Escritos y discursos de Lyndon LaRouche

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La historia mundial galáctica de la humanidad, un comienzo:

LA EVOLUCIÓN EN NUESTRA ESPECIE

Por Lyndon H. LaRouche, Jr

Sábado 28 de julio de 2012

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En el transcurso de la última semana, el estruendo de una virtual avalancha próxima de cambios que se propagan para alejar el caos global, que se habían manifestado primero en círculos importantes del Reino Unido, ha llegado, como una especie de alud político, que se repitió está semana pasada, al interior de nuestro Estados Unidos de América. Dado que ciertos grupos prominentes del Reino Unido han lanzado de manera abrupta su iniciativa para alejarnos de las sombras amenazantes de destrucción global, a favor de un renacimiento de la ley Glass-Steagall, y dado que esa esperanza de un alejamiento de la fatalidad termonuclear se escucha ahora desde nuestro Estados Unidos, el poder de la humanidad para hacer un futuro ha dado lugar a un cambio maravilloso en círculos descollantes de nuestro planeta, un cambio que ahora se ha puesto en marcha.

¿Qué ocurrirá ahora realmente? Escucho el eco de la voz distante de nuestro Benjamin Franklin: Hemos ganado algo que parece estar en la vía del nacimiento de algo equivalente al nacimiento de un sistema de grandes repúblicas... Si somos capaces de mantenerlo. Nada está realmente asegurado hasta ahora más allá del nacimiento que aún está por ocurrir, pero... la humanidad nunca fue realmente bestia; somos, por naturaleza, un ser creativo, con el poder que ninguna otra criatura viviente conocida posee: el poder de recrear a nuestra especie en un nivel superior de creación al que nuestra especie jamás haya conocido antes. El futuro está dando nacimiento a una nueva humanidad; pero, ¿seguirá viviendo?

El primer trueno sobre el horizonte llegó con el anuncio de un compromiso a una reforma tipo Glass-Steagall que todavía retumba al interior de ciertos círculos significativos en el Reino Unido de Inglaterra, Escocia y Gales. Ese no es el final de ese cambio. Ahora, durante la semana en curso, ha resonado el eco de eso al interior de los círculos bancarios prominentes, y otros, de nuestro Estados Unidos.

Nada más está garantizado realmente. El niño ha nacido: la cuestión es, ¿seguirá con vida y crecerá? No obstante, ha sucedido algo grande; ahora, ese hecho no se puede eliminar del efecto de haber sucedido. En ese sentido, nosotros y nuestra descendencia debemos ser seguidores del gran Johann Sebastian Bach en el sentido de que ahora vamos a componer nuestro futuro. Esta es la distinción esencial de nuestra especie frente a las formas inferiores de vida, tales como las bestias.

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I. EL PRINCIPIO: LA HISTORIA DEL FUTURO

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Ha llegado el momento en que, debemos descartar la sugerencia necia, de que las generaciones sucesivas deben "descender" de sus padres. A veces sucede eso. No debe ser el límite previsto. Desafortunadamente, la gente tonta a menudo tiende a seguir la idea de una dirección descendiente de la historia.

El "descenso", en cierto sentido, sí predomina en la larga historia de la evolución de las otras especies vivientes distintas a la humanidad, según parece hasta la fecha. La humanidad, no obstante, constituye el diseño buscado de una especie, la nuestra, con una consecuencia diferente a la de las demás especies conocidas. Debemos, por lo tanto, dejar de comportarnos como si imitásemos a las bestias. Nosotros, los de la especie humana, debemos aceptar nuestra devoción asignada al progreso perpetuo, como si fuera del hijo de Dios, al descendiente declarado de ese hijo, no de la muerte, sino del renacimiento de la humanidad para una misión superior y más potente dentro de este sistema solar, y como algo superior dentro de esta galaxia a lo que hayamos conocido hasta este momento.

Eso no es un mero deseo. Es, en última instancia, el único principio que vale la pena conocer.

Los padres morirán; pero, por lo tanto, asegurémosles que, eso que hicieron durante su vida, no es necesario que se desperdicie, que cada uno de nosotros estamos dedicados a ser creadores, no desperdiciadores. Nuestro Sol actual tiene un límite supuesto para su existencia; pero, lo que debemos generar, mediante el progreso creativo de la humanidad, no se habrá desperdiciado, independientemente de cualquier otro cambio que pueda ocurrir. Estamos, y debemos estar, de aquí en adelante, dedicados siempre a tales misiones verdaderamente creativas como las que se han de clasificar como el deber de una humanidad dedicada al servicio de un Creador implícito, subyacente. Que se diga lo mejor de nosotros, que hemos tenido en verdad devoción a la misión de una creación perpetua.

Tal es el destino propio de la humanidad, una especie distinta a las demás que conozcamos al presente. Por lo menos de eso estoy personalmente seguro; por lo menos eso nos es accesible, si aceptamos que ese destino está en el futuro y es a él. Los humildes acontecimientos planteados ante nosotros mediante los actos de algunos dentro del Reino Unido, y dentro de ciertos círculos igualmente inspirados en nuestro Estados Unidos actualmente, nos presenta con la opción de un escape del particular tipo de infierno de locura que recientemente se ha apoderado de nuestras naciones, más destacadamente en las regiones transatlánticas.

Permítaseme, por lo tanto, plantear los aspectos de principios del caso citado de ese modo hasta aquí. Exploremos las implicaciones del sitio de Troya, que han perseguido tanto a la humanidad, por tanto tiempo, con relación a esa influencia inherentemente destructiva, a la cual se le identifica apropiadamente como el llamado "principio oligárquico".

"Más allá de Glass-Steagall"

En sus aspectos más escuetos, la práctica de la ley Glass-Steagall que se puso en marcha por primera vez bajo ese título, con el Presidente Franklin Roosevelt, ha sido una política que han necesitado con urgencia naciones individuales y grupos de naciones, pero no es un logro que se pueda completar en y por si misma. A lo sumo, la Glass-Steagall, como se logró en una gran medida exitosa bajo el gobierno del Presidente Franklin Roosevelt, fue solo un aspecto auxiliar necesario de un principio de banca nacional. Para que tenga éxito en su intención debida, debe ser un aspecto de un sistema de crédito nacional de banca y finanzas, dedicado a la realización de un principio de crecimiento físico-económico neto. En este respecto, la Glass-Steagall funciona mediante la creación de nuevas cantidades y cualidades de inversión física ampliada, y también, tasas de producto físico per cápita; medidas que aseguran el aumento neto del progreso físico necesario, per cápita y por kilómetro cuadrado, de toda nación y de la humanidad en general.

En los tiempos modernos presentes, la humanidad ha recibido un poder cualitativamente nuevo para existir dentro del rango de nuestro sistema solar, e implícitamente, más allá. La transición de la cualidad del poder de la humanidad dentro del rango de nuestra órbita planetaria, y también de la órbita planetaria cercana de Marte y más allá, nos ha presentado con el potencial inmediato, dentro del margen aproximado de una sola generación futura, de la utilización de la fusión termonuclear controlada. Esos órdenes superiores de energía, superiores a la misma fisión nuclear, le presentan a la humanidad poderes de creatividad mucho, mucho más allá de lo que la sociedad de hoy comprende en general.

Las opciones posibles en lo inmediato para la humanidad, en el transcurso factible del desarrollo de las generaciones ahora, cambiarán todo lo relativo a los poderes de la humanidad para existir establecidos hasta ahora; y para alcanzar roles más nobles dentro de nuestro sistema solar, y más allá. Es la ruptura de los límites de una tradición malentendida como si estuviésemos sentados en la Tierra, lo que ofrece ahora realmente el futuro actual a la humanidad como papel en la historia de nuestro sistema solar y más allá también. Debemos, a la vez, permitirnos reconocer y fomentar el destino superior que tenemos adelante, tal y como se le ofrece a la humanidad presente y futura, en las implicaciones de una debida aprehensión del significado de la Glass-Steagall, solo cuando esa práctica se ejemplifica de manera integrada a la elevación de las facultades productivas del trabajo de la humanidad con el alcance hacia la Luna y Marte.

En el transcurso de perseguir esa misión que acabo de resumir en estos términos dados actualmente, queda mucho por hacer aquí en la Tierra, incluso con los medios disponibles al presente para progresar en nuestro planeta mismo. Esto apunta hacia un principio subyacente que abarca la vida en la Tierra, pero también con previsión hacia lo que surge más allá.

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II. LA DIFERENCIA ENTRE EL HOMBRE Y LA BESTIA

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Cuando hemos examinado la llegada y la desaparición de las más antiguas formas de vida conocidas al presente, exceptuando a la vida humana de esa lista, todas las consideraciones restantes con respecto a las formas de vida conocidas, con excepción de la humanidad, también han tenido una existencia temporal como forma de expresión de la vida. En ese respecto, nuestra especie humana ha mostrado un potencial único para funcionar como especie verdaderamente creativa por sí misma. Siempre que la humanidad ha preferido limitar a su especie a una capacidad de práctica fija, nuestra especie se ha condenado a si misma a una amenaza de terminación de su existencia, tal como presenta la mentada "política verde" en algunas culturas el próximo exterminio de la población que se adhiere a esa práctica de suicidio de la especie.

Toda parte de la especie humana que adopta la práctica de un "crecimiento tecnológico cero", está implícitamente condenada de antemano al mismo castigo de una extinción por si misma, como se han llegado a extinguir en gran parte muchas tribus perdidas y naciones debido a eso en específico, de fomentar una tradición así bestializada.

Ese riesgo no se limita a la fatalidad inherente de esas culturas que practican el "crecimiento tecnológico cero". También es una amenaza de perdición para esas culturas que practican el progreso científico restringido. El crecimiento de la población humana y el aumento de la práctica científico-tecnológica, son consideraciones interdependientes.

Por ejemplo, la existencia humana no está condicionada meramente a las condiciones de la Tierra; las condiciones en la Tierra están sujetas a cambios, en las condiciones cambiantes de la vida dentro del sistema solar. A su vez, las condiciones para la vida humana dentro del sistema solar en su conjunto, se forjan en los cambios cíclicos y otros dentro de nuestra galaxia. El riesgo en aumento de las rocas y cometas dentro del sistema solar, es una amenaza actual a considerar por motivos tales como los cambios en el trayecto de las órbitas de nuestro sistema solar dentro de las partes del brazo de la galaxia que afectan a factores condicionales.

En tanto que se discute la factibilidad de la habitación humana de lugares tales como Marte, la necesidad de prepararse para la "defensa de la Tierra" de factores dentro del sistema solar y galácticos, representa la clase de desafío que ya actualmente exige una defensa eficiente contra la extinción humana o casi extinción de tales peligros, como un desafío importante en la práctica para nuestra vida futura sobre este planeta. La defensa ante esos daños a la Tierra constituye una cuestión que exige movilizaciones desde el tiempo presente en adelante.

Aunque esos problemas que acabo de mencionar son ya cuestiones que requieren que se pongan en marcha preparativos, ya en el momento actual, la "defensa" no es el límite de nuestras pre-cauciones urgentemente necesarias. La existencia continuada de la humanidad dentro de los confines no solo de la Tierra, sino de nuestro sistema solar, depende de esas defensas que no se pueden construir sin la consideración de los factores galácticos, además de las defensas dentro de los confines del sistema solar mismo. Esta defensa y otros avances sistémicos necesarios en la práctica humana, señalan las implicaciones fundamentales de que la humanidad desarrolle con urgencia las defensas en base a la fusión termonuclear y las reacciones materia-antimateria. La urgencia para desarrollar dichas tecnologías para tales propósitos, se combina con otras consideraciones para "salpicar" (por así decir) a nuestro sistema solar con la construcción de un conjunto extenso y variado de arreglos de sistemas integrados al sistema solar. Nosotros principalmente, al permanecer en la Tierra por los tiempos previsibles en lo inmediato, estaremos, en efecto, dirigiendo un extenso, o más bien enorme conjunto de sistemas administrados, dispersos por todo nuestro sistema solar, mediante los cuales la humanidad ejercerá un control remoto sobre los medios de acción que despleguemos dentro de nuestro sistema solar y en procura de extender el campo de la presencia de la humanidad viviente dentro de ese dominio más amplio.

En este momento presente, los modos más convenientes para analizar a conciencia tales obligaciones dentro del sistema solar y otras relacionadas, debe ser a partir de extender un proceso de desarrollo que expresará el despliegue general práctico de medios relacionados a un énfasis cada vez mayor en las potencias de la fusión termonuclear aplicada y las de materia-antimateria. El mero inicio de los métodos para la gestión de tales aplicaciones por parte de la humanidad, requerirá un cambio en el pensamiento de la humanidad respecto al sistema solar, en especial dentro del rango de la órbita de Marte, y por ende, un cambio consecuente en la perspectiva de la humanidad sobre la existencia de nuestra especie, en tanto que depende, en un grado cada vez mayor de nuestra capacidad -a través de medios de "control remoto" y otros pertinentes- para operar con sistemas de investigaciones, defensas y demás, que serán medios para la concientización de la gestión humana que ve al sistema solar, de modo cada vez más generalizado, ubicado, remotamente, desde esos puntos de vista conceptuales sistémicos-solares y más amplios todavía.

Esto no es mera ficción. Esto es ya un dominio de acción práctica en "defensa de la humanidad" y consideraciones semejantes.

La humanidad debe ocupar primero nuestro sistema solar dentro de los poderes de nuestra mente, y los instrumentos desplegados a nombre de esas obligaciones. Esa tarea, implícitamente, ya ha comenzado.