Escritos y discursos de Lyndon LaRouche

La juventud debe conocer su historia
LaRouche habla sobre el sinarquismo en México

El pasado 5 de julio Lyndon H. LaRouche sostuvo una conferencia telefónica con grupos de jóvenes reunidos en México, los Estados Unidos y Argentina, y dijo lo que sigue en respuesta a una pregunta.

La historia de México involucra problemas que tuvieron su origen en España, principalmente. El asunto era: ¿se tratará al pueblo de México como humano, o como ganado irracional, es decir, como bestia? ¿Los indígenas de México son humanos o no? Esto coincidió con un debate sobre si la gente de origen africano era humana o no.

Así que hubo una gran discusión a lo largo de toda la Nueva España y España, sobre el problema de la esclavitud y la servidumbre. Muchos sostenían, como en el caso de Cuba, por ejemplo, que si se trataba de un negro, era una bestia y podría ser tenido en propiedad y trabajado como bestia. Algo parecido sucedió en Brasil con la importación de esclavos africanos.

En México, el problema fundamental era el de los siervos, en el que los representantes del feudalismo — principalmente el feudalismo veneciano, ya que ellos crecientemente controlaron gran parte del destino de España a partir de 1492— trataban entonces de convertir a México a un sistema feudal como el suyo, en el que se formaron los grandes terratenientes, y la población mexicana se redujo a la servidumbre.

El problema era, entonces, en lo cultural, la degradación de la gran mayoría de la población de México a la condición de ganado humano, en lugar de ciudadanos.

Hubo una larga lucha en México a lo largo del siglo 19 en la que se lograron avances, como en el caso de Benito Juárez, por ejemplo, y la lucha en contra de los invasores, esencialmente fascistas, austraco–franceses de Maximiliano, prácticamente un sinarquista antes de la acuñación oficial del termino. Con la ayuda de los EU, que ordenó la salida de las tropas francesas de México, Maximiliano se quedó con sus voluntarios autriacos, esos Hapsburgo, y, por supuesto, fue derrotado.

La lucha de Juárez y la guerra en contra de las fuerzas invasoras, entonces, fue fundamenmtal para la historia de México.

Al llegar el siglo 20, vino la sucesión de revoluciones que tenían el impulso de guerras civiles, entre aquellos que defendian el estado latifundista y aquellos que querían un Estado moderno, lo que culminó con las llamadas "guerras religiosas" o insurrección cristera, orquestada desde el exterior, principalmente, por influencias sinarquistas de Francia y Alemania. El factor decisivo que esto introdujo, su peculiaridad, fue que el partido nazi tomó esos círculos en México que formaron al Partido Acción Nacional. Pero estos círculos fueron también desplegados a lo largo del hemisferio en operaciones de la internacional nazi, y siguen siendo una pestilencia aún hoy.

Nos encontramos en un momento en que el legado de la guerra cristera, especialmente el aspecto sinarquista de ésta, en la que Soustelle representa a la izquierda sinarquista, en cierto sentido, el sinarquismo que posteriormente intentó de asesinar a Charles de Gaulle. Y se tiene a la derecha sinarquista, los católicos que odian al Papa, usualmente dirigidos por William Buckley, en aras de los intereses petroleros de los EU y otros en México.

Así que México todavía padece de las heridas y divisiones de la guerra cristera aún después de varias décadas, divisiones que son explotadas por los enemigos de México para impedir el surgimiento de su propia identidad en tanto nación, una nación con un pueblo que no es ganado humano, sino que todos deban desarrollarse en un proceso de verdaderos ciudadanos independientes de una república.

De allí que, la función más importante, la función conciente de cualquiera que se desempeñe como dirigente de juventudes en México, debe ser conocer esta historia de México en el marco de la historia de la crisis de toda la Nueva España, de la historia de las Americas, y del mismo México hasta la actualidad.

Debemos de darle a los mexicanos, a los pobres, a los que trabajan en las maquiladoras, o los que simplemente buscan empleo entre los jóvenes desesperanzados, que no ven futuro para sí mismos y sus familias, debemos darles un sentido de identidad y esperanza, de que están construyendo una nación, que es su nación, libre del legado de los conflictos y guerras del pasado, con una concepto del hombre como el que planteamos anteriormente.

Eso no quiere decir que la gente tiene que comprometerse y firmar con sangre que está de acuerdo con tal línea política. Significa que ustedes tienen que representar el impulso de lo que se pretende, y luego verán que la gente los apoyará, la gente con la que pueden colaborar, que estará de acuerdo con ustedes al hablar de orientación política, aceptará esa idea como norte.

¡Queremos deshacernos de esta basura! De los problemas irresueltos del pasado. Queremos que los pobres mexicanos, los que murieron prácticamente como esclavos o siervos en siglos anteriores, que vean desde sus tumbas al presente y digan: "Por fin, por fin se hizo justicia". Entonces podremos creer, si nos vemos a nosotros mismos reflejados en los rostros de esos mexicanos muertos hace mucho, después de tantos sufrimientos, y que sonrien con aprobación por lo que hacemos hoy por el presente y el futuro del pueblo mexicano, entonces sabremos que estamos en lo correcto. Entonces somos dirigentes.