¿Cómo se impondría la eliminación de los combustibles fósiles?
10 de junio de 2021 — Mientras los gobiernos de todo el mundo parecen ansiosos por superarse unos a otros en la promesa de realizar reducciones cada vez más drásticas de las emisiones de dióxido de carbono, ya se han abandonado objetivos similares bajo presión. ¿Qué tipo de exigencia de cumplimiento se necesitaría para imponer realmente tales reducciones en el uso de hidrocarburos?
En la década de 2010, el crecimiento de ciertas zonas de la Ciudad de Nueva York provocó un aumento en la demanda de gas natural. Cuando la empresa local del servicio público de gas propuso un nuevo gasoducto para lograr el suministro requerido, el gobernador Cuomo y sus colaboradores lo impidieron. En 2019, los gasoductos existentes alcanzaron sus límites, se negó la conexión de gas a miles de clientes y se alzó una protesta. En lugar de defender el programa de reducción del consumo, se utilizaron camiones para llevar gas natural comprimido. Se supone que todas las nuevas calefacciones de gas natural se prohibirán en 2025. ¿Realmente va a ocurrir eso?
El mes pasado, el Reino Unido anunció que prohibirían las calderas de gas para la calefacción de los hogares en 2035 y que las decenas de millones de hogares en el Reino Unido que usan calefacción de gas tendrían que convertirse a la eléctrica o enfrentarse a multas. La reacción fue inmediata y a los pocos días el gobierno se retractó completamente de la imposición de multas.
¿Dejará el transporte marítimo realmente de utilizar combustibles fósiles? El transporte marítimo mundial emite tanto dióxido de carbono como todas las centrales eléctricas estadounidenses juntas. ¿Se convertirán estos buques de carga para ser impulsados por velas?
¿Aceptarán las comunidades las enormes instalaciones de energía solar y eólica del tamaño de miles de campos de fútbol? En nevada, los ecologistas se oponen a un proyecto tan gigantesco.
Y mientras las empresas petroleras Exxon, Chevron, BP y Shell afirman que van a avanzar en la dirección exigida por la Agencia Internacional de Energía, que pide que se finalice toda producción de petróleo y gas para finales de 2022, la empresa petrolera rusa Rosneft empezó a trabajar en un enorme proyecto en el Ártico. El blog estadounidense sobre tecnología, Gizmodo, informa lo siguiente: “El proyecto propuesto es desalentadoramente enorme. Rosneft dijo que prevé exportar 25 millones de toneladas de petróleo al año en 2024… y 115 millones de toneladas [aproximadamente 850 millones de barriles] en 2030”.
Mientras que algunos programas relacionados con el “clima” son más fáciles de colar, como el pago de enormes subvenciones para comprar energía de pequeñas instalaciones solares en los tejados residenciales, los intentos de cumplir realmente las metas fijadas por los gurús mundiales del clima se toparán con una montaña de realidad.
Por eso, el ex gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, el ex jefe del MI6, Richard Dearlove, y otros miembros de la prole imperial exigen la imposición de fuertes mecanismos de ejecución para garantizar el cumplimiento de los mentados objetivos climáticos.
Si se necesita orientación, el Imperio Británico puede recurrir a su largo historial de impedir el desarrollo en sus colonias: en las colonias americanas se prohibió la producción de acero, al igual que el asentamiento hacia el oeste; las avanzadas industrias textil y naval de India fueron destruidas por el dominio británico; y se impuso el opio a China, minando las reservas y capacidades mentales de su pueblo.
¿Van a aceptar realmente los pueblos y las naciones del mundo este nuevo imperio?
Archivo de Comentario Editorial y Actualidades
