Go to home page

Ed Lozansky le dice a Biden: A repensar el paradigma de liderazgo global para Afganistán y para Ucrania; evite el Armagedón 

1º de septiembre de 2021 — En un artículo muy poco común publicado en el diario The Washington Times el 31 de agosto, con el encabezado de “Afganistán es una debacle, pero no han visto nada todavía”, Edward Lozansky, presidente de la Universidad Americana de Moscú, señala que con “la fracasada política exterior estadounidense de guerras perpetuas”, que se ve representada por la debacle de 20 años en Afganistán, el Presidente Joe Biden tiene ahora la oportunidad de “repensar el paradigma de liderazgo global”. Por supuesto, uno no sabría esto nunca a partir del cuadro pesimista de “todo negro” que presentan los medios noticiosos convencionales sobre la situación afgana. Pero, explica Lozansky, esto se debe a que los medios ”con raras excepciones, son una parte esencial del poderoso grupo de presión MICIMATT (el término acuñado por el ex analista de la CIA, Raymond McGovern, para referirse al complejo militar-industrial-mediático-congresional-cabildero-académico…) que en realidad está a cargo de esta política”. Ahora Biden tiene la opción de decidir por sí mismo, advierte, Lozansky. Puede meter cambio y “partir de las pláticas de estabilidad estratégica con Putin que serían provechosas para ambas naciones y para la humanidad, o se se va con el MICIMATT, brincar de la debacle afgana para caer en la debacle ucraniana, pero esta vez con la amenaza de un Armagedón”. Luego de que lanzaron la “Plataforma de Crimea” contra Rusia la semana pasada, una delegación ucraniana llegó a Washington el 31 de agosto, en busca de favores políticos, más dinero y más armas para defenderse contra la “amenaza” rusa. 

(https://www.washingtontimes.com/news/2021/aug/30/afghanistan-debacle-you-aint-seen-nothing-yet/). 

Lozansky cita los mismos datos que refirió el Presidente Biden en su mensaje a la nación de ayer, tomados del Instituto Watson de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad Brown, y ofrece las asombrosas estadísticas que resultan de los 20 años de guerras permanentes luego del 11-S, con más de 801.000 muertos debido a la violencia directa de la guerra, y “varias veces ese tanto debido a los efectos reverberantes de la guerra; más de 335.000 civiles muertos como resultado de los enfrentamientos, 38 millones de refugiados de guerra y de personas desplazadas. Estos horribles números no incluyen los heridos, pero por lo general son varias veces más que los que fueron muertos”. Lozansky señala un artículo del 12 de abril de 2021 en la revista Newsweek, escrito por William Arkin, quien informa que en 20 años de guerra, ha habido casi 11.000 estadounidenses muertos (entre ellos contratistas) y más de 53.000 “han quedado físicamente estropeado, y otros muchos más incontablemente que sufren daño cerebral traumático y otros trastornos postraumáticos”. Agrega que estas cifras solo consideran estadounidenses, así que “imaginen su magnitud en una escala mundial”. Y Arkin plantea lo siguiente de manera dramática: “Lugo de dos décadas de guerra, en realidad, ningún país en el Medio Oriente, ningún país en el mundo, puede alegar que está más seguro de lo que estaba antes del 11-S. Todos los países que ahora son parte del campo de batalla en expansión de la guerra perpetua es una mayor zona de desastre de lo que era hace dos décadas” (Énfasis nuestro). 

(https://www.newsweek.com/why-america-cant-end-its-forever-wars-1582749). 

Lozansky explica que el proyecto ucraniano es en realidad un producto del MICIMATT, y que “la misma tecnología política que se utilizó en Afganistán para crear, armar y financiar al Talibán contra los soviéticos, se utiliza ahora para volver a Ucrania contra Rusia. Empezó desde el primer día después del colapso de la URSS hace 30 años”. Luego cita a algunas de las voces más cuerdas que han criticado la política estadounidense hacia Ucrania, y concluye con una cita de un artículo en la revista Time del 18 de marzo de 2014, del ex embajador estadounidense en la URSS, Jack Matlock (1987-1991) titulado “Dejen que Rusia tome Crimea”. Matlock explica que “Ucrania estará mejor ciertamente sin Crimea que con ella”, y agrega que “nada debilita más a una nación que mantener un territorio cuyos residentes prefieren pertenecer a otro país”. No obstante, advierte Lozansky, ninguno de los participantes en la patética Plataforma de Criema está siguiendo el consejo de Matlock. 

(https://time.com/29107/former-u-s-ambassador-to-ussr-let-russia-take-crimea/).

 

Archivo de Comentario Editorial y Actualidades

Volver    Volver al inicio

clear
clear
clear