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Preparan una “revolución de color” en México 

6 de junio de 2021 — Primero fue el artículo de portada del 27 de mayo en el semanario emblemático de la City de Londres, The Economist, en el que se ordenaba a los mexicanos que no se debe permitir que el partido Morena de “el falso Mesías de México”, el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con sus “ansias de poder”, gane de forma aplastante en las elecciones del domingo 6 de diciembre. 

Otras cloacas de la prensa internacional siguieron la orden: “AMLO quiere transformar a México. Una elección puede detenerlo”, dijo el periódico Los Angeles Times en el titular de su artículo en el que repite los alegatos de The Economist, el 31 de mayo. El periódico francés Le Monde, le siguió el 3 de junio, con un ataque a la “hiper-presidencia” de México. Dos días antes de las elecciones, el 4 de junio, realmente se soltaron las cloacas: El diario alemán Die Welt atacó a AMLO por “gobernar cada vez más como un autócrata”; el Wall Street Journal publicó su versión, más larga, titulada “¿Es el Presidente de México una amenaza para su democracia?”; y para no quedarse atrás, la autoproclamada voz de los “progresistas” de Estados Unidos, The Nation, sacó un cuento más largo todavía con el título de “AMLO ha sido una decepción para el mundo; para México, ha sido mucho peor”. 

Todos ellos regurgitaron las inquietudes de The Economist, de que López Obrador podría ganar una mayoría de dos tercios en la Cámara de Diputados y suficientes de los 15 gobernadores estatales para poder cambiar la Constitución, y procedería a restaurar la soberanía mexicana sobre sus recursos naturales y la primacía del Bien Público sobre los especuladores privados, nombrar a un director del banco central que crea que la “moralidad” debe jugar un papel en sus decisiones, y seguiría negándose a obligar a su nación a renunciar a los combustibles fósiles, mientras construye infraestructura como los ferrocarriles. 

La intención de la embestida de la prensa extranjera no es realmente hacer cambiar de opinión a los votantes mexicanos. Todos los artículos reconocen que la popularidad de López Obrador sigue siendo superior al 60%. Más bien, el bombardeo de prensa sirve para movilizar a la “comunidad internacional” para que se prepare para utilizar los resultados electorales para lanzar una guerra económica e institucional contra México, una “revolución de color” para doblegar a López Obrador o si no, derrocarlo por cualquier otro medio.

 

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