17 de febrero de 2022 (EIRNS) — La dirigente del Partido Socialista Progresista Ucraniano, doctora Natalia Vitrenko, publicó el 15 de febrero en su página web un video en el que se pregunta ¿quienes piensan que se benefician con una guerra en Ucrania? Ella concluye con que solo a la dirigencia del Reino Unido y de Estados Unidos, cuyos motivos para la guerra se originan en el colapso económico de las economías “anglosajonas” transatlánticas. (youtu. be/vFbXvunpfqc).

Ni Rusia, ni la población de Ucrania quieren una guerra, dice. El gobierno ucraniano está dividido: algunos se dan cuenta de que la ya de por sí golpeada economía nacional se derrumbaría por completo en una guerra, pero otros están presos de una obsesión demencial que ha crecido en los últimos años, sobre la necesidad de combatir a Rusia. Los dirigentes de la segunda tendencia, la facción fascista que está incrustada en las instituciones militares, tienen un poder de chantaje sobre la primera tendencia. El 14 de febrero, el servicio de inteligencia ucraniano (SBU) emitió la orden de que los medios informativos ucranianos dejen de hacerse cómplices de quienes difunden el pánico sobre una “invasión rusa”, a lo que califican como una forma de guerra híbrida. Si fueran serios, observa Vitrenko, arrestarían a los personajes más notables del golpe de Maidán en 2013 y 2014, quienes siguen lanzando consignas que piden matar “Moskali” (forma peyorativa de “moscovitas”), y dejarían de proteger al grupo paramilitar neonazi, supremacista blanco, “S14”. 

La Unión Europea tampoco se beneficiaría con la guerra, porque se desataría una inflación muchísimo peor que causaría muchos más problemas de los que ya padece Europa con los precios de la energía. Pero los “anglosajones” quieren dominar el mundo y destruir a Rusia, dice ella. Vitrenko, que es economista, destaca el cáncer financiero que crearon los anglosajones a través de la especulación con derivados y demás, que está arruinando a toda la economía mundial, además de que Estados Unidos no ha podido vencer ni la pandemia ni la inflación, y tanto Estados Unidos como el Reino Unido tienen una balanza comercial negativa y una enorme deuda externa. Se acercan las elecciones de medio período en Estados Unidos y Biden no tiene nada que ofrecer o mostrar, de ahí que traten de torcerle el brazo a Ucrania para que se lance a una guerra contra Rusia, en opinión de Vitrenko. 

Vitrenko explica cómo ha cundido el pánico entre círculos prominentes en Kiev, en donde las embajadas extranjeras están despachando su personal fuera del país, los empresarios adinerados (“oligarcas”) salen en sus aviones privados, y la Verkhovna Rada (la legislatura unicameral) es incapaz de reunir un quórum para sesionar (solo 216 de los 446 miembros se presentaron el martes 15). 

En particular, destaca la atrocidad de que la embajada de Estados Unidos fue reubicada a la ciudad de Lviv, que es el baluarte del movimiento neonazi del colaborador de Hitler, Stepan Bandera, una maniobra que Vitrenko considera tiene el objetivo de “aterrorizar” a la población ucraniana, “incluyéndome a mí”, porque “yo estoy en Kiev y no voy a ir a ningún lado”. Especialmente peligroso, señala Natalia Vitrenko, es la retirada del personal de la misión de observadores de la Organización de Seguridad y Cooperación Europea (OSCE) que estaba en la región del Donbás, porque ese personal es la única capacidad externa existente para documentar lo que realmente sucede en esa zona de conflicto. En ese sentido, el peligro existe de que estalle una guerra con una operación ucraniana de bandera falsa para justificar un ataque sobre el Donbás y tratar de tomarlo a la fuerza, con el propósito de provocar a Rusia para que entre en su defensa; ya se han desplegado 150.000 soldados ucranianos a la línea de contacto con el Donbás. 

Con base en todo esto, Vitrenko espera una guerra. Quizás se pueda mantener como guerra local, pero quizás no. El 15 de febrero la iglesia ortodoxa oriental celebró la Fiesta de la Candelaria, y uno de sus elementos es rezar al ícono de la virgen que muestra al niño Jesús, para “moderar a los corazones malos”. Vitrenko hace un llamado a orar, pero al mismo tiempo a seguir luchando hasta donde sea posible para impedir una guerra.