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Realidades y falsedades de la donación de Biden de 500 millones de dosis de vacunas 

13 de junio de 2021 — La Casa Blanca anunció el miércoles 9 de junio y el Presidente confirmó en un discurso en el Reino Unido el 10 de junio, que Estados Unidos va a comprar 500 millones de dosis de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 y a donarlas al COVAX, para la distribución a las naciones de “bajos y medianos ingresos”. Habrá un envío de 200 millones entre agosto y diciembre de este año y otros 300 millones entre enero y junio de 2022. 

Sin embargo, no se trata de una nueva producción de vacunas; Estados Unidos simplemente está pagando por vacunas que ya Pfizer estaba produciendo, y en un número menor del que Pfizer originalmente estaba ofreciendo al gobierno. La medida de la Casa Blanca es en gran medida una operación de relaciones públicas, pero la contribución financiera es real y, aunque con mucho retardo, ciertamente es mejor que nunca. En enero pasado, en una maniobra de mucha alharaca, Biden compró 200 millones de dosis extra de vacunas de Pfizer y de Moderna, dosis que Estados Unidos nunca iba a utilizar, sacándolas efectivamente del mercado para países desesperados por obtenerlas. Así que la donación de las 200 millones de dosis iniciales de Biden al COVAX es quizás un regalo para maquillar esa horrible acción. 

El programa mínimo de COVAX contempla cubrir el 20% de la población de las naciones participantes en 2021, con 500 millones de dosis para el 30 de junio y 1.500 millones de dosis adicionales para el 31 de diciembre. Están muy por detrás del calendario mínimo; actualmente llevan 81 millones y con suerte llegarán a los 100 millones de dosis de la meta original de 500 millones para el 30 de junio. 

El comunicado de la Casa Blanca se jacta de que Biden también lideró al mundo con la anterior contribución de 2.000 millones de dólares al COVAX. Pero en realidad, el Congreso votó a favor de contribuir con la cantidad de 4.000 millones de dólares al COVAX desde diciembre de 2020 bajo el gobierno de Trump, y Biden decidió retener 2.000 millones de esa asignación hasta 2022. El hecho es que todo el desarrollo de vacunas y el aumento de la capacidad de producción fue obra de un programa de urgencia “al estilo de la NASA” llevado a cabo desde abril a diciembre de 2020, bajo el gobierno de Trump. 

El plan Pfizer de llevar dos mil millones de dosis a los países del mundo de bajos y medianos ingresos en 2021-2022 es real. Ellos han alcanzado y superado todas sus metas previas de producción. Sin embargo, se requieren once mil millones de dosis para el programa COVAX. Es necesario un nuevo programa de urgencia. 

El director del programa de Acceso a las Medicinas de la organización estadounidense Public Citizen (Ciudadano Público), Peter Maybarduk, señaló adecuadamente que: “El mundo necesita con urgencia una nueva fabricación para producir miles de millones de dosis adicionales en el plazo de un año, y no solo compromisos para comprar el inadecuado suministro previsto. Todavía no hemos visto un plan del gobierno de Estados Unidos o del G7 con la ambición o la urgencia necesarias para fabricar miles de millones de dosis más para terminar con la pandemia”. Ese plan fue elaborado y presentado por EIR en abril de 2020.

 

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