El Presidente de México enfrenta la "revolución de color" con proyectos de infraestructura

10 de diciembre de 2014 – El artículo con ese encabezado, escrito por Dennis Small y David Ramonet, se publicó en el semanario EIR del 1 de diciembre de 2014. Se reproduce íntegro enseguida.

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Según el imperio británico y sus chupamedias de Wall Street y la Casa Blanca, el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto cometió el grave pecado de simplemente indicar su disposición de unirse al nuevo paradigma del BRICS. Por eso, le han desatado todos los infiernos en el país.

1 de diciembre — En un discurso televisado desde el Palacio Nacional, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció el 27 de noviembre un programa de 10 puntos para la paz, la unidad y la justicia, junto con un plan de desarrollo para la región sur del país que abarca los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, lo que tendrá un impacto a nivel nacional, en general, una vez iniciado. Este es el contraataque más directo que ha hecho hasta ahora el gobierno de Peña Nieto para hacer frente a la desestabilización en curso lanzada en contra de su gobierno, que está utilizando como un pretexto el secuestro y probable horrible asesinato de 43 estudiantes normalistas por parte de policías locales de Iguala, Guerrero, asociados con la mafia de la droga.

Al día siguiente del discurso de Peña Nieto, la revista vocero de la City de Londres (que además encabeza la campaña mundial por la legalización de las drogas) The Economist que junto con su hermano el diario Financial Times ha coordinado a control remoto la "revolución de color" que pretenden lanzar contra México, se quejó ruidosamente de que Peña Nieto "perdió una oportunidad de cambiar el rumbo", ya que, en lugar de reorganizar su gabinete, como lo habían exigido, insistió en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, que son la base del problema.

El gobierno de Peña Nieto ha estado en la mira de Londres y de Washington desde que comenzó a construir lazos económicos más estrechos con China y el resto de las naciones del BRICS (Brasil, Rusia, India y Sudáfrica), en los últimos meses. Eso incluye su reunión cumbre del 13 de noviembre con el presidente de China, Xi Jinping, la cual produjo acuerdos por $7,400 millones de dólares en proyectos de energía e infraestructura, así como la discusión en curso de tres grandes proyectos ferroviarios en México que las empresas chinas proponen construir.

El mismo día que The Economist reiteró su amenaza imperial contra México, el Movimiento Ciudadano LaRouchista (MOCILA) emitió una declaración política titulada: "¿Quién está desatando una 'Revolución de Color' para derrocar al gobierno de Peña Nieto en México , y por qué?" (véase artículo adjunto). La declaración del MOCILA, que está circulando ampliamente en círculos institucionales de México, insta al gobierno a moverse a toda máquina con los BRICS.

El plan del Presidente

Los diez puntos anunciados por el presidente Peña Nieto incluyen: a) La reorganización de las policías municipales del país, que en muchos lugares han sido tomadas por los narcotraficantes, como en el caso de Iguala y Ayotzinapa, donde se produjo la masacre de los estudiantes; b) darle facultades al gobierno federal para que se haga cargo de municipios infiltrados por los narcotraficantes; c) medidas para proteger los derechos humanos y luchar contra la corrupción; y d) el establecimiento de una operación especial de aplicación de la ley en los estados de Guerrero y Michoacán, para ejercer todo el poder del gobierno federal contra las redes del narcotráfico. Pero lo más importante es que también anunció la creación de " nuevos polos de desarrollo industrial" en la región sur del país, entre ellos tres Zonas Económicas especiales y dos corredores industriales.

GRÁFICA 1

Un mapa distribuido a los medios de comunicación de México por la Oficina de la Presidencia (Gráfica 1) deja claro que esos proyectos implican un gran desarrollo económico previsto para Puerto Chiapas, en el extremo sureste del país; el puerto Lázaro Cárdenas y un corredor industrial relacionado en la Costa del Pacífico ; y un Corredor Industrial Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, que construiría una línea de ferrocarril y una zona de desarrollo que cruzará la cintura del Istmo desde el puerto de Coatzacoalcos en el Golfo de México, hasta Salina Cruz en el Pacífico.

Hay tres aspectos notables en este anuncio de Peña Nieto.

*  En primer lugar, el concepto mismo de que la inestabilidad social, los conflictos y el tráfico de drogas —que dominan gran parte del territorio nacional hoy día— se combaten mejor con el desarrollo económico. Como lo planteó Peña Nieto: "La paz también se construye con el desarrollo".

*  En segundo lugar, que dos de los tres proyectos vienen directamente de la herencia de los planes nacionales de desarrollo del Presidente José López Portillo (1976-1982), y reflejan el resurgimiento de una importante voz (si bien todavía minoritaria) a favor de la soberanía y el desarrollo en el país.

*  Y tercero, que entre los principales acuerdos que Peña Nieto está negociando con China, está el corredor industrial transístmico que anunció en su mensaje a la nación. EIR informó sobre este proyecto en su edición del 14 de noviembre (ver Gráfica 2).

Las relaciones entre China y México siguen su curso

No hay duda de que las instituciones gobernantes de México ven en China y las otras naciones del BRICS una alternativa a la devastación desatada contra México en las últimas décadas. El 26 de noviembre, el día anterior a su discurso, Peña Nieto se reunió en el Palacio Presidencial con el líder de la Asamblea Popular Nacional de China, Zhang Dejiang, quien finalizó así una gira de nueve días por Iberoamérica, la cual incluyó a Perú y Colombia. De acuerdo con el relato publicado por Xinhua, Zhang hizo un llamado a México y China a "trabajar estrechamente en grandes proyectos de infraestructura, energía, y de alta tecnología, y ampliar los intercambios amistosos en la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura, en un intento por elevar la asociación estratégica de China y México en todos los ámbitos a un nuevo nivel".

La visita de Zhang, primera vez que un alto legislador chino visita México desde que los dos países establecieron relaciones diplomáticas en 1972, fue un seguimiento de la reunión del 13 de noviembre entre Peña Nieto y el Presidente Xi.

Según Xinhua, Peña Nieto le dijo al legislador visitante chino que México admira los notables logros de China y que le gustaría aprender de ellos, y subrayó el compromiso de México en "convertirse en un socio confiable de China" en este tipo de proyectos. Esta es una referencia al hecho de que, antes de su gira a China, el Presidente mexicano sucumbió a la presión de la Casa Blanca y Londres, y revocó un contrato anterior con un consorcio internacional dirigido por China para la construcción de un ferrocarril de alta velocidad entre las ciudades de México y Querétaro. Esa presión fue parte de la desestabilización estilo revolución de color que han desatado contra México el imperio británico y sus títeres estadounidenses.