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Será guerra o paz con China; el mundo teme que pueda haber guerra

14 de marzo de 2021 — Helga Zepp-LaRouche dijo hoy que el mundo se encuentra en un estado de temor, por la movilización de las fuerzas armadas de Estados Unidos para prepararse para una guerra contra China, aunado al enorme aluvión de propaganda de los medios de comunicación, del gobierno, y de las fuerzas armadas que busca satanizar a China en las mentes de los ciudadanos; algo que históricamente aparece como preparativo para una guerra. Zepp-LaRouche pregunta, ¿qué tenemos que hacer para derrotar esta amenaza a la humanidad misma, y darle a los estadounidenses un sentido de cómo puede contribuir su nación a la paz mundial y al desarrollo en vez de a la destrucción?

La conferencia internacional que llevará a cabo el Instituto Schiller el próximo fin de semana, los días 20 y 21 de marzo, abrirá con un primer panel enfocado a dar respuesta a esta interrogante: la degeneración de la cultura estadounidense durante los últimos 60 años, a raíz del asesinato de varios dirigentes estadounidenses que podían hablar y pensar poéticamente, que entendían la importancia de la cultura clásica: John Kennedy, Martin Luther King, Robert Kennedy, y otros. Desde esos días desastrosos de la década de 1960, cuando Lyndon LaRouche identificó la contracultura de “rock, drogas y sexo” con el surgimiento de un movimiento fascista en Estados Unidos, esa contracultura se ha apoderado de las instituciones de la nación, de la educación, los medios de comunicación, el entretenimiento y la diversión, y del gobierno mismo. Su manifestación más palpable es el Nuevo Trato Verde ecologista fascista, que constituye el intento del imperio británico de imponer su política de despoblación en el mundo, a través del sistema financiero transatlántico y sus bancos centrales tomados por los demonios maltusianos, dispuestos a cortar totalmente el crédito a toda actividad productiva bajo la rúbrica de la farsa científica del cambio climático antropogénico.

Este panel de apertura presentará un cuadro de esta degeneración, y lo va a contrarrestar con la urgente necesidad de establecer en la mente estadounidense lo mejor de la cultura europea que construyó a este Estados Unidos: las obras inspiradoras de Federico Schiller, el poeta de la libertad, cuya estatua adornaba todas las ciudades estadounidenses; la música de Handel, Haydn, Mozart y Beethoven, que se escuchaba en la mayoría de los hogares y granjas estadounidenses durante el primer siglo de la nación; el poder y la pasión de los Espirituales Negros, que sostenían a los esclavos en su lucha por la libertad y que inspiraron al movimiento por los derechos civiles que se vio estancado, pero no derrotado, con los asesinatos de Martin Luther King, Malcolm X y de otros en esa década oscura.

Esta batalla cultural es el punto de referencia, la condición necesaria, para lograr la restauración del Sistema Americano “hamiltoniano” de economía política, para acabar con las “guerras sin fin”, para establecer una alianza de naciones soberanas, incluyendo a todas las grandes culturas que bendicen esta Tierra, y para detener la carrera demente hacia la guerra desatada bajo los regímenes de Bush y de Obama, que Trump fue incapaz de detener, y que el gobierno de Biden parece estar dispuesto a ampliar.

La gente que dirige el Departamento de Estado (Antony Blinken), el Consejo de Seguridad Nacional (Jake Sullivan) y el Pentágono del gobierno de Biden, ha declarado su acuerdo de seguir al pie de la letra lo que inició el orate perverso Mike Pompeo, de que Estados Unidos debe actuar para detener el desarrollo de China. Igual que Pompeo, Blinken, Sullivan y el jefe del Comando Indo-Pacífico de la Armada de EU, el lunático almirante Philip Davidson, han declarado todos que el milagro económico que sacó de la pobreza a 800 millones de chinos, es “contrario a nuestro modo de vida”, y que la Nueva Ruta de la Seda, que está llevando ese milagro económico al resto de las naciones pobres del Sur global, no es más que un truco imperial para apoderarse del mundo. Ellos desean que el mundo crea que no existe “el objetivo común de la humanidad”, lo que Xi Jinping llama “ganar-ganar”, sino únicamente la geopolítica, los instintos animales, y la supervivencia del más apto.

Para derrotar esa visión perversa de la humanidad, la Conferencia del Instituto Schiller abordará esa cuestión cultural fundamental, y luego procederá a tratar las soluciones necesarias ante el colapso económico, la pandemia y la propagación de la hambruna en África, Centroamérica y Sudamérica; el peligro de nuevas guerras y la restauración de la cooperación que hubo entre Estados Unidos, Rusia y China durante la Segunda Guerra Mundial, para enfrentar juntos estos desafíos. La reunión programada entre Blinken y Sullivan con el principal vocero de la política exterior china, Yang Jiechi y con Wang Yi, que se llevará a cabo el próximo jueves 18 de marzo en Alaska, es un punto de inflexión esperanzador para alejarse del desastre que se avecina, pero no nos atrevemos a contar con ello.

Inscríbanse en la conferencia del Instituto Schiller y de la JICL en https://es-schillerinstitute.nationbuilder.com/evento_03_20_2021

 

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