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Palabras y acciones incoherentes en la reunión del consejo de la Reserva Federal dejan ver la amenaza de la inflación

23 de marzo de 2021 — La última reunión de la Comisión de Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos (FMOC, por sus siglas en inglés) el ente deliberativo de la Reserva Federal, el pasado 17 de marzo, emitió una declaración en la que aparentemente pronostica y al mismo tiempo le da la bienvenida, a un disparo de la inflación en la economía estadounidense; pero de manera muy callada tomaron una medida opuesta (o como se dice, ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario).

De manera absurda, la evaluación económica de la Reserva es que se podría esperar que la inflación acelere, pero solo temporalmente, y que volvería a bajar para 2022. Nada más consideren los precios de la energía eléctrica y demás. La intención de las grandes potencias en el sistema financiero internacional, incluida la Reserva Federal, es que los billones de dólares que la Reserva ha ayudado a imprimir, se dirijan hacia las tecnologías energéticas más ineficientes que van a presionar al alza sistemáticamente los precios de los productos finales de esas fuentes energéticas, es decir, la electricidad, la gasolina, etc. La Reserva Federal, que participa en la mentada “Red para enverdecer el sistema financiero”, conoce esta realidad y todos los detalles de la “burbuja financiera verde” que se está generando.

Pero el detonante más evidente para la inflación es el hecho de que casi todas las economías transatlánticas se han encogido en diferente medida en los últimos 18 meses, mientras que la Reserva Federal de EU y el Banco Central Europeo (que está por encima de los bancos centrales de cada país europeo dizque soberano) han impreso billones de dólares en dinero que no se ha utilizado para nada de inversión productiva sino para alimentar a la especulación bancaria. Entonces, la Reserva Federal pronostica que este año de 2021 el PND de Estados Unidos va a crecer en 6.5% GDP, pero el Banco de la Reserva Federal de Chicago dice que su Índice de la Actividad Económica Nacional en febrero fue de -1.09; una cifra negativa indica una actividad por debajo de lo normal. El índice cayó arrastrado por la industria y el mercado inmobiliario.

La inflación en los precios de producción ya muestra indicios graves en varias industrias y obedece a que hay una escasez creciente de productos primarios, tales como semiconductores, aceros de cierta calidad, aluminio, tierras raras, maderas de varios grados de calidad, etc. La aguda caída en la demanda productiva para estos bienes de producción desde mediados del 2020 causó una caída igualmente aguda en su producción. Desde el otoño del 2020 el tremendo flujo de dinero impreso por la Reserva Federal, más el gasto de la Tesorería de EU, que llegó a una erupción de $271 mil millones en la tercera semana de marzo, ha creado una demanda cada vez mayor de estos bienes de producción y para algunos servicios.

Pero a pesar de este pronóstico de crecimiento y de inflación, y a pesar de que la Tesorería de EU va a gastar otros $1,9 billones de dólares en concordancia con el paquete de alivio recién aprobado (Ley de Rescate Estadounidense), la reunión de la FOMC decidió que la Tasa de Fondos Federales (la tasa de interés de referencia) se mantendrá prácticamente en cero hasta finales del 2023 y la Reserva Federal seguirá acumulando reservas de los bancos más grandes mediante la compra de sus activos a un ritmo de $120 mil millones de dólares al mes indefinidamente. (La práctica hiperinflacionaria de imprimir dinero para comprarle activos tóxicos a los bancos insolventes).

Al mismo tiempo, la Reserva Federal exhibió su esquizofrenia en cuanto a qué hacer con respecto a esta “inflación temporal”: festejar y promoverla, o detenerla, o ambas cosas. Sin que se diera ningún aviso en la declaración de la reunión del FOMC, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York anunció un cambio en su regulación de los acuerdos de recompra. Se trata del mentado “mercado repo”, mediante el cual la Reserva Federal compra valores a los bancos de un día para otro con la obligación de recompra; esta medida de la Reserva tiene el propósito de sustituir el mercado regular de un día para otro entre los bancos; este mercado se colapsó en septiembre del 2019, cuando los grandes bancos se negaron a prestarse entre sí por el riesgo implícito, lo cual fue lo que sonó la primera alarma de la crisis financiera venidera, la cual detuvo la Reserva mediante la impresión (hasta ahora) de $4 billones de dólares más desde el 4 de octubre del 2019. Dejando de fuera los aspectos técnicos, los cambios en la regulación de la Reserva de Nueva York significan una medida aparente para retirar liquidez en efectivo del sistema bancario haciendo que los bancos compren certificados de la Tesorería a la Reserva. Si esto parece lo opuesto del anuncio de la Reserva de seguir con la “emisión cuantitativa” a un ritmo de $120 mil millones al mes indefinidamente, pues así es. La respuesta de los “mercados” a estos anuncios fue un salto en las tasas de interés a largo plazo en Estados Unidos el 18 de marzo.

 

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