Los Presidentes Xi Jinping de China y Vladimir Putin de Rusia contemplan adelantar importantes proyectos de desarrollo económico conjuntos
30 de diciembre de 2020 — Los informes oficiales de la conversación telefónica de fin de año entre los jefes de Estado de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping respectivamente, que se llevó a cabo el lunes 28, reflejan que la relación estratégica entre ambos abarca todos los aspectos y todos los ámbitos. Ambos informes destacan el espíritu de amistad y cooperación entre los dos países, para proceder a la implementación de “importantes proyectos conjuntos sobre la cooperación energética e industrial” y de “la importancia de la cooperación para desarrollar y producir vacunas” a fin de ayudar a la humanidad a derrotar la pandemia del coronavirus, como lo señaló el informe del Kremlin. [http://en.kremlin.ru/events/president/news/64758]
Ambos destacan que el año 2021 marca el 20 aniversario de la firma del Tratado de Buena Vecindad y de Cooperación Amistosa que se firmó en julio de 2001, el cual puso a ambos países en la vía hacia una “asociación integral y de cooperación estratégica hoy”. Cuando se firmó ese tratado, los geopolíticos como Zbigniew Brezinski lo desestimaron con sorna, porque según ellos no puede existir ningún interés común duradero entre grandes países con historia y cultura diferentes. Lyndon LaRouche resultó más previsor; él saludó el tratado como un paso muy importante hacia la formación de un “club de supervivientes” entre las naciones contra el ya desde entonces en marcha derrumbe económico global, y hacia la creación de los puentes terrestres euroasiáticos de infraestructura económica que él y su esposa, Helga Zepp-LaRouche, habían planteado desde una década antes.
Xi dijo en la conversación telefónica que el tratado es un modelo para las relaciones entre los países, según la reseña de Xinhua, y destacó que representa “la idea de una amistad perpetua y el principio de un nuevo tipo de relaciones internacionales establece [en el tratado] una gran innovación en la historia de las relaciones internacionales”. Es precisamente ese tipo de relación que le propuso Xi a Donald Trump, por la que China y Estados Unidos deberían aspirar y trabajar para hacerla realidad, y que es hoy más necesaria que nunca.
Xi propuso que los dos países deben iniciar ahora una nueva era, en la cual “hagan realidad su desarrollo respectivo y su revitalización, y hacer grandes contribuciones para construir un nuevo tipo de relaciones internacionales y una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”.
La “fortaleza singular” de la relación entre China y Rusia es esencial para la humanidad en su conjunto, afirmó Xi, en estos momentos en que la pandemia de COVID-19 amenaza “la vida y la seguridad de la humanidad” y ha generado “un período de turbulencia y de transformación”. Se refirió al esfuerzo de sus naciones para coordinar las actividades de la Iniciativa de la Franja y la Ruta con la Unión Económica Euroasiática, y habló de cómo China está “fomentando un nuevo paradigma de desarrollo y promoviendo la reforma y la apertura en un punto más alto, lo cual va a proporcionar mayores oportunidades de desarrollo para la cooperación China-Rusia”.
Propuso que ambas partes “mejoren la sinergía en sus estrategias de desarrollo y fortalezcan nuevas formas y nuevos motores de cooperación”, y ambos Presidentes plantearon la importancia del programa del Año de la Innovación Científica y Tecnológica China-Rusia 2020-2021. El “intercambio y cooperación de todo tipo entre sus comunidades científicas y tecnológicas y los sectores industriales”, va a dar un gran impulso al desarrollo económico de alta calidad en ambos países y va a fortalecer la cooperación estratégica, de tal modo que “China y Rusia puedan resistir efectivamente a cualquier intento de suprimir y de dividir a los dos países, y mientras tanto forjen un escudo sólido para salvaguardar la justicia y la equidad internacional”
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