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Las soluciones de LaRouche marcan el rumbo en momentos de un caos creado 

7 de enero de 2021 — El Presidente Trump ganó la presidencia como candidato republicano en el 2016, no porque representara al Partido Republicano, sino porque rompió con muchos de sus preceptos. Prometió que iba a vaciar el pantano, que iba a ocuparse de las agencias de inteligencia, que iba a promover una buena relación con Rusia y China, que reconstruiría la industria, y que se opondría inflexiblemente a las políticas ambientalista. El movimiento que él construyó alcanzó algo especial en la psique de los estadounidenses, y abordó temas que fueron ignorados por la clase política de Washington: el bienestar de los hombres y mujeres olvidados, la gente de la que Hillary Clinton se refirió como “deplorables”. El movilizó a un enorme número de votantes en el 2020, y se mostró como una fuerza significativa para darle nueva forma al Partido Republicano.

¿Cómo encajan aquí los sucesos ocurridos el miércoles? Justo cuando la Cámara de Representantes y el Senado estaban debatiendo las objeciones presentadas sobre la votación electoral en Arizona, una turba violenta de personas —pequeña en comparación a los cientos de miles de personas que salieron a la calle a respaldar a Trump ese día— atravesó el perímetro de seguridad del Capitolio, sede del Congreso estadounidense. Fotos de un hombre sin camisa sentado en la silla del funcionario que preside el Senado, de un hombre con sombrero de Trump bajando del podio del vocero de la Cámara, y de una multitud de personas quebrando ventanas y atravesando puertas del Capitolio se han utilizado como munición para atacar a Trump por hampón. Fue acusado de haber instigado a esa turba, como un incitador de la violencia. Lo han acusado de estar llevando a cabo un golpe de Estado, y lo juzgan culpable de cometer un “asalto sin precedente” en contra de la democracia.

Proponen un juicio político en su contra, y se habla de utilizar lo que dispone la 25ava Enmienda, para sacar al Presidente Trump de su cargo. Mientras tanto, Twitter y Facebook le han bloqueado sus cuentas, en parte porque él colocó un video de un minuto instando a la gente a que ¡salieran pacíficamente del Capitolio!

¿Cui bono? ¿Quién se beneficia de esta situación? ¿Quién desplegó a los provocadores? ¿Quién es el responsable por la seguridad completamente inadecuada que vimos? Estas son preguntas que se tienen que investigar y hacer públicas. Lo que ya queda claro es que la irrupción en el Capitolio frustró el esfuerzo del debate sobre las elecciones del 2020, al cancelar la sesión del Congreso y convertir a la turba en el objeto de la discusión. Los sucesos de ayer ya se están utilizando para iniciar una nueva serie de ataques en contra de Trump, entre hoy y el 20 de enero, y para criminalizar las protestas y ponerle límites a los derechos de libre expresión. El miércoles en la tarde, el New York Times publicó un artículo titulado, “The Storming of Capitol Hill Was Organized on Social Media” (La toma del Capitolio fue organizada por las redes sociales), que es solo una pequeña muestra del torrente de llamados de censura que van a venir.

¿Dónde va a dejar esto al Partido Republicano? ¿Acaso va a retornar a ser el partido de los Bush? Puede ser que Trump no sea el próximo Presidente de Estados Unidos, pero él es el Presidente actualmente. ¿Qué va a hacer en estas dos semanas que le quedan para patear el tablero de ajedrez y acordar darle un golpe estratégico al imperio británico y a sus aliados estadounidenses? ¿Va a romper con las mentiras en contra de China que están vendiendo quienes se presentan como sus amigos? ¿Va a encarar los esfuerzos que está haciendo el imperio británico para evitar la cooperación entre las potencias mundiales de mayor peso, y en vez sustituir la geopolítica con un nuevo paradigma de relaciones internacionales? ¿Utilizará sus facultades para exonerar a Lyndon LaRouche, y perdonar a Snowden y a Assange? Hacer esto mejoraría dramáticamente la situación estratégica, y sería un duro golpe a sus enemigos.

La Organización de LaRouche publicó en la edición impresa del The Washington Times el 6 de enero, un remitido de 1/2 página, titulado: “¡DETENGAN EL FRAUDE: EXONEREN A LAROUCHE!”. Lea la traducción al español aquí: https://larouchepub.com/spanish/boletines/2021/0107-detengan_el_fraude_exoneran_larouche.html

 

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