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(Este artículo se publicó originalmente en la edición del 11 de marzo de 2022 de Executive Intellligence Review).

Ayuda alimentaria de emergencia y contingencias de producción,
o de lo contrario hambruna mundial

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Embajada de EU en Kiev
Rusia y Ucrania juntas son los mayores exportadores de trigo en el mundo. En la gráfica, el complejo de silos de UkrLandFarming Lokhvytsia en la Región Poltava de Ucrania central.

6 de marzo — La interrupción del suministro de cereales, semillas oleaginosas, y fertilizantes desde las zonas agrícolas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia constituye una emergencia a escala mundial, en medio de la escasez global e hiperinflación preexistentes, tanto de los productos agropecuarios como de los insumos. La suspensión en masa de los suministros de alimentos se debe a las sanciones impuestas por Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea por el conflicto en la cuenca del Mar Negro y otras perturbaciones geopolíticas relacionadas.

En cuanto al trigo, Rusia y Ucrania juntas son los mayores exportadores del mundo. En el caso de los fertilizantes, Rusia y Bielorrusia juntos ocupan los primeros puestos. Ya antes de la operación militar rusa en Ucrania, las sanciones de Estados Unidos obligaron a Lituania a cerrar el tránsito ferroviario de fertilizantes desde Bielorrusia al puerto marítimo báltico de Klaipeda, a comienzo de 2022. Belaruskali, uno de los mayores exportadores de fertilizante del mundo, era un importante proveedor de Brasil, India y China, ahora bloqueado.

El impacto inmediato de todo esto golpea a las naciones dependientes importadoras de trigo de todo el Oriente Medio y África del Norte, muchas de las cuales dependen en un 70-80% del trigo de Rusia y Ucrania, cuyas importaciones ahora están suspendidas. Varios proveedores secundarios, como por ejemplo Hungría, han suspendido sus exportaciones de trigo. Francia tiene trigo exportable, pero en una cantidad limitada. Italia, un proveedor de alimentos de trigo procesados a Libia, por ejemplo, ha recortado ahora su producción de pasta, porque su suministro de trigo del Mar Negro está bloqueado.

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CC/DOMANTAS
El Puerto de Klaipėda, Lituania, en el Mar Báltico, un importante puerto de embarque para los fertilizantes de Bielorrusia, hasta que se detuvo por las presiones de Estados Unidos el 1º de febrero.

Esta emergencia no se limita en absoluto a las 18 naciones de Oriente Medio y África del Norte. Turquía depende en un 87% de las importaciones de trigo de Ucrania y Rusia; otras naciones se verán afectadas. La emergencia tampoco se limite al trigo. Por ejemplo, India ha estado obteniendo el 75% de sus importaciones de aceite de girasol de Ucrania, la mayor nación productora y exportadora de girasol en el mundo. Los precios de los alimentos e insumo agropecuarios se están disparando.

No hay reservas

Además, la repentina y previsible escasez de alimentos de todo tipo es una crisis instantánea debida a la falta de suministros alternativos en todo el mundo. Esto es el resultado directo de la política de décadas de impedir deliberadamente la creación de reservas, tal y como ordenó la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995, cuya norma es que las reservas nacionales de materias primas y alimentos “distorsionan el comercio”. Con eso, se refieren al comercio dominado por las grandes trasnacionales de los alimentos y los productos agroquímicos, asociados con Wall Street y Londres, no a las exportaciones e importaciones de alimentos en el interés de las naciones involucradas.

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WFP/Esther Ouoba
Desde 1995 la política de la Organización Mundial del Comercio ha prohibido la formación de reservas alimenticias nacionales. Ahora, millones enfrentan la inanición a menos que se consiga ayuda alimentaria de emergencia, como la que muestra en la gráfica, que se descarga de un helicóptero del Programa Mundial de Alimentación, en Mansila, Burkina Faso, el 26 de enero de 2021.

La cuestión de las reservas refleja también que el volumen de producción mundial de alimentos está muy por debajo de lo necesario. Por norma general cada persona debería tener media tonelada de cereal (de cualquier tipo, según preferencias culturales), que se produzca anualmente para consumo, directa o indirectamente (a través de la cadena de proteína animal) y para reservas, desastres, deterioro, etc., la producción mundial de cereales (de todo tipo) debería estar muy por encima de las 4.000 millones de toneladas anuales, pero no llega ni a 3.000 millones. Como referencia, el orden de clasificación de la producción global de los tres principales cereales es: maíz, trigo y arroz. Por orden de clasificación del volumen comerciado (recientemente) en los mercados mundiales, es: trigo, 205 millones de toneladas métricas (mtm); maíz, 200 mtm; y arroz, 50 mtm. La producción y suministro están a punto de caer en picada, debido a la escasez de fertilizantes, la hiperinflación en los precios del combustible y todas las demás perturbaciones.

Incluso antes de la pandemia y sus trastornos, más de 800 millones de personas (de las 7.800 millones que hay en el mundo) carecían de comida suficiente. Ahora esa cifra es mayor, y de estos, más de 280 millones “marcha hacia la inanición”, como advirtió David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos. Esta gente depende totalmente de la ayuda alimentaria en 43 países.

Es urgente que se produzca una colaboración entre las principales naciones agrícolas y los expertos en agricultura para movilizarse para la ayuda de emergencia, aprovechando al máximo los suministros gravemente limitados, y para aumentar la producción en los ciclos de cultivo en los hemisferios norte y sur.

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USAID/Luigi Crespo
Las naciones que exportan alimentos se deben movilizar ahora para la ayuda alimentaria a gran escala y aumentar la producción. En la imagen, la bodega de un carguero llegan de trigo para Iraq.

La crisis del trigo

En los últimos años, Rusia y Ucrania han representado conjuntamente del 25 al 30% del trigo comerciado anualmente a nivel internacional, aportando cerca de 45 mtm del total del comercio de exportación mundial de 205 mtm. Los dos países juntos representan el 75% de todo el aceite de semilla de girasol que se comercia internacionalmente, un componente importante de los aceites comestibles mundiales, que están escasos. Ucrania representa el 19% del trigo comercializado en el mundo.

La situación de Egipto es un ejemplo de la crisis del trigo. Egipto depende de las importaciones de trigo, pero está bien posicionado en comparación a sus naciones vecinas, porque actualmente dispone de unos nueve meses de trigo en reserva. Pero tiene que seguir comprando para mantener esa reserva. Normalmente, Egipto depende de los proveedores rusos y ucranianos para satisfacer el 75% de su consumo de trigo, y habitualmente entran unas 10 ofertas cuando Egipto lanza una licitación. Pero su licitación del 26 de febrero (para entrega entre marzo y abril) tuvo que cancelarse, porque solo se presentó una oferta, que no es válida bajo la ley egipcia. Una licitación de seguimiento, cuyo plazo finalizó el 28 de febrero, obtuvo tres ofertas (dos de empresas francesas y una excepcionalmente de Estados Unidos), pero no hay base para esperar futuras compras. La situación en otras naciones africanas y del sudoeste asiático es grave.

Los precios del trigo se están disparando en todo el mundo. El precio del trigo se disparó un 55% desde antes del despliegue militar ruso en Ucrania. El gasto para conseguir los alimentos de socorro para Yemen, Siria, Afganistán y 43 naciones en todo el mundo, donde los suministros de emergencia son de vida o muerte, es una historia de horror.

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CC/Ashley Dace
The suspension of imports of grain, oilseeds, and fertilizer from Ukraine, Belarus, and Russia by U.S./UK/EU sanctions only exacerbates the world-scale food shortage emergency. Shown: the grain terminal of England’s Port of Tilbury on the Thames.

Perspectivas sombrías para las cosechas mundiales

El panorama mundial del suministro de fertilizantes es un desastre. Los precios de los distintos tipos de fertilizantes se han triplicado o más, en los últimos 18 meses, y la escasez, independientemente del precio, es cada vez más frecuente. Esto va en paralelo con la hiperinflación y el colapso en los suministros de energía, ya que el gas natural es una materia prima para ciertos fertilizantes nitrogenados. El sector agropecuario se ve golpeado de muchas formas debido al aumento de los precios del diésel, el propano, la electricidad, así como el gas natural. Además del combustible para alimentar la maquinaria, se necesita energía para secar las cosechas, para el transporte, para la gestión del agua, y otros propósitos agropecuarios, y para el procesamiento de alimentos. También hay escasez y precios altos para los productos químicos agropecuarios, para el control de malas hierbas y plagas. El 14 de febrero, Bayer declaró fuerza mayor, y suspendió los contratos de entrega del herbicida Round-Up, debido a la escasez de glifosato.

A este panorama hay que añadir el enorme impacto de las sanciones y otras acciones contra Rusia y Bielorrusia. Rusia ha sido un productor y exportador primordial de todo tipo de NPK (nitrógeno, fósforo y potasio), y otros nutrientes para cultivo. Bielorrusia proporciona el 20% de la potasa del mundo. No solo por el volumen, sino que por sus precios razonables ha hecho que el fertilizante de estas dos naciones sea inestimable para la producción mundial de alimentos. Ahora todo esto se ha visto perturbado.

El 4 de marzo, el Ministro de Industria y Comercio de Rusia emitió una directiva, en la que pidió a las empresas rusas de fertilizantes que cesaran las exportaciones y favorecer a los agricultores nacionales, para garantizar la máxima producción agrícola. Este apoyo a la producción nacional es extremadamente valioso, pero la falta de insumos de fertilizantes rusos para la agricultura mundial, es un duro golpe. Hay que tener en cuenta que el 1 de marzo entró en vigor el nuevo acuerdo entre Rusia y China para que el trigo ruso vaya a China, (levantando todas las restricciones anteriores), que fue anunciado el 24 de febrero, tras la reunión en persona del 4 de febrero entre el Presidente Vladimir Putin y el Presidente Xi Jinping.

Movilización de emergencia

Las previsiones a la baja para la cosecha de 2022 son aterradoras. Se esperaba que la producción mundial de trigo cayera mínimamente 10 mtm, incluso antes de que se produjeran las perturbaciones en el Mar Negro y las nuevas rondas de sanciones. La sequía se extiende todavía sobre gran parte de la franja triguera de invierno norteamericano (plantado el pasado otoño, y comenzando esta primavera). La cosecha actual en la franja de la soya de Brasil, Paraguay y Argentina caerá drásticamente debido a la sequía. Se espera que la cosecha de soya de Paraguay se reduzca a la mitad.

La vulnerabilidad a la sequía, y a otros desastres, es consecuencia directa de la falta de construcción de infraestructura de agua y defensa contra desastres, durante los últimos 50 años de la economía de casino de Wall Street y Londres, que favorecieron la especulación, no la producción. Ahora, esta estupidez se ha impulsado más aún bajo la bandera del Gran Reajuste Verde. En realidad, se trata de una política de despoblación.

Esta instantánea de las facetas de la crisis en la alimentación y la agricultura mundial, señala lo que se tiene que abordar y forzar la discusión pública de expertos, para sacar las soluciones y actuar. Se necesita una movilización de emergencia ahora para reclutar las fuerzas necesarias para establecer la agenda y llevar a cabo la ayuda de emergencia, y las medidas de producción. Esto es urgente, y encaja en el marco planteado por el Instituto Schiller en su llamado de febrero por una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo para el mundo.

marciabaker@larouchepub.com


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