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Blinken y Pompeo coinciden: muerte a los niños de Siria 

31 de marzo de 2021 — La desesperada situación en Siria se está convirtiendo en una de las coyunturas críticas en la batalla cada vez más intensa entre las políticas genocidas del imperio británico y el nuevo paradigma fundamentado en la paz por medio del desarrollo. Después de 10 años de guerra en Siria, instigada y orquestada por el gobierno de Obama con la intención de bombardearla hasta acabarla por completo, armar a los terroristas para destruir su estructura social y política, asesinar a su jefe de Estado, y saquear sus materias primas (o sea, precisamente como hizo George W. Bush en Iraq, y Obama en Libia) la nación se encuentra en el umbral del infierno. Noventa por ciento de la población está sumida en la pobreza (la tasa promedio más alta del mundo). Hay filas de una milla de distancia para conseguir una barra de pan o un galón de gasolina, y la disponibilidad de la electricidad en Damasco, la capital de Siria, es de tres horas al día. Aunque ya casi terminó la pelea, hay millones de refugiados que no pueden regresar a sus hogares, porque las sanciones unilaterales impuestas por Estados Unidos evitan que se pueda avanzar en la reconstrucción del país. La posibilidad de terminar con esta guerra malvada fue completamente rechazada por los jefes militares que supuestamente debían tomar sus órdenes del comandante en jefe, Donald Trump. La única razón por la cual Siria sobrevive como un Estado soberano es por la intervención de Rusia, que se unió en una guerra contra el terrorismo y para defender al gobierno soberano del Presidente Bashar al-Assad. 

El lunes 29, el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidos (CSONU), llevó a cabo un foro sobre la situación de Siria, donde se exhibió toda la perversidad del partido de la guerra. Para hablar a favor de la guerra y el genocidio estuvo el secretario de Estado de Biden, Antony Blinken, quien, como subsecretario de Estado en el gobierno de Obama, abogaba por una guerra total contra Siria y el derrocamiento del gobierno de Assad. En la ONU este tipo tuvo el descaro de soltar una lágrima por “las necesidades urgentes del pueblo sirio que hemos escuchado descritas tan elocuentemente aquí hoy. Está claro que esas necesidades, que incluyen tener suficiente para comer y el acceso a las medicinas, no se van a satisfacer con el régimen de Assad”. No había una sola alma en esa reunión que no estuviera consciente de que las sanciones impuestas por Estados Unidos tienen el propósito de garantizar que Assad no pueda alimentar a su población.

Como dijo el coronel (retirado) Richard Black en la Conferencia del Instituto Schiller del 21 de marzo, “¡las sanciones no hacen otra cosa que atacar a los inocentes, a los pobres, a los vulnerables! Es la más cruel y bárbara de las guerra que podamos librar”. 

El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Vershinin, le respondió a Blinken desde Rusia: “La reacción de Washington y de Bruselas al llamado del secretario general de la ONU a aligerar y a levantar las sanciones unilaterales en medio de la pandemia, tuvo el resultado contrario, de endurecer de manera sin precedente las restricciones adoptadas, pasando por encima dell Consejo de Seguridad de la ONU, incluyendo la introducción de la infame Ley César de junio de 2020. Desafortunadamente, el honorable representante de Estados Unidos y de otros colegas occidentales hablaron de un montón de cosas en sus discursos de hoy pero no dijeron nada de las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea y su dramático efecto negativo en los sirios del común”. 

¿Cómo es posible que una nación que alega que está preocupada por los derechos humanos, imponga por medio de sanciones y guerra, hambruna a millones de niños en Siria y Yemen? ¿Cómo puede una nación que ha matado a millones de musulmanes inocentes para conseguir un “cambio de régimen” en Iraq, Libia, y Siria, luego reclame la pureza moral al declarar que China es culpable de “genocidio” en contra de los uigures, como han hecho Pompeo y Blinken, cuando cualquiera de sus representantes solo tiene que viajar a Xinjiang para ver que eso es una mentira total? 

Ha habido un fracaso drástico de la moralidad en el mundo transatlántico: fracaso en contrarrestar el curso de la muerte en la pandemia; falta de compasión por las víctimas de sus guerras y sus sanciones; fracaso en abordar los derechos humanos más profundos, los de la pobreza y el hambre, incluso dentro de sus propios países. 

El instituto Schiller y la Organización LaRouche están creando los medios institucionales a través de los cuales los dirigentes políticos y los ciudadanos preocupados pueden, y deben actuar para revertir esta maldad, e inspirar al mundo para restaurar la dignidad del hombre a través de la cooperación internacional para restaurar  el amor por la ciencia, la belleza, la cultura clásica y el progreso humano. El Nuevo Trato Verde maltusiano se puede y debe derrotar. Lee y circula el folleto  El gran salto hacia atrás; LaRouche aplasta el fraude del ‘Nuevo Trato Verde’.

 

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