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Qué tan cerca estamos 

12 de mayo de 2021 — En las últimas revelaciones de qué tan cerca ha llegado el mundo a una guerra nuclear, Daniel Ellsberg, famoso por los Papeles del Pentágono, dio a conocer por vez primera la semana pasada que el Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas de Estados Unidos había preparado planes para una guerra nuclear en 1958, durante la crisis del Estrecho de Taiwán, a sabiendas de que el resultado podía ser la destrucción total de Taiwán mismo. Ellsberg advirtió que precisamente esos mismos cálculos se están haciendo hoy en los pasillos del poder, en referencia a la declaración del comandante del Comando Estratégico, almirante Charles Richards, de que la guerra nuclear es una posibilidad muy real. “Este es el mes en el que tenemos que discutir sobre el tema, en público, de si nos metemos en una guerra nuclear en torno a Taiwán, o Ucrania, o Siria”. 

Y a propósito del poder que tiene el individuo para cambiar la historia, Ellsberg dijo que está bien ser un denunciante, “cuando hay vidas en riesgo” y que “si un funcionario de alto nivel --y no tendría que haber sido un funcionario del gabinete de ministros, con un subsecretario adjunto sería suficiente-- hubiese hecho lo que Snowden y otros hicieron, no hubiera habido la guerra contra Iraq en 1991. Los individuos pueden cambiar estas catástrofes, poniendo la verdad de frente, y eso puede ser muy, pero muy poderoso”. ¿Quién se pondrá de pie hoy?

También existen otras situaciones potencialmente explosivas, como nos muestra la tensa situación que hoy ocurre en Jerusalén. Sacan a los palestinos de sus vecindarios, desalojan a los feligreses de la Mesquita Al-Aqsa por medio de perdigones y gas lacrimógeno dentro de este templo sagrado, cohetes y ataque aéreos están aumentando como no se había vista desde hace muchos años. El ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, habló diplomáticamente en sus reuniones en Washington DC, pero fue más directo en sus declaraciones a la Liga Árabe el martes, donde advirtió que Israel está jugando con fuego. 

Y los ataques contra China y Rusia continúan, como van a continuar mientras no derrotemos a la geopolítica, o hasta que se desate una guerra nuclear. Ataques hipócritas en contra de China a nombre de los “derechos humanos” suenan cada vez más huecos, pero de todas maneras los repiten. Por el ataque cibernético al oleoducto Colonial se está responsabilizando a Rusia con el mismo grado de evidencias (esencialmente cero) que se presentó para atribuir a esa nación el hackeo a la empresa SolarWinds. 

En tanto especie creativa, los seres humanos habitamos un Universo ilimitado. El dogma maltusiano supremamente estúpido que establece que el crecimiento de la población inevitablemente va a sobrepasar los límites de los recursos, fundamentado de modo dizque científico en el risible libro de 1972 titulado "Los límites al crecimiento", y que ahora sirve de axioma cuasireligioso para los movimientos “verde” ambientalistas en todo el mundo, no corresponde a ninguna cultura comprometida con el avance científico, el desarrollo de la infraestructura, el mejoramiento de los poderes de productividad y el avance cultural. 

Acabar con las guerras, eliminar las sanciones y la geopolítica, y establecer en todo el mundo plataformas para la salud, la energía, el transporte, el agua, la educación y la cultura, garantizará que podamos estar a la altura de los desafíos, y hacer de este planeta, ¡y de otros!, el hogar en el que sus habitantes puedan vivir con dignidad.

 

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