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China y LaRouche, exponen las mentiras sobre Xinjiang para detener una guerra mundial

28 de marzo de 2021 — El firme respaldo que le dio el Ministerio de Relaciones Exteriores chino el 26 de marzo a la “Declaración de expertos en China de todas partes del mundo”, que fue redactada por Helga Zepp-LaRouche, así como la participación de Huang Ping, cónsul general de China en Nueva York, en la Conferencia del Instituto Schiller el 20 de marzo, demuestra aún más la importancia absolutamente crucial de la labor de esta organización para evitar un deterioro tal que nos lleve a una guerra nuclear entre las dos economías más grandes del mundo. La portavoz del Ministerio, Hua Chunying, al referirse a la Declaración dijo que “refleja la voz racional y justa de personas perspicaces en la comunidad internacional”, y “que condenan y rechazan las locas palabras y acciones de las fuerzas occidentales antichinas que impúdicamente atacan, difaman e incluso fabrican rumores en contra de China haciendo caso omiso de los hechos”. [https://www.fmprc.gov.cn/mfa_eng/xwfw_665399/s2510_665401/t1864659.shtml]

¿Aceptarán los estadounidenses y europeos una vez más sin pensar las mentiras descaradas sobre otro país, como las que permitieron que se desatara un infierno en el mundo árabe por medio de las guerras genocidas bajo los gobiernos de Bush, Blair y Obama? Las mentiras sobre “las armas de destrucción masiva” de Iraq, se quedan cortas al lado de la fabricación increíble de la supuesta condición en la que viven los uigures en Xinjiang, mentiras que describen como “genocidio” a lo que es de hecho un milagro económico y social que ha transformado a toda la región de una pobreza extrema a un boyante centro de comercio internacional y desarrollo, sacando de la pobreza a cada uno de sus residentes. Ni una sola muerte ha sido demostrada por quienes hacen esta denuncias, ni tampoco han visitado la región, que está abierta para cualquiera que quiera verla por sí mismo.

A Henry Kissinger, que ciertamente no es una de las personas que la piense mucho para iniciar una guerra, como hiciera en todo el Sudeste de Asia, no obstante se le debe tomar en serio cuando le dice a sus mentores en la Chatham House de Londres (como lo dijo el 25 de marzo): “Si no llegamos a un entendimiento con China [para un nuevo orden global], entonces nos vamos a encontrar en una situación similar a la vivida ante de la Primera Guerra Mundial”, en la que se permitió que los conflictos geopolíticos proliferaran, hasta que “uno de ellos se salió de control en cierto punto. Es infinitamente más peligroso hoy de lo que era entonces”.

China ya no está esperando calmadamente a que terminen las mentiras y las sanciones ilegales y las amenazas. Yang Jiechi, el diplomático más importante de China, le leyó la cartilla al secretario de Estados de Estados Unidos, Antony Blinken, en su confrontación pública el 19 de marzo en Anchorage, Alaska, denunciando la exigencia de que China siga “las reglas establecidas”, como las reglas de una dictadura que ha violado flagrantemente todas las “leyes internacional” que se establecieron luego del la Segunda Guerra Mundial, en gran medida por el Presidente Franklin Roosevelt y sus asociados, con el propósito de que nunca más se permitiera que un Estado fascista sin ley amenazara otra vez a la humanidad. Como respuesta a las sanciones impuestas por China la semana pasada, en torno al imaginario maltrato de los uigures, China le impuso sanciones a individuos, parlamentarios e instituciones en Estados Unidos, el Reino Unidos y Canadá.

Mientras tanto, Rusia y China han reafirmado su “Asociación Estratégica” , y 140 naciones se han unido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China: 40 naciones en el África subsahariana; 34 de Europa y Europa central, que incluye a 18 países de la Unión Europea; 25 naciones de Asia del Este y del Pacífico; 17 del Sudoeste de Asia; 18 naciones de Iberoamérica y el Caribe; y 6 del Sudeste de Asia. Hay naciones que se están viendo liberadas de la opresión de las “condicionalidades” del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), que han mantenido un control neocolonial después de que termino formalmente el colonialismo, imponiendo “atraso a la fuerza” por medio de sus dictados financieros. El Presidente senil, Joe Biden, el 26 de marzo le dijo al Primer ministro británico, Boris Johnson, que él quiere construir su propia “Iniciativa de la Franja y la Ruta” para contrarrestar a China; ¡pero solo para las “democracias!”.

Estos son hechos que ya no se pueden ignorar. La degeneración de la sociedad del transatlántico, desde la decadencia económica, la pandemia descontrolada, la perversidad cultural, y la burbuja financiera que está a punto de estallar, todo esto enfrenta a sus dirigentes ante una decisión: o llevan a cabo una reforma como lo planteado por Lyndon LaRouche en su programa para una colaboración internacional por la paz y el desarrollo, o van a llevar a sus poblaciones engañadas hacia la extinción con una guerra nuclear.

La denuncia que en los últimos cincuenta años ha hecho esta organización de las mentiras de las instituciones dominantes angloamericanas ha alcanzado una nueva fase. El lunes 29 de marzo sale de la imprenta el folleto basado en el Informe Especial que la EIR publicó el mes pasado, titulado, “El Gran salto hacia atrás: LaRouche revela al Nuevo Trato Verde”. La revista semanal EIR publicará las transcripciones de la histórica conferencia del Instituto Schiller del 20 y el 21 de marzo de este año en curso.

Estamos viviendo la mayor amenaza a la civilización en la historia moderna, posiblemente la más grande desde la Peste Negra del siglo 14 en Europa y Asia. Solo puede revertirse por medio de una ofensiva positiva orientada a acabar con el poder del imperio de una vez por todas, reuniendo a las grandes naciones y culturas del mundo para construir un nuevo renacimiento. La Organización LaRouche es crucial para lograrlo.

 

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