienen dentro o fuera de las universidades, es la banalidad. Es una enfermedad terrible de banalidad. ¿Dónde queda la identidad en esa banalidad?

Liderato e inmortalidad

¿Arquímedes es inmortal? Hagamos la misma pregunta de otra forma: ¿Las ideas de Arquímedes forman parte integral de los logros de la sociedad moderna? Eso quiere decir que las ideas de Arquímedes existen porque alguna persona ha reescenificado sus ideas, que es lo mismo que darle vida en sus propia mente a dichas ideas.

Lo que ello significa se encuentra en el arte, la ciencia, la escultura clásica de la Grecia antigua. La vida del autor, del escultor, vive en la mente de la persona que aprecia dicha obra escrita, esculpida, etc. Es lo mismo con las grandes obras de teatro clásico.

La transmisión de ideas de una generación a otra es lo esencial, porque todos morimos. Así que si todos morimos, ¿cuál es el interés propio? Lo importante es lo que hacemos con nuestra vida.

Tomemos del caso de nuestro amigo López Portillo. Él es típico de un estadista mexicano que tiene el sentido de la inmortalidad. Él es un verdadero estadista, a diferencia de un mero político. La gente puede elegir a un payaso, pero no puede crear a un estadista. Un estadista es su propia autocreación. El voto no crea al estadista. Desearlo, no hace que un zorrillo sea alguien. Puede elegírsele, puede pedirse, se puede hablar con un estadista, pero nada de eso crea al estadista. No puede hacerse un estadista por el voto. La gente escoge payasos

¿Qué es un verdadero estadista? ¿Debe pensar en la opinión popular? Un estadista encarna los poderes ejecutivos del estado mientras ocupa ese cargo. Se convierte en la conciencia de la nación. "No haré nada que avergüence a las generaciones futuras. Soy responsable ante los nietos de quien me eligió". Como Solón, que atacó a los corruptos atenienses por sus ideas erróneas. La idea de una república existe hoy en gran medida por el poema escrito por Solón en su vejez, donde critica a los ciudadanos de Atenas por su degeneración. No tuvo éxito, pero logró plantear un reto e influenció a las generaciones futuras que construyeron la Grecia clásica. Así que el estadista tiene que ser la conciencia de la nación. Debe despertar dentro de sí mismo esa capacidad. De forma que nadie es dueño de esa persona. Como las generaciones futuras, las que no han nacido aún, son las más numerosas, automáticamente tienen un voto mucho mayor.

Ustedes ya pasaron por la adolescencia. Son jóvenes adultos. La definición de alguien loco, es un adulto de 25 años que actúa como un adolescente. Ya sobrevivieron la daga de la adolescencia. Lo que ahora requieren del liderato y del gobierno es la idea clara, la idea que debe tener en mente el gran estadista. Por esa razón, principalmente, se debe estudiar a los clasicos. ¿Cómo se sabe qué es la verdad? ¿Por el hecho de que todos los amigos digan que ésa es la verdad? ¿Qué harán ustedes para cambiar a sus amigos? A no ser que tengan la idea de qué es la verdad, la idea de qué es un estadista, que es uno de los temas centrales de los diálogos de Platón. Por ejemplo, el caso de la muerte de Sócrates, ¿por qué Sócrates no escapó de Atenas y, de esa forma, también de la muerte? Se le ofreció el exilio de parte del gobierno fascista del partido demócrata de Atenas. Pero no lo aceptó, y optó más bien por tomar el veneno. Lo hizo porque no iba a traicionar a su nación.

¿Qué hizo Juana de Arco?

Esta joven campesina, con una educación muy interesante, fue ante el Rey de Francia a decirle que no era un verdadero rey. "Vengo de Dios a decirte que tienes que ser un verdadero rey". Y ella murió por esa causa. Y la valentía y la ejecución de Juana de Arco permitió la creación de uno de los primeros Estados nacionales bajo Luis XI. Su caso, que reposa en los archivos del Vaticano, ayudó a la creación del Renacimiento del siglo 15. Esta es la cualidad que Schiller describe como lo sublime. La cualidad del individuo que reconoce su mortalidad, pero en vez de aferrarse a su mortalidad como si fuera el valor supremo dice, como Jesucrito lo cuenta en la parábola de los talentos: "Mi vida es un talento cuya importancia radica en lo que hago con dicho talento".

No malgastes la vida en algo que no valga la pena. No desperdicies tu inmortalidad. Porque si eres una persona buena, nunca mueres en el espacio y el tiempo. Porque lo que hiciste como ser humano bueno perdura en el universo para siempre, como una contribución a ese universo. Y en eso consiste tu inmortalidad; nunca mueres. En cambio, si eres un mono dominado por el placer y las opiniones de los otros monos, no tienes alma, y la desperdicias como si la tiraras al basurero. Un movimiento de juventudes debe tener esa característica. Debe ser ese tipo de movimiento. No de individuos como tales, sino de individuos que trabajan juntos, todos enfocados en los problemas de la sociedad.

Primero hay que llegar a la gente de su edad y aun más jóvenes, a los adolescentes. Porque saben la agonía de esa edad. La agonía no es la juventud, sino la carencia de identidad. Debemos vernos como si fuéramos los últimos de la tribu, y la tribu está por desaparecer. Esa es la agonía.

Debemos movernos, 6 ó 7 juntos, y llegarle a otros jóvenes, para conmoverlos, para generar optimismo sobre el futuro; y también despertar a los mayores, para que vean que el mundo se muere y que necesitamos que nos ayuden a salvarlo. Es una cualidad esencialmente espiritual. La gente joven tiene angustia porque sabe que son parte de una generación sin futuro. No quiere suicidarse, pero necesita ver a otros jóvenes que buscan y tienen una solución a este problema. Hay que reconstruir la sociedad.

Tengo una autoridad porque soy el economista más experimentado. A diferencia de otros, yo sí entiendo la economía. Sé que este sistema económico está muerto y también sé cómo salir de este problema. Así que tengo la autoridad de saber que sí hay una solución. El problema es la cuestión generacional. Hay que entender el sentido de que no hay futuro, para entender la relación entre las generaciones de la sociedad. Ustedes tienen que crear el futuro de sus nietos. La gente buena de la generación de sus padres y sus abuelos sabe esto, pero no tiene la valentía de hacer las cosas. Así que ustedes tienen que organizarlos a ellos.

En base a mi autoridad, sabemos cuál es la solución al problema de la economía, y eso es lo que significa un movimiento de jóvenes.

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