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África pelea por su futuro 

1º de junio de 2021 — La pelea por el desarrollo de África está claramente marcada entre quienes pretenden mantener la condición de colonias en las nuevas repúblicas, y quienes buscan desarrollar verdaderamente todo el continente. Entre estos últimos, se cuenta el ex ministro de Comercio e Industria de Sudáfrica, Rob Davies, (del 2009 al 2019, en los gobiernos de Zuma y Ramaphosa) quien publicó un nuevo libro, el 15 de marzo de 2021, titulado, "Hacia un Nuevo Trato: una política económica de los tiempos de mi vida". 

El punto de partida de Davies es la “recuperación fallida” de la Gran Recesión del 2008 (a la que califica de un conjunto de “rescates financieros a los bancos y austeridad”) que solo sirvió para aumentar la desigualdad y enriquecer más a los ricos. Ahora, aunque Ramaphosa se ha esforzado por construir infraestructura, a Sudáfrica la han dejado nada más que con unas “finanzas mezcladas” (inversión pública y privada combinada).para su recuperación, cosa que Davies llama “propuestas financieras neoliberales problemáticas”. Si queremos tener una recuperación exitosa, tiene que ser en un “marco político abarcador” y no solo en una lista de proyectos, sostiene Davies. 

Para que una recuperación sea exitosa, afirma Davies, es necesario la industrialización del país y de la región, o en sus palabras,  tendrá que “facilitar un cambio hacia las actividades de mayor valor agregado en todo el continente por medio del desarrollo de la infraestructura, cooperación con el sector industrial” y construir el mercado nacional interno (continental) al aumentar los productos de valor agregado al contrario de meramente exportar materias primas. Solo si las “zonas de libre comercio” de África (que están aumentando) se construyen de esta manera, argumenta, van a ser exitosas. 

Por la parte contraria, el martes 27 de mayo, los titulares de la prensa por todo África hacían un llamado por otro Nuevo Trato para África, bastante diferente: quien lo encabeza es el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto con los Presidentes africanos, Paul Kagame de Uganda, Cyril Ramaphosa de Sudáfrica, y Macky Sall de Senegal. Esta versión del Nuevo Trato, claramente la versión de los banqueros, solo sirve, en todo caso, para “dirigir el flujo” de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI para conseguir “cientos de millones de dosis” de vacunas contra la Covid-19 de programa COVAX. 

Pero después de esto, alegan, África necesita “inversiones a gran escala en salubridad, educación, y en la lucha en contra del cambio climático”. Todo se debe hacer para “poner un muro” alrededor de este dinero nuevo y alejarlo de las inversiones en infraestructura. Los cuatro Presidentes terminaron su declaración con los llamados de advertencia ya conocidos para aumentar los DEG y garantizar que se invierta en proyectos acordes con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 

Para reclutar a esta banda andrajosa de mosqueteros, Macron visitó Rwanda el 26 de mayo, donde (casi) se disculpó por el papel que jugó Francia en el genocidio de 1994, y luego siguió a Sudáfrica a donde llegó el 28 de mayo. Macron se hizo acompañar del ex director ejecutivo de Credit Suisse, Tidjane Thiam, originario de Costa de Marfil, quien ahora despacha desde el fondo de inversión  Rwanda Finance Limited.

 

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