12 de febrero de 2022 (EIRNS) – En un artículo de opinión publicado por el semanario francés “soberanista” Marianne el viernes 11 de febrero, Peter Dittus y Hervé Hannoun, abogan porque Francia se salga del comando integrado de la OTAN. El economista alemán Peter Dittus, fue secretario general del Banco de Pagos Internacionales (BPI) desde el 2005 al 2016, y el francés Hervé Hannoun fue director general adjunto del BPI del 2006 al 2015.

Sus argumentos son la sustancia del nuevo libro de Dittus y Hannoun titulado “OTANexit: Urgence Absolue” (La salida de la OTAN: emergencia absoluta), publicado el 16 de enero. 

“Desde noviembre del 2021”, dicen los autores, “los franceses, al igual que otros pueblos de Occidente, han sido sometidos a un condicionamiento mental sin precedentes, dirigido por Estados Unidos y la OTAN, sobre el tema de la ‘inminente invasión rusa a Ucrania’, lo cual puede pasar a la historia como un episodio de desinformación al estilo de la inteligencia fabricada sobre las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein en el 2003”.

Esto es una mentira, afirman. “La única guerra que la OTAN parece estar ganando es la de la información. En nuestro libro mostramos este llamativo mapa propagandístico alemán del semanario Bild, del 4 de diciembre del 2021, en el que se ofrece un imaginario plano detallado de la ‘inminente invasión rusa’. El papel de la propaganda es aterrador, por la carga de odio que generan las mentiras de ambos bandos. Por parte de la OTAN, el discurso agresivo y belicoso de su secretario general, Jens Stoltenberg, recuerda irresistiblemente a la famosa inversión orwelliana: ‘la paz es la guerra’”.

Por otra parte, los autores plantean que “Francia dispone de un arma diplomática para resolver la grave crisis entre la OTAN y Rusia. El detonante de esta crisis fue el empecinamiento de Jens Stoltenberg y de los estadounidenses en perseguir desde el 2018 un proceso insidioso de adhesión de Ucrania a la OTAN, llamado ‘política de puertas abiertas’, visto por Rusia como una amenaza a su seguridad. Para poner fin a la confrontación actual, el Presidente Macron debería simplemente declarar solemnemente en nombre de Francia que su país se opondrá a cualquier solicitud de Ucrania para ingresar en la OTAN.

“Como las decisiones sobre la adhesión a la Alianza requieren unanimidad, Francia puede ejercer el veto. Al hacerlo, el Presidente estaría en consonancia con los compromisos que asumió durante su campaña presidencial del 2017 de no apoyar la expansión de la OTAN a Ucrania. Sería una salida elegante a la crisis. Desgraciadamente, el Presidente francés, durante su visita a Moscú y luego a Kiev, los días 7 y 8 de febrero del 2022, no consideró esta sencilla solución porque la diplomacia francesa no se opuso en los órganos de la OTAN a la disparatada ‘política de puertas abiertas’, a la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN. Por otra parte, Francia apoya a la OTAN y al G7 en su demanda de la devolución de Crimea a Ucrania, sabiendo muy bien que esto no puede hacerse sin una guerra, posiblemente nuclear”.

“En el momento del referendo de 1992 sobre el tratado de la Unión Europea (Maastricht), nadie podía imaginar que este gran proyecto de Mitterrand y de Kohl para la paz se vería desviado, a partir de 1998 en adelante, por el proyecto geopolítico estadounidense de tomar control de facto de la política de defensa y seguridad común europea. Esto se debió a la ampliación simultánea de la Unión Europea y de la OTAN a diez países de Europa del Este entre 1991 y el 2007, y también a la decisión del Presidente Sarkozy, con consecuencias de gran alcance, de abandonar en el 2008 la posición estratégica gaullista de negarse a participar en el mando militar integrado de la OTAN.

“Desde el momento en que 21 de los 27 miembros de la Unión Europea, incluida Francia, se volvieron miembros de pleno derecho de la OTAN, se traicionó el espíritu inicial de Maastricht, porque ‘Europa por la paz’ iba a verse inevitablemente frustrada por la interferencia de Estados Unidos, con sus propios objetivos geopolíticos, en la política de defensa y seguridad común europea. En realidad, no puede haber una defensa francesa o europea independiente en el marco actual de participación en el mando militar integrado de la OTAN por parte de Francia y 21 Estados de la Unión Europea. El concepto de ‘autonomía estratégica europea’ dentro de la OTAN es una ilusión, dado el control de Estados Unidos sobre esta Alianza…”.

Los autores concluyen que “La alineación actual de Francia con la OTAN, a través de su participación en el mando militar integrado bajo la dirección de Estados Unidos, es un callejón sin salida estratégico para un país con vocación universal como Francia. Hoy, este país tiene un papel histórico que desempeñar para detener la marcha hacia la guerra en Europa, iniciada por los sonámbulos de la OTAN. La salida de Francia de la OTAN, que marcará el fin de la alineación de la política de seguridad exterior francesa con Estados Unidos, tendrá un inmenso impacto en el mundo.

“Será la señal de la independencia de Europa del excepcionalismo estadounidense, la renovación del multilateralismo, la aparición de un mundo multipolar y la rápida desaparición del obsoleto marco de la OTAN. Francia redescubrirá entonces su vocación universal, para contribuir al equilibrio mundial a favor de la paz, y desempeñando, gracias a su imparcialidad redescubierta, un papel de síntesis en el seno del P5, el concierto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Reino Unido, China, Rusia y Francia), un P5 cuya composición se debe mantener y cuyo papel de regulador de la paz mundial debe reforzarse”, concluye el artículo.