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¿Qué programa va a gobernar? ¿Narcotráfico, SA, o la Nueva Ruta de la Seda?

4 de octubre de 2021 — El informe de que la Oficina del Asesor Jurídico de Estados Unidos ha exigido que el Departamento de Justicia investigue una denuncia presentada por denunciantes de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en Haití, de que la DEA había permitido el paso de un cargamento de heroína y cocaína “sin obstáculos” en el 2015 y que “se ha estado haciendo de la vista gorda, y durante más de una década Puerto Príncipe ha sido un puerto seguro para enviar heroína y cocaína sin interferencias a través de Haití, generalmente con destino a Florida en Estados Unidos”, arroja una nueva luz sobre el papel de “Narcotráfico, S.A.” (como se conoce la versión en español del famoso libro de EIR, “Dope, Inc.") en la indigencia de la nación insular de 11 millones de habitantes. Tras el devastador terremoto del 12 de enero de 2010, en el que murieron nada menos que 250.000 personas, no se hizo prácticamente nada para restaurar los daños enormes que sufrió Haití, mucho menos para crear un sistema moderno de agua y saneamiento o un sistema moderno de salud pública. El cólera, que se había eliminado en gran medida en Haití y en otros lugares, se extendió por toda la isla matando a miles de personas.

En Haití no se producen narcóticos; tampoco hay consumo significativo de drogas, ya que casi nadie se puede dar ese lujo. Solo tiene valor para Narcotráfico S.A., como punto de transbordo hacia Estados Unidos. No así para China. Como se recoge a profundidad en la edición de EIR del 1º de octubre del 2021, “en agosto del 2017, dos empresas chinas, el Instituto de Investigación de Ingeniería y Diseño Municipal del Suroeste de China, y la Corporación Metalúrgica de China (IIIDMSC), esbozaron una serie de proyectos detallados valorados en $4.700 millones de dólares para llevar a cabo la reconstrucción de la capital [Puerto Príncipe] y sus alrededores. Cuando IIIDMSC hizo pública su propuesta, y presentó un breve video sobre la misma, la empresa indicó que los proyectos para la capital de Haití eran parte de una propuesta más amplia por $30.000 millones de dólares para todo el país”.

El artículo de EIR proporciona mapas y describe el plan chino para transformar el casi inexistente sistema de alcantarillado y de agua, el desarrollo de carreteras y ferrocarriles, los sistemas de energía y más, para crear una economía moderna y humana en Haití. ¿Por qué no se llevó a la práctica esta extensión de la Franja y la Ruta en Haití? EIR informó: “Se le informó al Instituto Schiller en su momento que el Fondo Monetario Internacional y los intereses relacionados de Wall Street presionaron a Haití para que los rechazara. El Departamento de Estado y el gobierno de Estados Unidos en general, ya nerviosos porque Panamá había roto con Taiwán apenas dos meses antes, el 13 de junio [del 2017], no iban a tolerar ningún plan cuya aceptación por parte de Haití implicara su voluntad de romper con Taiwán”. Las conexiones de Narcotráfico, S.A. se impusieron al enfoque de la Nueva Ruta de la Seda de China

En Afganistán se está produciendo un enfrentamiento similar entre Narcotráfico S.A. y la Nueva Ruta de la Seda. El año anterior a la invasión de Afganistán por parte de Estados Unidos y la OTAN en el 2001, el director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés), Pino Arlacchi, negoció con éxito con el gobierno Talibán el cese de la producción de opio, sustituyéndolo por la producción de alimentos con ayuda financiera y técnica de la ONU. El hecho es que, como le dijo Arlacchi a cualquiera que quisiera escuchar, que con la producción de opio los agricultores sacaban menos que si produjeran alimentos, así como para el gobierno talibán; el dinero de las drogas se centra en los bancos que financia el tráfico internacional. Así que, cuando las tropas británicas ocuparon los principales centros de producción de opio en Kandahar, la producción se disparó, hasta superar sus máximos anteriores, hasta el punto de que Afganistán ha producido el 80% del opio del mundo durante la ocupación de Estados Unidos y la OTAN, el cual se consume principalmente en Rusia y en Europa. La City de Londres y Wall Street prosperaron.

Cabe destacar también que Antonio Maria Costa, que ocupó el mismo cargo que Arlacchi en la ONU entre el 2002 y el 2010, declaró a la prensa en diciembre del 2009, luego del colapso del sistema financiero occidental en el 2008, que “en muchos casos, el dinero de la droga era el único capital de inversión líquido. En la segunda mitad de 2008, la liquidez era el principal problema del sistema bancario, y por tanto, el capital líquido se convirtió en un factor importante” (ver https://www.theguardian.com/global/2009/dec/13/drug-money-banks-saved-un-cfief-claims). Si no se hubiera producido el restablecimiento del tráfico y comercio de opio en Afganistán tras la invasión de Estados Unidos y la OTAN, el sistema bancario occidental salvajemente especulativo, podría muy bien haberse hundido en el 2008.

Ahora que Afganistán está de nuevo bajo el dominio talibán, el gobierno talibán en funciones en Kabul se ha comprometido a eliminar el tráfico de opio. Por supuesto, si se les sigue negando el acceso al dinero propio de la nación, que ha sido congelado por la Reserva Federal de Estados Unidos, y se les niega la inversión extranjera para restaurar la destrucción causada por 20 años de bombardeos de Estados Unidos y de la OTAN, los agricultores no tendrán más remedio que seguir ganándose la vida con el cultivo de la amapola para la producción de opio.

Pero la historia ha creado otra opción, la Iniciativa de la Franja y la Ruta china, con 140 naciones como socios, que ofrece el desarrollo de infraestructura básica a todos los países, como medio para que las naciones otrora colonizadas salgan finalmente de la pobreza, del mismo modo en que China eliminó la pobreza abyecta a partir del 2020. Todos los países de la región están ofreciendo su apoyo al concepto de ampliar la Franja y la Ruta hasta Afganistán. Esto significaría construir una extensión ferroviaria del Corredor Económico China-Pakistán, a través del Paso Khyber al oeste de Peshawar, hasta Kabul y al norte hasta Uzbekistán, con lo cual se ofrece a las naciones de Asia Central su primera conexión con el océano a través de Gwadar y Karachi en Pakistán y Chabahar en Irán. El plan incluye una política de sustitución de cultivos para eliminar el opio, como lo propuso en el 2010 Pino Arlacchi, a quien Zepp-LaRouche ha recomendado para que sea el representante especial para el desarrollo de Afganistán. El programa también incluiría un sistema de salud pública moderno, y sistemas de energía y agua para sostener una nación agroindustrial moderna.

¿Quién podría oponerse a este nuevo paradigma para una nación que ha sufrido 40 años de guerra? Solo la oligarquía financiera internacional, que en este momento de crisis financiera mucho más grave que la del 2008, peor incluso que la de 1929, necesita el dinero caliente de su empresa transnacional Narcotráfico, S.A., para mantenerse a flote un poco más, y para seguir adormeciendo las mentes de sus propias poblaciones a través de la legalización de estas drogas venenosas, un proceso que ahora barre Estados Unidos y Europa.

Lo que es cierto en Haití y en Afganistán es igualmente cierto a nivel mundial. La elección a la que se enfrenta la humanidad se puede caracterizar como un enfrentamiento entre Narcotráfico, S.A. (los bancos de la City de Londres y de Wall Street que controlan tanto el narcotráfico como la estafa de las “finanzas verdes”, para negar crédito a la industria productiva y a la agricultura) frente a la Nueva Ruta de la Seda, ahora en marcha como la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Estados Unidos en particular, debe elegir si se queda con Narcotráfico S.A., para impedir que China y sus muchos socios desarrollen Haití, Afganistán, Siria, Yemen, y las naciones de África e Iberoamérica; o se une a la Nueva Ruta de la Seda para colaborar con China, Rusia e eventualmente con toda nación de la Tierra, en un nuevo paradigma basado en la “Paz a través del Desarrollo”. El programa para este nuevo paradigma, crear un mundo digno para el hombre, ha sido publicado por La Organización LaRouche: “El milagro económico venidero de Estados Unidos en la Nueva Ruta de la Seda”. Léelo y ayuda a circularlo por todas partes. (https://laroucheorganization.nationbuilder.com/the_coming_us_economic_miracle_on_the_new_silk_road).

 

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