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Por qué el 2021 es, de nuevo, el Año de Beethoven

10 de enero de 2021 — ¡Deja de ver los videos de YouTube sobre lo que supuestamente realmente sucedió en el Capitolio el 6 de enero!

Para entender lo eventos ocurridos la semana pasada y responder satisfactoriamente, tienes con comenzar viendo el cuadro más amplio. Todo el sistema financiero transatlántico se encuentra en una crisis de desintegración, y el único modo en que el imperio dirigido por Londres puede sobrevivir es llevando a cabo lo que eufemísticamente llaman su “Gran Reajuste”, que quiere decir en realidad una reorganización fascista de su sistema financiero totalmente en bancarrota en un fraude supranacional con una “moneda digital”, y una drástica desindustrialización y reducción de la población de las naciones del planeta. El asalto al Capitolio estadounidense el 6 de enero fue diseñado para abrir la puerta a este golpe de Estado en Estados Unidos, y bloquear con una censura jacobina todas las voces de oposición a esto.

Esta no es la primera vez que sucede algo como esto. En 1933, sucedió el incendio al Parlamento alemán (Reichstag): agentes provocadores crearon el incidente; la remoción de la seguridad lo facilitó; y el efecto que se buscaba ocurrió: Hitler consolidó su golpe de Estado. De forma similar sucedió el 11 de septiembre de 2001: terroristas dirigidos por el reino saudita fueron desplegados; extrañamente hubo una falta de seguridad; y el efecto que se buscaba se echó a andar, o sea, la Ley Patriota con dos décadas de guerras en el extranjero y un “Estado espía” implacable.

Y ahora sucedió en el Capitolio, el 6 de enero de 2021: quienes llevaban la voz cantante eran unos provocadores; la seguridad disponible definitivamente no era suficiente; y el efecto que se perseguía se puso en acción: el “Gran Reajuste”, con un Joe Biden maleable en la Casa Blanca, y en el proceso las redes sociales amordazan a toda la oposición.

Teniendo eso en mente, hay dos puntos más amplios en los que hay que hacer hincapié para determinar adecuadamente cuál es el campo de batalla estratégico actual y la correlación de fuerzas, y el curso de acción necesario:

  1. Lo que ocurrió el 6 de enero fue una clásica operación de “pandilla contra pandilla”, sacada justo del manuel de instrucciones del Instituto Tavistock del imperio británico y del manual de contrainsurgencia del general de brigada Frank Kitson. El debate respecto a si los provocadores profesionales que dirigieron el asalto al Capitolio pertenecían a los “Proud Boys,” a “Antifa,” o si uno o ambos estaban disfrazados del otro, pasa por alto por completo lo importante. Esto fue una operación clásica de una “tercera fuerza”, como hizo hincapié Helga Zepp-LaRouche en la videoconferencia del Proyecto Manhattan, el 9 de enero, en que los servicios de inteligencia se despliegan para desatar de forma deliberada la violencia y conseguir el efecto de choque buscado. El resto son ilusos, bien intencionados o ninguno de ellos. (Puede escucharla aquí, en inglés: https://laroucheorganization.nationbuilder.com/
    helga_zepp_larouche_the_capitol_assault_was_another_9_11

  2. Las fuerzas sensatas en Estados Unidos tienen aliados potenciales poderosos a nivel internacional para derrotar esta operación. La Iniciativa de la Franja y la Ruta de China es una alternativa, fuerte y que está creciendo, en contra del Gran Reajuste y su dinámica, y ya está avanzando y llegando a la mayoría de la población mundial. Es posible que Mark Zuckerberg controle Facebook. Pero China está construyendo proyectos ferroviarios y represas en África. Perú, que es uno de los países que tiene una de las tasas de mortandad más alta por COVID-19 en el planeta, recibió la noticia de que solo va a recibir un pequeño número de vacunas de parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta finales del 2021, y que no va a poder comprar una cantidad significativa de vacunas en el mercado mundial sino hasta el 2022 o 2023. Sin embargo, China le dijo a Perú que ellos le van a dar al país 38 millones de vacunas, y el primer millón de ellas llegaría este mes. Eso va a cubrir alrededor de 20 millones de personas de un total de 33 millones que es la población total de Perú.

¿Acaso creen ustedes que a la nación del Perú le van a importar más las reglas de Facebook de Zuckerberg, y las rabietas en contra de China de Pompeo, que vacunar a su población? Aquí lo que estamos viendo es que está en acción un principio de realidad, de la economía física, y de las leyes del universo físico, que el imperio británico no puede eludir.

Por otra parte, importantes fuerzas en otros países están al tanto de cómo está funcionando la “narrativa” del asalto al Capitolio, y de lo que significa el nivel de censura que están imponiendo las redes sociales de Wall Street a la oposición. El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, describió las acciones que Facebook está tomando en contra del Presidente Donald Trump y otras personas como de “una nueva Sagrada Inquisición” diseñada “para crear un gobierno mundial”. El analista veterano ruso, Fyodor Lukyanov, presidente del Consejo de Política de Asuntos Exteriores y Defensa, escribió que el “El primer blanco es el mismo Trump. Quieren hacer de él un ejemplo, de manera que otros no se atrevan a desafiar la santidad de las instituciones políticas dominantes... y la debacle en el edificio del Capitolio durante los últimos días de su Presidencia creó un pretexto perfecto para una limpia de la casa”.

  1. La jugarreta del imperio británico tiene en sí una debilidad y vulnerabilidad mucho más fundamental. Su plan consiste en que ustedes no van a decir, o no se les va a permitir escuchar, nada que antes no haya sido revisado y esté disponible en las redes sociales. No vas a recibir información, o entretenimiento, que no tenga ese carácter de haber sido aprobado. Te van a decir, como lo planteó Bertrand Russell, que la nieve es negra.

Pero hay algo que tanto Russel como el imperio británico pasaron por alto. La efectividad de esta estrategia depende de que la naturaleza del hombre sea lo que ellos afirman que es. Su dictadura de la información solo funciona si la premisa para el conocimiento es de hecho la percepción sensorial, si la identidad humana es definida por el felicific calculus de Jeremy Bentham, por el hedonismo. Pero pregúntate: ¿Cómo habría respondido Helen Keller al control de los medios sociales? ¿Habría afectado eso su potencial conceptual, o su competencia para entender cómo funciona el mundo? ¿Habría interferido con su capacidad de “escuchar” y de entender una interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven?

Al final del análisis, es esta naturaleza del ser humano, y los poderes implícitos de la mente del hombre para descubrir principios físicos universales y conformar al mundo a su imagen, como el Creador nos hizo a Su imagen —el potencial de hacer el Bien al que Lyndon LaRouche dedicó su vida a descubrir, a transmitir y a mejorar— que es nuestra mejor herramienta en momentos como este.

Es por eso que el 2021, es también, el Año de Beethoven.

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