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La Primer ministro de Barbados inició la cuenta regresiva para librarse de la monarquía británica 

3 de agosto de 2021 — La semana pasada, la entusiasta Primer ministro de Barbados, Mia Amor Mottley, explicó cómo va a proceder la nación desde ahora hasta el 30 de noviembre de este año, cuando en el 55avo aniversario de su independencia, Barbados se va a deshacer de la reina de Inglaterra como jefe de Estado, para establecerse como una república soberana, y va a nombrar a su propio jefe de Estado de Barbados. 

La decisión de hacerlo se había anunciado el 16 de septiembre del 2020, lo cual produjo tanto un apoyo entusiasta como los esperados rumores y molestia de los intereses anglófilos que lo tildaron de “demasiado precipitado”, que “no se puede hacer sin un referéndum” y cosas similares. Incluso hay ilusos que esperaban que el silencio relativo de la Primer ministro sobre el asunto en los últimos meses, podría indicar que se había tomado la decisión de no avanzar con esto. 

En un discurso que dio Mottley el 28 de julio, le puso un parado a esas ilusiones: “Todavía no llegamos a donde queremos llegar, pero tenemos que seguir enfocados en este viaje.... Hoy me presento ante ustedes para prometerles algunas cosas”, dijo con solemnidad: “Que el 30 de noviembre de este año, nuestra gran nación, a la que amamos, se convertirá en una república parlamentaria”. 

Mottley explicó la forma general de gobierno que se establecerá y adoptará, pero se centró en la movilización política prevista para que la transición sea un éxito. El traspaso de gobierno se llevará a cabo el 30 de noviembre, y sólo después de eso se iniciará la redacción de una nueva Constitución, el 1 de diciembre. De aquí a entonces, anunció, habrá un amplio debate, en el que participarán todas las clases, razas, sectores e intereses, sobre la cuestión crucial de “¿Quiénes somos? ¿Qué defendemos?... ¿Qué nos importa y por qué estamos dispuestos a luchar como pueblo?”. Una nación que no pueda responder a estas preguntas, no podrá garantizar su camino en el proceso hacia la elaboración de una constitución, argumentó. 

El debate debe culminar con la redacción de una “Carta de Barbados”, una breve declaración de no más de dos o tres cuartillas en la que se exponga a los barbadenses y al mundo sus intenciones como nación. 

Barbados tiene una población de 300.000 habitantes, pequeña en términos mundiales pero grande para el Caribe Oriental, y tiene una fuerte identidad intelectual independiente que se remonta a muchos años atrás. La expulsión del dominio imperial británico sobre la base del principio de autogobierno por parte de un país así, puede resultar contagioso en estos días que vive el moribundo orden imperial británico.

 

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