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El FBI dio a conocer nuevos documentos sobre el 11-S

13 de septiembre de 201 — De conformidad con la orden ejecutiva de Biden del 3 de septiembre, el FBI desclasificó e hizo pública una copia, bastante tachada, del informe del 4 de abril de 2016 sobre la Operación Encore, una investigación sobre el apoyo que recibieron los secuestradores del 11-S. Aunque gran parte del material aparece tachado, ya sea por iniciativa del FBI o de otras agencias, se presentan nuevos detalles que refuerzan el caso de que Arabia Saudita dirigió la operación de apoyo a los secuestradores. 

Un elemento notable del informe es sobre la reunión entre Omar al-Bayoumi (un “empleado fantasma” de la empresa de aviación saudí con sede en Jeddah, Dallah AVCO, una persona considerada por el FBI durante años como agente del gobierno saudí) y los futuros secuestradores Khalid al-Midhar y Nawaf al-Hazmi, en San Diego. Bayoumi era considerado como persona de “muy alto estatus” en el consulado saudí de Los Angeles, aunque no formaba parte oficialmente de su personal. La reunión se llevó a cabo en un restaurante de Los Angeles, y según el relato de Bayoumi, fue un “encuentro casual”, luego de que Bayoumi escuchó el “acento del Golfo” de Midhar y de Hazmi cuando hablaban en árabe. Sin embargo, otro testigo ocular de la reunión afirma que Bayoumi estaba sentado en el restaurante mirando por la ventana y se acercó a los dos hombres cuando entraron en el restaurante y los  invitó a sentarse en su mesa. Midhar y Hazmi fueron llevados al restaurante por una persona a la que se le indicó que lo hiciera. Bayoumi estuvo en el consulado saudí solo una hora antes de la reunión en el restaurante. 

(Otro “encuentro fortuito” como el de la reunión del restaurante ocurrió en una tienda 7-11, que dio origen a una red de apoyo en Falls Church, Virginia, donde vivían los secuestradores que atacaron el Pentágono). 

Las transacciones inusuales en las cuentas bancarias de Bayoumi coinciden con las transacciones en las que prestó ayuda a Hazmi y Midhar. Cuando se inspeccionó el teléfono de Bayoumi durante su detención tras el 11-S en el Reino Unido, se descubrió que su lista de contactos incluía números de teléfono asociados a Shaykh al-Khudayr, “identificado como el asesor espiritual de un alto lugarteniente de Usama Bin Laden”. 

Mientras que los dos secuestradores se encontraban en California, Bayoumi estaba en contacto casi a diario con Osama Bassnan, quien junto con su esposa recibía pagos directos del príncipe Bandar bin Sultan, el entonces embajador saudí en Washington. Bassnan había organizado una fiesta para el “jeque ciego” que había sido condenado por su papel en la planificación del atentado contra el World Trade Center en 1993. En otra demostración de sus estrechos vínculos, las esposas de Bassnan y de Bayoumi fueron detenidas juntas a principios de 2001 cuando intentaban robar joyas en una tienda JCPenney’s. 

Durante su estancia en San Diego, Hazmi y Midhar contaron con el apoyo de Fahad al Thumairy, un imán de la mezquita del rey Fahad relacionado con Al Qaeda y con un complot para poner una bomba en el aeropuerto de Los Angeles. Ambos participaron en el secuestro del vuelo 77 de American Airlines que salió del Aeropuerto Internacional Dulles en Virginia, que se estrelló en el Pentágono. 

Otro vínculo se ve por medio de Ziyad Khaleel, un coordinador logístico de Osama bin Laden que transfería dinero de la Agencia Americana de Ayuda Islámica a bin Laden. Durante cuatro meses tuvo como compañero de habitación a Mutaib al-Sudairy, cuyo número de teléfono también se encontró en el teléfono de Bayoumi. Éste había llamado a Sudairy cinco veces mientras los secuestradores estaban en San Diego. Las llamadas coinciden con el apoyo logístico a los secuestradores, incluido el día después del “encuentro casual” en el restaurante e inmediatamente después de que se organizaran los arreglos para su apartamento y medios de vida, para lo cual Bayoumi adelantó el dinero. Dos meses después de esa llamada, Sudairy estaba en un domicilio en Falls Church, Virginia (no muy lejos del Aeropuerto Dulles) en la que más tarde se instalaron cuatro de los secuestradores. 

Para restarle importancia al informe, algunos expertos señalan que ningún funcionario de alto nivel del gobierno saudí está implicado directamente en el informe, lo cual constituye una evasión intencionada de la dinámica cada vez más clara y también pasa por alto la financiación que otorgó el príncipe Bandar. 

La publicación de este informe plantea cuestiones que van más allá de Arabia Saudita, cuya implicación se ha hecho innegable. ¿Quiénes dentro de las instituciones estadounidenses han permitido encubrir el papel del reino saudí, y a qué lugar dentro de Estados Unidos conducirá una investigación completa? 

(https://vault.fbi.gov/9-11-attacks-investigation-and-related-materials/9-11-material-released-in-response-to-executive-order-14040/april-4-2016-electronic-communication-part-01-of-01/at_download/file)

 

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