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Bajo amenaza de guerra mundial, el Instituto Schiller organiza una resistencia moral 

4 de mayo de 2021 — La prerrogativa de Estados Unidos y de la OTAN para imponer un “sistema internacional basado en reglas”, que constantemente repite el gobierno de Biden y los voceros “imperiales” británicos, ahora consiste en ordenarle a todas las naciones del mundo a que se unan a Estados Unidos y Europea en abandonar la energía de los combustibles fósiles, la agricultura y ganadería modernas de alta tecnología, la tecnología industrial intensiva en energía, sin importar las consecuencias para sus pueblos. Más aún, se tienen que unir a la golpiza contra Rusia y China hasta que grandes potencias tecnológicas acepten hacer lo mismo. Si el jefe del Comando Estratégico de Estados Unidos, el almirante Charles Richard, acaba de decir que en su “juicio” la “guerra termonuclear” es una gran posibilidad en esta situación, las élites de la OTAN piensan que esa es una opción que vale la pena abrazar para obligar a sus adversarios a “descarbonizar” sus economías y retroceder en su capacidad industrial y energética. 

Ahora Canadá está bajo ataque de los funcionaros estadounidenses como estrategia de adversario, por tener oleoductos bajo el Estrecho Mackinac Strait. Alemania está sujeta a sanciones hasta que abandone el gasoducto que viene de Rusia. Nueva Zelandia sería expulsada de la asociación de agencias de inteligencia angloamericanas “Cinco Ojos” por no declarar a China como enemigo. Los mandatarios de los gobiernos de Europa Oriental deben doblegarse a la confrontación geopolítica británica y de la OTAN contra Rusia o se verán expuestos a sufrir una operación de “cambio de régimen”. 

La sombría realidad de este “Gran Reajuste” (pues éste es el carácter real del “Gran Reajuste”) es que la OTAN va a amontonar sanciones y amenazas y retará a Rusia y China a una guerra de superpotencias --una guerra en que la humanidad no puede sobrevivir-- en vez de permitirles que continúen con el desarrollo tecnológico e industrial que las naciones transatlánticas están abandonando. Y China y Rusia no aceptarán la regresión del “cero carbono”. 

Para conocer la fuerza motriz de esta amenaza, vean hacia la City de Londres y Wall Street, los más grandes gigantes financieros y bancos centrales, y ahí van a encontrar la gran debilidad del Gran Reajuste. Estas fuerzas financieras se enfrentan a un colapso financiero global de una burbuja de deuda de bonos corporativos y de financiación de activos de decenas de billones de dólares, además de su exposición a otras decenas de billones de derivados. Acaban de pasar por un hito terrible en el camino hacia ese crac, con el colapso de un gran fondo de cobertura llamado Archegos, que causó enormes pérdidas en los grandes bancos europeos; saben que están a un año del final, más o menos. 

Por ende, Londres y los financieros de Wall Street sienten la urgente necesidad de escapar del colapso con una nueva y gigantesca burbuja de “finanzas verdes”, para financiar parques de turbinas eólicas, parques solares, y especular con las “compensaciones de carbono” y “créditos por carbono”, y con los granjeros que “cultiven sin carbono”, además de los derivados financieros relacionados con el carbono. Por supuesto, quien se supone que pagará todo eso eres tú. Pero si no lo haces, su debilidad queda al descubierto. 

Si un número suficiente de ciudadanos y organizaciones se niegan a seguirles el juego suicida, y exigen el desarrollo industrial para todas las naciones, se puede aplastar el Nuevo Trato Verde. 

Pero muchos ciudadanos y dirigentes en Estados Unidos y en Europa, ya no tienen la moralidad para procurar el desarrollo industrial para las naciones en desarrollo, para África y el sudoeste de Asia. Son indiferentes, o simulan indiferencia, ante la hambruna que amenaza a 300 millones de personas este año en el sur de Asia y en África, provocada por la pandemia. Indiferentes a los pueblos cuyos sistemas de salud pública y hospitalaria se han derrumbado bajo las olas de COVID-19, porque sus naciones carecen de las capacidades sanitarias modernas que debe tener toda nación y con los que debe ser dotada. Están lo suficientemente ensimismados como para ignorar el agravamiento de los conflictos sociales e incluso, increíblemente, la creciente amenaza de una guerra global de la cual no es posible sobrevivir. 

Esto tiene que cambiar; será necesario un renacimiento moral para derrotar a la pandemia y al “Gran Reajuste” al que supuestamente nos obliga la pandemia. Este es el propósito de la serie de conferencias internacionales del Instituto Schiller desde el año pasado. La próxima conferencia es dentro de unos cuantos días, el sábado 8 de mayo: “El colapso moral del mundo transatlántico clama rpo un nuevo paradigma”. Vea la invitación y regístrese aquí: https://es-schillerinstitute.nationbuilder.com/evento_05_08_2021

 

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