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Apliquemos el principio del estadismo de Schiller y LaRouche para acabar con las crisis

27 de diciembre de 2020 – Tenemos frente a nosotros una situación mundial cada vez peor, de pandemia, hambruna y peligro de guerra, en tanto que sigue en vigor el método de pensamiento impuesto por el neo-imperio británico oligarca. Vean los muchos ejemplos fatales de esto, desde la destructiva economía de casino que se presenta como algo “normal”, hasta la Gran Mentira de que las actividades humanas están sobrecalentando al planeta y la despoblación del mismo es obligada. 

Helga Zepp-LaRouche abordó esta situación en su videoconferencia semanal de Navidad, y subrayó que el poder para romper el paradigma imperial reside en el principio de estadismo que desarrolló Federico Schiller y que profundizó Lyndon LaRouche. Este paradigma de estadismo requiere una idea nueva de la “política”, en la cual los ciudadanos elevan la cualidad de su pensamiento a un nivel superior. Helga Zepp-LaRouche explica que Schiller proporciona los medios para lograr esto, en sus “Cartas sobre la educación estética del hombre”, en donde argumenta que “la verdadera libertad política es la forma superior del arte”. 

En las batallas que tenemos adelante en Estados Unidos --entre ellas la de remediar el robo electoral de la elección de 2020, y defender los ideales de la república constitucional—es necesario que la ciudadanía pueda distinguir entre los verdaderos enemigos de Estados Unidos que tienen su centro en la City de Londres, y reconocer a los aliados potenciales de Estados Unidos, como Rusia y China. 

Una manifestación clara del enemigo es el plan de los banqueros para imponer una dictadura de finanzas ambientalistas. Estos círculos están trabajando horas extras --encabezados por esos fanáticos infames como el ex gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, los financistas sir Michael Bloomberg y George Soros, así como los nombres más infames entre los dueños de la tecnología informática--  para cortar la generación eléctrica, cortar los insumos para la agricultura, cortar la infraestructura, cortar la exploración espacial y cortar la atención médica incluso en medio de la pandemia, en otras palabras, cortar los medios para la vida y el futuro. El Foro Económico Mundial va a realizar un exhibición pública de esta vileza del 25 al 29 de enero de 2021, en una conferencia virtual mundial con el tema de “La agenda de Davos” para promover un “reajuste” económico mundial para obligar a la gente a tomar “decisiones” duras para aceptar la dictadura ambientalista. Todavía no se han hecho públicos los detalles cruentos, pero se trata de continuar con el “Gran Reajuste” que propuso el príncipe Carlos y el Foro Económico Mundial en enero del 2020, para utilizar el pretexto de reconstruir la economía después de la pandemia con su programa de destrucción económica de “carbón cero”. 

Esto se puede parar en seco, con la iniciativa de las naciones que colaboren con el propósito del bien común de la humanidad, en el combate a la pandemia, en el suministro de alimentos para todos, en el avance de la ciencia y la tecnología y en el otorgamiento de crédito para el desarrollo, lo que a su vez depende de la iniciativa ciudadana para pensar de esa manera y hacer que suceda. Al entrar en el Año Nuevo, Zepp-LaRouche instó al estudio de los maestros de esta manera de pensar, Shakespeare, los autores de los Papeles Federalistas, Leibniz y demás, así como a Schiller y por supuesto, a Lyndon LaRouche. Y mientras celebramos al gran Ludwig van Beethoven, es el momento de “pensar como Beethoven”. 

Hace diez años, durante la semana de Navidad, el propio LaRouche publicó lo que tituló “Mi saludo de Navidad” (25 de diciembre de 2010). Ahí, él planteó medidas programáticas específicas que eran urgentes entonces, y de hecho, decisivas ahora, para hacerlas realidad, dada la crisis financiera de 2007-2009 y la falta de soluciones. Pero también llamó la atención del ciudadano individual para que esté a la altura de las circunstancias, elevando su pensamiento y asumiendo responsabilidad. En particular, propuso que se restableciera la reglamentación bancaria de la ley Glass-Steagall contra los usureros de la City de Londres y Wall Street, y se iniciara la construcción de infraestructura económica nueva, en particular el proyecto hidroeléctrico y de irrigación de la Alianza Hidráulica y Energética Norteamericana. 

LaRouche escribió: “Es Navidad en un año en el que todas las naciones que forman parte de los continentes en ambos lados del océano Atlántico, ahora, así como las de las otras divisiones, comparten la más terrible amenaza para las naciones y sus pueblos que se haya conocido desde el último gran holocausto de Europa en una época conocida como la ‘Nueva Era de Tinieblas’ del siglo 14, un holocausto de maldad que aniquiló a Europa de un tercio de su población, según se estima. Hoy, los cristianos rezarán para que no suceda esta nueva era de tinieblas, pero ¿es la humanidad un mero animal que carece de ese poder unificador de la voluntad creativa, para actuar a fin de eliminar el mal de la usura que nadie más que la propia humanidad se ha ocasionado? Una población que no actúe para eliminar este mal, se acarrea por lo tanto a sí misma el mal, por su propia decisión. 

“Debemos actuar ahora, para eliminar ese cáncer monstruoso de tortura y muerte de miles de millones de seres humanos en este planeta, un mal que se intensifica actualmente por todo el planeta. En siglos pasados hombres y mujeres hablaban de expulsar a los mercaderes cambistas del templo; hoy debe ser la expulsión de los usureros de las instituciones de los gobiernos del mundo… 

“¿Desean rezar? Entonces oren para que se elimine la cobardía de su interior, para que se levanten y hagan que suceda lo que debe hacerse. Quiten de nuestro sufrido mundo la garra infernal del enorme holocausto global de la usura”. 

Vean: Resolución por una resistencia mundial al fascismo global. Alto al asalto de los bancos centrales Resolución por una resistencia mundial al fascismo global. Alto al asalto de los bancos centrales (larouchepub.com)

 

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