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La lucha por la verdad en las elecciones de EU es para el mundo 

5 de enero de 2020 — No muchos medios noticiosos, fuera del Londres imperial, serían tan arrogantes —incluso luego de haber perpetrado lo que creen ya su exitoso golpe contra el Presidente Donald Trump— como para publicar un editorial titulado, “Una remodelación de la democracia estadounidense”, con un anuncio que dice que no se puede permitir que en el 2024 se lleven a cabo elecciones presidenciales en Estados Unidos bajo el actual sistema constitucional electoral. Esta orden para abolir todas las prácticas constitucionales inconvenientes en Estados Unidos se publicó para que sea ejecutada por una “comisión de alto nivel” que deberá crearse como “una de las primeras acciones” del nuevo gobierno de Joe Biden.

Esto lo publicó el diario Washington Post en su edición dominical del 3 de enero, y con un editorial de seguimiento al día siguiente sobre el mismo tema. Durante décadas, el diario de marras ha sido el portavoz y canal de desagüe de los servicios de inteligencia angloamericanos; ahora, bajo la propiedad del hombre más rico del mundo, Jeffrey Bezos, se ha vuelto también portavoz de las compañías gigantes de la informática como Amazon y con la adición del complejo militar industrial después de la imposición del “Estado espía” a raíz del 11 de septiembre de 2001. El diario exige lo siguiente:

Eliminar las Secciones 1 y 2 del Artículo II, de la Constitución de Estados Unidos, donde se especifica el papel de las legislaturas estatales y de los electores. Eliminar la Sección 4 del Artículo I y la 12ava Enmienda de la Constitución, a fin de abolir la función del Congreso en la elección del Presidente. Cambiar la Ley de Conteo Electoral de 1887 para garantizar en firme que el Congreso no tenga ninguna función en la certificación de los votos electorales. Es decir, no permitir que la Cámara de Representantes decida el resultado de una elección muy ajustada o con varios candidatos para la Presidencia. De hecho, se trata de “eliminar la amenaza de terceros saboteadores” al duopolio bipartidista por completo. Impedir que los funcionarios electos “partidistas” administren las elecciones; es decir, eliminar la Sección 4 del Artículo I de la Constitución.

Y piden más: Eliminar la facultad de los estados y condados para registrar a los votantes y de mantener el registro de votantes, y exigir el “registro universal” y el voto obligatorio. Mantener abiertos los centros de votación “mejor organizados” que los demás, “con más frecuencia y por más tiempo”; de esa manera se elimina la igualdad de garantías procesales en las elecciones. Sobre todo, ampliar el voto por correo para hacerlo lo más universal posible. No se debe permitir a los “republicanos”, de aquí en adelante, que reduzcan la enorme cantidad de votos por correo de 2020. Todo esto, “y hay mucho más que la comisión de democracia podría considerar”.

Con estos editoriales del Washington Post responden directamente los confabulados en el golpe a todos los grupos e individuos que han estado organizando por la restauración de la verdad en las elecciones y que contemplan seguir con la pelea después del 21 de enero. De otra manera, los confabulados quieren que todo el procedimiento mediante el cual perpetraron el fraude electoral más descarado de la historia, se convierta en ley constitucional. (http://thewashingtonpost.newspaperdirect.com/epaper/viewer.aspx).

Pero esto es también una advertencia al mundo entero. La City de Londres y Wall Street, junto con sus servicios de inteligencia entrelazados, no van a permitir otra vez a ningún dirigente republicano nacionalista como jefe de Estado, como ocurrió en 2016. No van a permitir a otro Franklin Roosevelt, ni John Kennedy en Estados Unidos; ni tampoco a ningún Jaurès o de Gaulle en Francia; ni a un Aldo Moro o Salvini en Italia; y de la misma manera, con las compañías Dominion Systems y Smartmatic a cargo de contar los votos, no van a permitir a otro Duterte en Filipinas. Las “Comisiones electorales nacionales” se asegurarán de que las elecciones se lleven a cabo de tal modo corrupto y colonialista que solo puedan ganar los candidatos seleccionados por la City de Londres y Wall Street.

Y sobre todo, ningún Lyndon LaRouche, ni cualquiera de los verdaderos partidarios de LaRouche podrán conseguir ningun delegado o elector, ni siquiera ser “saboteadores” como estuvieron haciendo en todo Estados Unidos en la década de 1980. La cuestión de fondo es el Sistema Americano de economía de Alexander Hamilton, el hecho de que muchas naciones lo han adoptado en Europa y en Asia. LaRouche profundizó de manera fundamental la idea central de Hamilton, de que el descubrimiento creativo del ser humano es el motor de las economías, y para que haya más progreso se necesita más gente, mejor capacitada y calificada y más seres humanos creativos, grandes proyectos de desarrollo en todos los continentes.

Esto es posible para cualquier nación en el mundo, cuyos ciudadanos se despierten en número suficiente en esta crisis y asuman la responsabilidad de un mejor futuro. Es lo que quienes han manifestado sus órdenes a través del Washington Post, están decididos a no permitir que nunca jamás ni siquiera se considere un Presidente como Donald Trump, con todo y sus defectos y deficiencias. Solo se puede permitir el “Gran Reajuste” para la austeridad económica y el primitivismo de cero dióxido de carbón, o eso es lo que ellos creen.

Sin embargo, la apertura de los ciudadanos a las ideas de LaRouche y a su movimiento está creciendo como no se había visto desde la persecución pública y encarcelamiento en la década de 1980. Ahora peleamos por su exoneración para desatar ese proceso como un renacimiento. Exigimos el perdón presidencial para Julian Assange y Edward Snowden ya, para acabar con el juego del Estado espía para el cual los editores del Washington Post creen que han sido nombrados como su juez y árbitro. Y estamos organizando una cumbre de las grandes potencias para crear un nuevo sistema crediticio internacional para el desarrollo acorde con el Sistema Americano de Hamilton y de LaRouche.

 

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