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La impresión de dinero inflacionario en Estados Unidos; el contraste de China

16 de marzo de 2021 — Varios comentaristas económicos, entre ellos el ex secretario del Tesoro Lawrence Summers, han estado calculando el aumento en el ingreso disponible “impreso” para los hogares estadounidenses durante el último año, y han llegado a la conclusión que más o menos ha duplicado el gasto de los hogares, aunque la especulación en el mercado de valores se incluye como parte de ese gasto. Esto quiere decir que se puso en práctica la inflación forzada que pedía el “cambio de régimen” que propusieron los ejecutivos de la firma de gestión de capitales BlackRock, Inc., y otros banqueros en la reunión anual organizada por la Reserva Federal en el centro turístico de Jackson Hole, Wyoming, en agosto de 2019; irónicamente, en ese momento Summers apoyó la propuesta en sus mensajes de Twitter, aunque él no asistió a esa reunión. Pero de cualquier modo, vale la pena contrastar la política monetaria y fiscal de China durante el mismo período.

Los últimos cálculos de este tipo los publicó el 13 de marzo el economista David Stockman (que fue director de la Oficina de Administración y Presupuesto durante el gobierno de Ronald Reagan). Puede ser que las cifras de Stockman no sean muy precisas, pero dejan en claro dos cosas. Primero, la sustitución del ingreso normal de los hogares (que resultó perturbado durante el encierro por la pandemia) con dinero subvencionado por el gobierno y otros créditos, fue mucho mayor (de dos a tres veces más) que la pérdida de sueldos y salarios en la crisis económica de 2020 provocada por la pandemia, que sumaron un total de unos $300 mil millones de dólares. Segundo, el detonante inflacionario: gran parte de ese dinero de “alivio de emergencia” fue a parar a hogares que no perdieron el ingreso de sueldos y salarios, ya que esa pérdida se concentró en los hogares de más bajos ingresos (el “alivio” era para hogares que tenían menos de $80.000 dólares de ingreso anual y hasta $120.000, que es el ingreso de la clase media en Estados Unidos). Entonces, esos fondos de alivio que se imprimieron se gastaron en gran medida en compras superfluas y en inversiones especulativas. El contexto lo creó la Reserva Federal con los $3 billones de dólares que creó en el mismo período para comprarle papel tóxico a los bancos insolventes, con tasas de interés de casi cero. Ahora se está manifestando el resultado inflacionario, desde el precio de los automóviles y de la vivienda, hasta el precio de las acciones en la bolsa de valores, y en el supermercado.

Esta es la fórmula del “cambio de régimen” que se propuso en Jackson Hole.

Las autoridades financieras del gobierno chino, están sonando la alarma inflacionaria luego del último “alivio” de $1,9 billones que aprobó el gobierno de Biden. El gobierno chino tomó un rumbo diferente en el mismo período. El primer ministro Li Keqiang declaró recientemente: “Ante las graves perturbaciones sin precedentes del año pasado… no inundamos la economía de China con liquidez excesiva. El aumento de los fondos fiscales por un total de 2 billones de yuanes [unos $300.000 millones de dólares] se utilizó sobre todo para apoyar a las entidades del mercado y el bienestar de la población mediante el recorte de impuestos y de tarifas y para satisfacer las necesidades básicas de subsistencia… Un periodista me preguntó si la escala e intensidad de nuestra política era demasiado modesta. Nosotros creemos que para que funcione el fertilizante, debe llegar hasta la raíz de las plantas. De ahí que hayamos decidido actuar allí donde las medidas eran más necesarias y han demostrado ser eficaces y eficientes”.

La economía de China se ha recuperado con fuerza aunque con algunos huecos en esa recuperación; uno de esos es el empleo juvenil. El desempleo entre los chinos de 16 a 24 años de edad era de 13,1% en febrero, sin cambios en un año (la tasa nacional general es de 5,5%) según la Oficina Nacional de Estadística. El número de nuevos puestos de trabajo creados anualmente, que había rondado los 13,5 millones antes del 2020, cayó por debajo de los 12 millones ese año, el objetivo en 2021 es de 11,5 millones. Pero el ritmo de crecimiento económico se aceleró en el 2021, y sigue siendo el más alto entre las economías principales del mundo, lo cual eleva las perspectivas de esos trabajadores jóvenes. Esta creación de puestos de trabajo es el mayor reto del gobierno, pero no va a caer en el error de utilizar la fórmula de Jackson Hole.

 

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