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Decenas de billones de dólares impresos por los bancos centrales han creado el colapso inflacionario

19 de octubre de 2021 — Por más de una década, después del crac financiero global del 2008, los bancos centrales de las principales economías del mundo se estrujaban las manos al no poder “estimular la inflación” más allá del 2%. Ahora, desde que acordaron llevar a cabo el “cambio de régimen” en agosto de 2019 en el conciliábulo de los banqueros en Jackson Hole, Wyoming, se han sorprendido hasta ellos mismos al desatar una tormenta inflacionaria que a medida que azota en todo el mundo, ha aumentado drásticamente la desigualdad, el desempleo y la pobreza en los países en desarrollo. Los banqueros y compinches de Londres y Wall Street han salido a culpar de esto a la pandemia de COVID, con el fin de tratar de dar paso al “Gran Reajuste”, el mentado Nuevo Trato Verde ambientalista. Pero la realidad es que fueron ellos los que ocasionaron esta tormenta inflacionaria, cuyo impulso se aceleró con las medidas de la Reserva Federal ante la “crisis de los préstamos interbancarios de un día para otro”, al tomar los vastos océanos de nuevas reservas electrónicas que los bancos centrales han creado para esos bancos insolventes, que convirtieron en pura especulación.

Si la reseña que publicó ayer el blog Visual Capitalist es exacta, basada en estadísticas bancarias oficiales (https://www.visualcapitalist.com/distribution-of-global-wealth-chart/), entonces constituye un verdadero cuadro de hiperinflación de la banca central. Visual Capitalist encontró que la riqueza total de los hogares en todo el mundo cayó durante el año 2020, pero para mediados del 2021 era un 7,5% más alta que a mediados del 2019, con un total de unos $420 billones de dólares, o un aumento de $30 billones desde el 2019. Esos $30 billones de dólares están justo en el rango del total estimado de “emisión cuantitativa” (QE, en sus siglas en inglés), el dinero impreso por la banca central para prestarlo a tasas de interés casi cero, específicamente los mayores bancos centrales de la región transatlántica, más Japón y Corea del Sur, junto con los nuevos préstamos adquiridos por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para emitir el “alivio por COVID”. De esos $30 billones de dólares de “riqueza” recién impresa, unos $22 billones de dólares corresponden a los “hogares” estadounidenses y europeos (considerando que las estadísticas incluyen entre los “hogares” a los fideicomisos y a los refugios fiscales) el resto corresponde a China y Asia. En India, la riqueza de los hogares en el mismo período se redujo en $600.000 millones de dólares; en Sudamérica, se redujo en $1,2 billones de dólares. Un 45% de esa riqueza global de los “hogares” es ahora propiedad del 1,1% de los “hogares” más ricos.

La “riqueza” creció donde los bancos centrales crearon nuevas reservas enormes y los grandes bancos las convirtieron en préstamos especulativos, y nada más.

Esa riqueza concentrada es el efecto de una política hiperinflacionaria de impresión de dinero inorgánico que han venido ejecutando los bancos centrales; pero no estaría desencadenando tormentas de inflación si no fuera por la total ausencia de inversión productiva al mismo tiempo, ni de nuevo empleo productivo en las economías “avanzadas”, y de la destrucción de la productividad económica realmente que ha causado el gran salto hacia atrás que significa el mentado Nuevo Trato Verde ambientalista. El semanario EIR alertó en febrero del 2021 en su informe especial titulado “El gran salto hacia atrás”, lo que está sucediendo ahora desde entonces. Desde mediados del 2020, la EIR ha advertido del retorno de la economía fascista “shachtiana”, que combina la emisión masiva de dinero con la regresión tecnológica y la canibalización de la fuerza laboral. Las advertencias se basaban en las que hizo Lyndon LaRouche hace 50 años.

De hecho, hay que pensar en “la Gran Inflación” de los años 70, como la describió LaRouche en agosto de 1971. En ese entonces, las relaciones económicas altamente productivas del sistema monetario de Bretton Woods fueron destruidas, ese año, por el gran error craso de Nixon al retirar el dólar del sistema de reservas de oro, y el sistema de Bretton Woods se sustituyó por la especulación internacional masiva. Los eurodólares y los petrodólares de esa nueva especulación de la deuda mundial fueron creados por los propios bancos de la City de Londres, a los que sumaron los de Wall Street. Y la impresión de esos dólares de deuda internacional se organizó para que estuviera respaldada por los ingresos de los productores de petróleo.

LaRouche explicó años más tarde: “Eso significaba que el dólar estaba ahora en peligro. En ese entonces, se produjo la crisis del petróleo de la década de 1970.Ahora bien, no había escasez de petróleo, sino una escasez artificial. Todos los buques petroleros del mundo estaban sentados frente a la costa de Estados Unidos, listos para entregar el petróleo, y no podían hacerlo…

“Antes de ese acontecimiento, el mercado al contado, con sede en Ámsterdam, había sido una parte muy minoritaria de la comercialización mundial del petróleo. Ahora, de repente, los británicos, que son el factor clave en este asunto, hicieron un nuevo acuerdo con el rey de Arabia Saudita. Y la organización, que se llama hoy en día la [fábrica de armamento] BAE, se estableció como una operación de inteligencia militar saudí-británica. Así que… a partir de esto, hubo un acuerdo bajo el cual los saudíes hicieron una operación corrupta con los servicios de inteligencia británicos, utilizando el mercado al contado. Enormes cantidades de dinero y ganancias no registradas fueron depositadas a la BAE británica y servicios afines…

“El efecto de esto fue hacer que el dólar, que se seguía utilizando, ya no fuera realmente un dólar estadounidense a nivel internacional. Se convirtió en un dólar angloamericano, un ‘petrodólar’ ”. (https://larouchepub.com/lar/2008/3526lar_moro_event.html).

Esa explicación la dio LaRouche a un público reunido en Roma, en julio del 2008. Un año antes, LaRouche ya había dicho en una videoconferencia internacional, el 25 de julio del 2007, que el colapso del sistema financiero posterior al de Bretton Woods no podría detenerse o posponerse; era inminente, como se hizo evidente para todos en septiembre del 2008. (https://larouchepub.com/lar/2007/webcasts/3430july25_opener.html)

 

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