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G7: el mundo apenas si los nota, y ni recordará lo que dijeron ahí 

15 de junio de 2021 — Para citar la observación rigurosa y brutalmente precisa de un profesor chino, justo antes de que los jefes de Estado y de gobierno del G7 se reunieran en un centro turístico ubicado en una zona empobrecida de Gran Bretaña: “Lejos de enfrentar a China, estos mandatarios occidentales sólo se enfrentan a la realidad, y a los intereses del pueblo estadounidense y de los pueblos del mundo en general”. En un intento de imponer una nueva burbuja financiera demencial llamada “Nuevo Trato Verde”, basada en la desindustrialización de las economías avanzadas y en hacer a las naciones en desarrollo incapaces de sobrevivir, los dirigentes de las democracias transatlánticas están demasiado preocupados por rescatar a sus sistemas bancarios como para ofrecer algo de valor al resto del mundo. Y en cuanto a las “reglas” de su “orden basado en reglas”, el mismo observador chino dijo: “La época en que un pequeño grupo de países podía imponer las reglas a los demás, ya pasó”. 

¿Una iniciativa del G7 para contrarrestar a la Iniciativa de la Franja y la Ruta? El feo discurso que pronunció en abril el principal banquero “verde” británico, Mark Carney, ante los dirigentes africanos, en el que les dijo que debían renunciar al desarrollo de la tierra, los recursos y la industria para obtener pago en efectivo por “compensación de carbono” de empresas como Microsoft, parece ser que es todo lo que hay. 

Los jefes de Estado y de gobierno, en su cumbre recién concluida, renovaron una promesa hecha en 2009y varias veces desde entonces, sin resultado, de “gastar $100.000 millones de dólares al año para ayudar a los países más pobres a reducir las emisiones de carbono”. En concreto, el G7 dijo que se comprometía a “movilizar $100.000 millones al año de fuentes públicas y privadas, hasta el 2025”. Ninguna de las siete naciones “prominentes” prometió nada concreto, como tampoco lo han hecho durante los últimos 12 años. 

Esto no se ve en absoluto como una “alternativa a la Iniciativa de la Franja y la Ruta” de la que tanto hablan estos siete jefes de Estado y de gobierno bastante desesperados económicamente. A menos que las “fuentes privadas” se refieran a los gigantes de la informática como Microsoft, que compran maliciosamente su permiso para las emisiones de carbono de los aviones de sus ejecutivos y demás, que pagan en efectivo a las naciones en desarrollo para que dejen de trabajar su tierra y sus recursos. 

Más aún, junto con esta nueva burbuja de “finanzas verdes” se está produciendo una creciente inflación vertiginosa, en especial en los alimentos, que está afectando a gran parte del mundo. Los precios de las viviendas y de los vehículos en Estados Unidos están subiendo a un ritmo de entre 15% y 20% al año. La Federación Europea de la Industria de la Construcción advierte de los aumentos aterradores del hierro, las barras de acero, el alquitrán, los materiales de construcción para las estructuras de concreto y madera, que amenazan a la recuperación tras la pandemia”. Todo el sector en desarrollo se ve duramente afectado por el aumento de los precios en todas las categorías de alimentos, que según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación han alcanzado un promedio de +38% en el último año. 

China le ha advertido en varias ocasiones a la Reserva Federal de Estados Unidos, su banco central, que su política de imprimir dinero a lo loco, y la del Banco Central Europeo (cada uno de ellos está imprimiendo diez veces más dinero que después de la Gran Crisis Financiera de 2008-2009) están desatando una peligrosa inflación mundial. Una caricatura en el diario chino Global Times, una imitación de “La última cena” de Da Vinci, llamada “El último G7”, muestra un águila calva estadounidense en el centro de la mesa tranquilizando a sus “discípulos” con una imprenta que toma papel higiénico y escupe dólares. 

El enfrentamiento del nuevo orden “verde” ambientalista (ahora rebautizado con la consigna propagandística en inglés de Build Back Better World --Reconstruir un mundo mejor—en vez del “Gran reajuste”) con China y Rusia, puede iniciar una guerra que se intensifique y destruya a gran parte de la humanidad, o desencadenar una hiperinflación. No puede desafiar la realidad económica-física. 

El único punto de partida que puede conducir a la recuperación económica y a una cooperación gradualmente creciente entre las grandes potencias, es la misión común de construir un sistema moderno de atención médica y salud pública en todas las naciones del mundo. La “próxima pandemia” puede ser COVID-22, y las vacunas que ahora se prometen vagamente al mundo en algún momento de 2022, pueden haber sido derrotadas por el virus para entonces. Debe haber hospitales, clínicas y laboratorios por todas partes, proporcionar la energía, el agua potable, la vivienda y la capacitación de la fuerza laboral en todas las naciones en desarrollo en particular. 

Todo lo que se necesita para este nuevo paradigma se está elaborando y creando continuamente a través de las conferencias del Instituto Schiller. La próxima conferencia internacional es el 26 y 27 de junio. Regístrate aquí: Evento 06/26/2021 - Schiller Institute (ES) (nationbuilder.com). 

Es lo que hacemos allí, lo que el mundo puede recordar.

 

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