Promotores del golpe de Estado fascista en Bolivia saltan en defensa de la golpista Áñez, encarcelada y acusada de sedición y terrorismo
16 de marzo de 2021 — Como era de esperarse, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), que fue uno de los principales instigadores del derrocamiento del Presidente de Bolivia, Evo Morales, en noviembre del 2019, al insistir que Morales había cometido fraude en las elecciones presidenciales de ese mes (acusaciones que luego fueron rechazadas por respetados investigadores internacionales) saltó a la defensa de la “presidente” de facto Jeanine Áñez, quien fue arrestada y encarcelada el 13 de marzo bajo acusaciones de “terrorismo, sedición y conspiración”. Durante el año que estuvo en el poder, hasta noviembre del 2020, Áñez y sus colaboradores fascistas hicieron salvajes abusos a los derechos humanos, masacraron a simpatizantes indígenas de Evo Morales, inventaron acusaciones y encarcelaron a ex miembros de su gabinete ministerial, realizaron farsas de juicio, e hicieron persecuciones particularmente contra la población indígena.
Esto es lo que Almagro, junto con las fuerzas armadas, el aparato local fascista de la iglesia católica, pusieron en el poder, con el respaldo de Estados Unidos y de Gran Bretaña. Es a lo que el Departamento de Estado de Mike Pompeo, y el Consejo de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump llamaba “democracia”. No es de sorprender que ante su arresto, Áñez haya apelado de inmediato a que Almagro intervenga en los asuntos internos de Bolivia, y que invoque la Carta Democrática Interamericana y que envíe a Bolivia una delegación de la OEA para que “vean la persecución en mi contra”. También le pidió a la Unión Europea a que hiciera lo mismo, a lo que el jefe de política exterior de la Comisión Europea, Josep Borrell, de nacionalidad portuguesa, respondió ayer, manifestando su enorme preocupación por los “sucesos que están ocurriendo en Bolivia”, y le urge al Presidente Luis Arce que respete el “debido proceso sin que haya presiones políticas”. La iglesia católica boliviana que ayudó a preparar el plan para el golpe de Estado del 2019, también emitió una declaración en defensa de Áñez.
Pero Almagro dejó que todo saliera a la luz. En un boletín de prensa que emitió ayer, exige que Áñez y otros de los ex miembros de su gabinete ministerial también encarcelados, sean liberados de inmediato, sobre la base del “abuso de mecanismos judiciales que nuevamente se han transformado en instrumentos represivos del partido de gobierno”. Afirmó que el sistema judicial de Bolivia, “no está en condiciones de brindar las mínimas garantías de juicio justo, de imparcialidad y de debido proceso”, así que Áñez y los otros deben ser liberados, “hasta contar con procesos y mecanismos imparciales para determinar responsabilidades” en los crímenes por los cuales se les acusa. Dado que en su opinión, no es posible confiar en la autoridades bolivianas, Almagro propone que se conforme una comisión internacional de la OEA y de la ONU “para la investigación de casos de corrupción desde el último período de gobierno del ex Presidente Evo Morales” (implicando que Morales tenía que haber sido corrupto) “hasta la actualidad, incluyendo obviamente el período del gobierno [de Áñez] de transición”. (https://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=C-022/21).
Almagro también le dedicó abundantes alabanzas al Instituto CASLA con sede en Praga, una organización derechista de derechos humanos y “pro democracia”, que en su propia declaración calificó al arresto de Áñez como de “intimidatorio y de persecución”. Dice esa organización que nunca hubo un golpe de Estado contra Morales; esta acusación fue hecha solamente para encubrir el fraude electoral que Morales cometió en el 2019. Además, dicen que el Presidente Arce utiliza “una narrativa false y peligrosa para perseguir a sus oponentes”. (http://caslainstitute.org/1615597819106_bolivia/).
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