El mundo necesita un Renacimiento
10 de abril de 2021 — Tenemos que exponer y derrotar la agenda antihumana, maltusiana de reducción de población, que promueven tanto el Gran Reajuste como el Nuevo Trato Verde ambientalista, así como la escalada estratégica que puede llevar a un conflicto militar, hasta un conflicto militar nuclear entre Estados Unidos y la OTAN contra China o Rusia.
Un abismo separa la realización del desarrollo económico a nivel mundial, del propósito suicida de reducir las emisiones de dióxido de carbono. Ambas metas son mutuamente excluyentes, motivo por el cual se han utilizado cuentos fantasiosos sobre el cambio climático para asustar a la gente a que adopten políticas que destruirían la productividad económica que se requiere para mantener a la población mundial en aumento en niveles de vida mayores, y con cada vez más capacidades para contribuir al desarrollo de los nuevos principios científicos y tecnológicos que son el núcleo de la creación de la riqueza.
Mientras que el Fondo Monetario Internacional se ofrece para jugar un papel de “arbitro” para establecer reglas tales como el precio del carbón ajustado al clima (con el objetivo de que se incremente durante los próximos años en órdenes de magnitud) representantes del gobierno de India han declarado de manera muy clara que cualquiera de esas “metas” tiene que quedar en un segundo plano frente al derecho que tienen todas las naciones al desarrollo.
El tipo de complacencia que permitiría una división permanente del mundo entre sectores desarrollados y subdesarrollados, o dividir a la gente entra las personas pudientes y las personas necesitadas, es en sí misma un problema que tenemos que superar. Cuando la gente (financieramente) más rica del mundo ve su fortuna crecer de manera impresionante bajo el paradigma de los rescates financieros y “alivios” por la COVID-19 a los bancos centrales de Occidente, alrededor de 150 millones de personas han sido arrojados a la pobreza extrema, y cientos de millones están amenazadas por la inseguridad alimentaria.
¡Esto no se puede tolerar!
El martes, Helga Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller estuvo en la emisora de radio China Radio International, y allí al responder a la pregunta sobre la conversación que tuvieron el 7 de abril el Presidente Xi Jinping y la Canciller de Alemania Angela Merkel, ella hizo hincapié en la necesidad de que Europa desarrolle una estrategia política independiente, en vez de verse a sí misma como miembro de un bloque antichino o antirruso.
Los incesante ejercicios militares de la OTAN, que se mantienen incluso bajo condiciones de restricciones generales por la pandemia COVID-19 en Europa, han servido para rodear y amenazar a Rusia desde la caída de la Unión Soviética; la OTAN fue creada para defenderse de la URSS. Las peleas y las provocaciones en Ucrania están diseñadas para arrastrar a Rusia a un conflicto armado, así como las provocaciones en torno a Taiwán tienen el propósito de ejercer una presión estratégica similar en China.
Mientras tanto, las vacunas y la infraestructura de salud que son necesarias para derrotar a las pandemia de COVID-19, en gran medida se están dejando de lado. El Presidente de Namibia (un país vecino de Sudáfrica) denunció como un “apartheid” la manera como se están distribuyendo las vacunas hoy. En especial con la preocupación de la aparición de nuevas variantes, la pandemia, y la vulnerabilidad ante pandemias futuras, solo se puede solucionar elevando enormemente la producción de vacunas y los tratamientos, y una plataforma de infraestructura física y de salud capaz de sostener la vida humana en salud en todo el mundo.
Ese es el renacimiento de la civilización humana que promueven el Instituto Schiller del movimiento de LaRouche.
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