Go to home page

LaRouche: la hiperinflación es sistémica; olvídense de las tonterías de “transitoria”, “oferta y demanda”, “escasez temporal”, etc.

17 de octubre de 2021 — Los gurús de la economía que llevaron al mundo al desastre actual están llenando las páginas de los medios noticiosos occidentales con “explicaciones” lunáticas a la inflación global que se extiende rápidamente por todas partes. En su mayoría, ya han dejado de pretender que es solo un fenómeno temporal, y que las cosas van a regresar pronto a la “normalidad”; el presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, dijo esta semana que la inflación seguirá y podría aumentar, y después de varias semanas de estar hablando a la ligera de una inflación “transitoria”, ahora “transitorio es una mala palabra”. Hasta Larry Summers, el ex economista en jefe del Banco Mundial y ex Secretario del Tesoro que supervisó el desmantelamiento de la ley Glass-Steagall en los años 90, dijo esta semana que “estamos en más peligro de lo que hemos estado durante mi carrera de perder el control de la inflación en Estados Unidos”.

¿Pero qué dicen estos charlatanes (cuacadémicos, como les decía Lyndon LaRouche en 1996) de la causa de esta hiperinflación emergente? Todos ellos, sin excepción, mencionan a una u otra de las categorías que han utilizado para analizar el sistema económico actual. Pero el hecho de que sus políticas han sido un fracaso total, y que sus predicciones de lo que vendría hayan sido universalmente erróneas, se debe precisamente a que no pueden pensar fuera de esas categorías sistémicas, cuando el problema real radica en el fracaso del propio sistema.

Escuchen las sabias palabras de Lyndon LaRouche, hace 20 años, el 22 de octubre del 2001, sobre el arte del pronóstico económico:

“La razón por la que he tenido tanto éxito en los pronósticos… es porque pienso de manera sistemática, como lo he identificado, en repetidas ocasiones, en vez de la forma en que la gente ha sido mal educada para pensar en la escuela y demás. Y por lo tanto, yo entiendo cómo se desenvuelve un colapso sistémico, a diferencia de una predicción del mercado de valores, que de lo que le gusta hablar a todos los idiotas. Los idiotas dicen: ‘¿Por qué no haces una predicción? Una predicción estadística’. Yo digo que no hago predicciones. Yo hago pronósticos, que se basan en las características sistémicas y en las condiciones de frontera dentro de las cuales funciona el sistema. Por eso siempre he estado correcto, y cada uno de mis críticos, ya sean dentro o fuera de la organización, ¡siempre se han equivocado!

“Entonces, la cuestión es, puesto que el problema es sistémico, ¿cómo se organiza en condiciones de crisis sistémica? En otras palabras, no se trata de cómo volver a clavar la ventana en tu casa, sino de cómo construir una casa, cuando la casa en la que vives es inhabitable y se puede reparar…

“Así que tienes una situación globalmente, en Estados Unidos y fuera de él, en la que la cantidad total del servicio de la deuda que se extrae de las economías está aumentando cancerosamente, y en consecuencia el requisito de pago del servicio de la deuda. Esto está derrumbando el verdadero poder productivo de las naciones y de sus poblaciones, precisamente en el momento en que la cantidad de deuda a pagar está aumentando. Así que no hay manera posible de que el actual sistema monetario y financiero internacional pueda continuar sin colapsar la civilización en una Nueva Era de Tinieblas generalizada y prolongada, de la cual la mayoría de las naciones desaparecerán, y la población humana caerá rápidamente en el transcurso de este siglo por debajo de los mil millones. Y la primera caída tenderá a ser grande. Así que, por ende, estamos en una situación en la que cualquiera que no apoye mis propuestas sobre la reorganización de bancarrota del sistema monetario y financiero internacional, que no apoye las medidas que he propuesto como necesarias para este fin, tiene que ser un idiota…”.

Presten atención también al sabio programa presentado por LaRouche, sus “Cuatro Leyes”, y su llamado a las “Cuatro Potencias” (Rusia, China, India y Estados Unidos) para que se unan a fin de encabezar una conferencia para un Nuevo Bretton Woods, para reemplazar al quebrado sistema monetario occidental por un nuevo sistema, en base a una reorganización bancaria universal como la ley Glass-Steagall, con una banca nacional y un programa de crédito dirigista, al estilo del “Sistema Americano” de Alexander Hamilton, para orientar el crédito hacia el desarrollo nuclear y de fusión termonuclear, la exploración del espacio y la construcción de economías agroindustriales modernas en cada uno de los países de la Tierra. Este es el programa que plantea La Organización LaRouche en su folleto The Coming U.S. Economic Miracle on the New Silk Road (El milagro económico venidero en Estados Unidos en la Nueva Ruta de la Seda). (https://drive.google.com/file/d/19cs3MsG4IBemGM-qq66t33i_7M-xA1JL/view).

¿Cuál es la imagen del hombre que se requiere para hacer esto posible? El imperio británico y la versión actual de su plan de despoblación maltusiana llamado Nuevo Trato Verde ambientalista, considera a los hombres y mujeres como contaminadores, como despojadores de la naturaleza prístina, y piden abiertamente que la especie humana se reduzca a la supuesta “capacidad de carga” de la Tierra, que según ellos es de solo mil a dos mil millones de personas.

Pero esas opiniones no son apropiadas ni siquiera para los animales, y mucho menos para los seres humanos. Toda alma que viene al mundo tiene el potencial de genio, de aportar al futuro de la humanidad algo de la cualidad de un Einstein o un Beethoven. Aquí radica la necesidad urgente de detener inmediatamente el genocidio que se está imponiendo en Afganistán, en Haití, en Siria, en Yemen y muchos otros lugares, no solo por una necesidad moral fundamental, sino para fomentar en esas mentes inherentemente creativas, que contribuyan al futuro de la humanidad, en la Tierra y en el Universo. Tu propio interés radica en esa necesidad.

 

Archivo de Comentario Editorial y Actualidades

Volver    Volver al inicio

clear
clear
clear