Una alianza por el desarrollo puede tener éxito
3 de abril de 2021 — El próximo martes 6 de abril, está programado que se lleven a cabo pláticas en la ciudad de Viena, Austria, en las que se tocarán los principios del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), con la participación de los principales actores involucrados en el mismo, a fin de sacar las cosas de alguna manera de la zona de peligro actual, incluyendo la posibilidad de levantar las sanciones contra Irán. Esto resultó de una reunión virtual que se llevó a cabo el 2 de abril, originada en Viena, entre cinco de los miembros originales del PAIC (el P-5 más uno), a saber, China, Francia, Rusia, Reino Unido, y Alemania, sin Estados Unidos, e Irán, organizada por la Unión Europea (UE), que emitió una declaración sobre la reunión programada para el 6 de abril como el paso siguiente. La UE dice que la reunión del 6 de abril se va a llevar a cabo, “para identificar de forma clara el levantamiento de las sanciones y las medidas para implementar el acuerdo nuclear, así como la convocatoria de reuniones de los grupos de expertos pertinentes”. Los funcionarios de la UE se van a reunir con Estados Unidos por separado.
En lo abstracto, este diálogo podría ser bueno, pero en la práctica, se da en el contexto de feroces conflictos atizados por el eje geopolítico de Londres. Las iniciativas positivas no van a llegar a ningún lado, excepto a la guerra, si no se inicia el desarrollo de la gran región del sudoeste de Asia, y de otros lugares que hoy se hunden en horribles catástrofes humanitarias.
La perspectiva de desarrollo y los programas concretos se dieron a conocer en la conferencia internacional del Instituto Schiller del 20 y 21 de marzo, cuyo proceso de diálogo se está expandiendo tremendamente. El Panel 3 de esa conferencia, el 21 de marzo, se tituló, “El Indo-Pacífico, el Cáucaso, Europa oriental y el sudoeste de Asia: pivotes para la guerra, o para el desarrollo pacífico con la Nueva Ruta de la Seda”. El panel contó con 10 ponentes, de Siria, Iraq, Yemen y Pakistán, entre otros países. (En la edición del 9 de abril del semanario EIR se va a publicar un informe completo de este panel).
El jueves 1º de abril, el director de la edición árabe de EIR, Hussein Askary, dio un informe por internet en árabe a un público de más de 30.000 personas, mayormente en Iraq (y en 24 horas ya había tenido 6.600 visitas) que se centró en la perspectiva del desarrollo, en dos sentidos. Primero, como la reacción necesaria ante la desesperada situación del conflicto estratégico. Y en segundo lugar, Askary habló del significado de los “corredores de desarrollo”, tal y como los presentó el economista y estadista estadounidense Lyndon LaRouche, y como algo diferente a los corredores de transporte, que son rutas de comercio, no de desarrollo. A pesar del terrible sufrimiento, hay esperanza y entusiasmo porque suceda el verdadero desarrollo.
Hay que destacar que el 30 de marzo, Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores y Consejero de Estado de China, terminó una gira de una semana por seis países de la región del sudoeste de Asia y la región del Golfo Pérsico. En su primera parada, dio a conocer un programa de cinco puntos en una entrevista con medios de comunicación saudíes, cuyo último punto hace hincapié en el compromiso de China por una cooperación económica en proyectos de desarrollo. En declaraciones al canal de televisión Al Arabiya, Wang dijo: “China ha firmado documentos de cooperación con la Iniciativa de la Franja y la Ruta con 19 países del Medio Oriente, y ha llevado a cabo una colaboración distintiva con cada uno de ellos…. Al mismo tiempo que fomenta un nuevo paradigma de desarrollo, China está lista para compartir sus oportunidades de mercado con el Medio Oriente, trabajar con los países árabes para prepararse activamente para la cumbre entre China y los Estados Árabes, promover una cooperación de alta calidad en la Franja y la Ruta y ampliar las áreas de crecimiento, como las tecnologías nuevas y avanzadas”.
A pesar de las terribles pérdidas y los enormes obstáculos, el desarrollo está consiguiendo su lugar en la agenda mundial. Esto se manifiesta en la circulación continua de la declaración que emitió Helga Zepp-LaRouche el 21 de marzo, en el Panel 3 de la Conferencia del Instituto Schiller, titulada, “Declaración de expertos en China de todas partes del mundo”. No se puede negar la realidad del compromiso de China y el historial de China para implementar el desarrollo, al sacar de la pobreza extrema a más de 800 millones de personas, hasta reaccionar con rapidez para defenderse de la pandemia de COVID-19, y darle ayuda a las naciones de todo el globo.
¿Cuál es la probabilidad de que prevalezca esta perspectiva de acciones positivas? La señora Zepp-LaRouche abordó esto en su videoconferencia semanal con el Instituto Schiller, luego de informar sobre el próximo despliegue desquiciado del enviado especial presidencial de Estados Unidos sobre el clima, John Kerry, a India, a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), y a Bangladesh, con el propósito de coaccionarlos a que cierren sus economías, para que recorten las emisiones de CO2 para “salvar al planeta”. Zepp-LaRouche también destruyó las mentiras sobre las supuestas violaciones a los derechos humanos en Xinjiang, que es un fraude geopolítico con el propósito de desestabilizar a China.
Zepp-LaRouche concluye su videoconferencia diciendo: “Yo creo que la gente se da cuenta de que se trata de un esfuerzo para regular todo en la dirección de una dictadura verde ambientalista, que hará imposible la vida para miles de millones de personas. De modo que considero que este 'Gran Reajuste' se puede derrotar y podemos sustituirlo con una alianza por el desarrollo, que es tan necesario. Necesitamos que los países europeos, y esperamos que también Estados Unidos, trabajen con Rusia, China e India, para desarrollar el sudoeste de Asia, para desarrollar a África, a Latinoamérica, y que digan 'NO' a esta política de genocidio. Porque allí, en esas políticas, es donde encuentras el genocidio, no en Xinjiang”.
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