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Un parpadeo de cordura: la cumbre de Putin y Biden debe provocar un cambio global 

28 de mayo de 2021 — Es muy fácil perder de vista cualquier trayecto hacia adelante en la crisis existencial actual que enfrenta la humanidad hoy, en especial cuando se ve desde la región transatlántica: la burbuja financiera en el sistema bancario, literalmente de miles de billones de dólares en papel especulativo que ya amenaza con la hiperinflación que podría acabar con los ahorros de todos; un gobierno estadounidense que todos los días lanza gritos de guerra contra Rusia y China que tienen armas nucleares; el lunático Nuevo Trato Verde que ya está clausurando partes de la economía real con base en un fraude científico; una pandemia que se está extendiendo en todo el mundo; y una crisis social alimentada por las drogas, la violencia y la perversidad.

Pero esa no es la realidad global. De hecho, existe otro paradigma, que se está expandiendo rápidamente por todo el mundo, y que está mostrando signos de surgir dentro de Estados Unidos y Europa, a pesar del peligro extremo, o quizás debido al peligro extremo. La oligarquía financiera angloamericana aborrece y sataniza a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, precisamente porque ofrece al mundo una alternativa al genocidio maltusiano de guerra, pandemias y “finanzas verdes”, y las naciones de Asia, África e Iberoamérica están aprovechando esa alternativa. Cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos amenaza con que aceptar vacunas de China y Rusia es un intento maligno de destruir la democracia, simplemente se preguntan qué es lo que ha enloquecido al Departamento de Estado.

Los 11 días de asesinatos en masa en Gaza este mes han generado una reacción en Estados Unidos y en Europa. A las manifestaciones masivas contra la matanza se han unido muchos no palestinos, incluso muchos israelíes y estadounidenses que están asqueados por la constante insistencia en las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo, mientras ofrecen un apoyo acrítico al Estado de apartheid creado por los líderes de la derecha en Israel. Es importante recordar que el liderazgo de Netanyahu se remonta al “sionismo revisionista” del hitleriano Vladimir Jabotinsky en Gran Bretaña. (el padre de Benjamin Netanyahu, Benzion Netanyahu fue secretario particular de Jabotinsky, mientras que David Ben-Gurion etiquetó a Jabotinsky como “Vladimir Hitler”). Es igualmente importante recordar que los lores imperiales británicos que crearon el Estado de Israel, sin contemplar la posibilidad de un Estado palestino, también crearon a Hamás en la década de 1980, cuando era útil tener una organización palestina radical de base religiosa para oponerla a la Organización de Liberación Palestina de Yasser Arafat. Y por supuesto, cuando el Presidente Arafat y el Primer ministro Yitzhak Rabin iniciaron juntos un proceso de paz, los jabotinskistas hicieron asesinar a Rabin.

Lyndon LaRouche, a lo largo de su vida, identificó el fabricado “conflicto irresoluble” entre judíos y árabes en Palestina como algo central en la división imperial británica de todo el mundo en bloques conflictivos. Pero, insistía LaRouche, hay una solución: la paz a través del desarrollo. Luego de reunirse con personalidades árabes e israelíes en 1975, diseñó el “Plan Oasis” para el desarrollo de la región. Varias versiones del plan a lo largo de los años llevaron a la publicación del informe del Instituto Schiller, “Extender la Nueva Ruta de la Seda a Asia Occidental y África”, en el 2017. (Informe en inglés: https://schillerinstitute.com/extending-new-silk-road-west-asia-africa/).

De hecho, este es un paradigma para la solución de la crisis global que amenaza a la humanidad. El Comité por la Coincidencia de los Opuestos, cofundado por Helga Zepp-LaRouche en junio del 2020, se basa en el principio de la coincidentia oppositorum, desarrollado por el genio del siglo 15 Nicolás de Cusa, que establece: que cuando las diferencias basadas en motivos ideológicos, étnicos, religiosos, nacionales, territoriales o de cualquier otra índole, provocan una crisis, la discusión puede, y debe, elevarse a un nivel superior de pensamiento, basado en las facultades creativas comunes y únicas de todos los seres humanos, y en los objetivos comunes de la humanidad derivados de su capacidad única de participar en la divina creación continua del universo.

¿Imposible? Cusa creó un Renacimiento en Europa basado en ese principio, superando la Edad Media de guerra y la peste. Zhu Xi creó un Renacimiento en China en el siglo 12 basado en el mismo principio, al igual que los creadores del Renacimiento islámico del Califato de Bagdad a partir del siglo 8 y 9. ¿Acaso no somos seres humanos capaces de crear un futuro digno para la humanidad?

Se ha anunciado que los Presidentes Joe Biden de Estados Unidos y Vladimir Putin de Rusia se reunirán en Ginebra, Suiza, el 16 de junio. El Kremlin afirma que en la reunión se abordará el “desarrollo ulterior” de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, así como la cooperación en la lucha contra la pandemia y la resolución de los “conflictos regionales”. La Casa Blanca afirma que la reunión tiene como objetivo “restaurar la previsibilidad y la estabilidad” de la relación. Un comunicado de la Casa Blanca, luego de la reunión del Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan con su homólogo ruso, Nikolai Patrushev, el 24 de mayo, dijo que las partes “expresaron su confianza en que se podrían encontrar soluciones mutuamente aceptables en una serie de áreas” y “coincidieron en que la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia redundaría en interés de ambos países y contribuiría a la previsibilidad y estabilidad globales”. La declaración del Kremlin fue muy parecida.

¿Llevará esto a un nuevo paradigma de paz y cooperación, en lugar de guerra? ¿Se producirá el mismo proceso entre Estados Unidos y China? Solo podemos estar seguros de que el imperio británico y sus piezas de belicistas dentro de Estados Unidos, en ambos partidos, y en la comunidad de inteligencia estadounidense y en los medios de comunicación, tomarán medidas drásticas para evitar tal resultado. Pero el impulso en una dirección positiva está ahí, y ha sido afectado de manera significativa por El Movimiento LaRouche en las últimas décadas, y en especial por las conferencias internacionales del Instituto Schiller celebradas en marzo y mayo del 2021. No es momento de especulaciones ni de predicciones de éxito o fracaso. Es hora de que todos nosotros construyamos un Renacimiento.

 

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