1º de abril de 2022 (EIRNS) — La ex Presidente de Brasil, Dilma Rousseff, identificó la lucha entre el neoliberalismo del capital financiero, y el paradigma del “desarrollo compartido” que promueve China, como las opciones que enfrenta el mundo ahora, en su discurso de apertura en el seminario sobre China y Latinoamérica que se llevó a cabo el 19 de marzo, patrocinado por los Amigos de China Socialista. 

Las autoridades de Estados Unidos le han estado diciendo a todo el mundo, incluyéndola a ella, que ningún país, en especial China, podría desarrollarse a menos que se basara en dos pilares: la economía de libre mercado y la democracia liberal, informó la ex Presidente Rousseff. Pero luego, “en contra de lo que esperaban las élites estadounidenses, la crisis financiera de 2008 no tuvo lugar en China. En cambio, estalló en los países occidentales. Fue ese hecho el que cambió la mentalidad de los sectores del Estado profundo hacia China. Ante esta evidencia, llegaron a la conclusión de que el ascenso de China debía ser contenido o frenado”, o su dominio en el mundo se vería en peligro. 

Está claro que ese domino ya no existe, señaló Rousseff, y explicó vigorosamente que si se compara a China con Estados Unidos en términos de sus repuestas a la pandemia del COVID, del ritmo de recuperación económica, de la educación, ciencia y tecnología, la gobernanza interna y la gobernanza mundial, independientemente de si se está a favor o en contra del socialismo, la balanza de la competencia se inclina hacia China. 

Dilma Rousseff enumeró las diferencias en la propagación de la COVID, las muertes, la producción y el suministro de vacunas a otros países, y el “marcado contraste” entre la recuperación de la producción, el comercio y el PID después de 2020, y la contracción en Estados Unidos y en Europa. “China se ha convertido en una especie de fábrica para el mundo, mientras que Estados Unidos se ha desindustrializado, está perdiendo fuerza económica y se está transformando en un reino de las finanzas, con una fantástica concentración de la renta y de la riqueza”, explicó Rousseff. “La financialización de la economía como resultado del neoliberalismo es la culpable de matar el dinamismo del propio sistema capitalista. El crédito y las finanzas se convierten paulatinamente en obstáculos, en lugar de ser fuerzas motrices de la producción”, especificó. 

China está alcanzando una prosperidad moderada, sacando de la pobreza a 600 millones de personas; en Estados Unidos, la renta per cápita se ha concentrado y el empleo se ha reducido. La inversión estadounidense en investigación y desarrollo es la mitad de lo que era en la época de Reagan; solo el 5% de los estudiantes universitarios estudian hoy ingeniería. China está avanzando en ciencia y tecnología; un tercio de sus estudiantes universitarios estudian ingeniería, explicó Rousseff. 

Rousseff contrastó también la política de neutralidad de China con relación a la crisis de Ucrania, defendiendo la paz y la soberanía, al mismo tiempo que critica el papel de la OTAN en su contribución al conflicto, con la posición “belicista” de Estados Unidos y de los países europeos “sumisos”. 

La política de contención de China intensifica el conflicto, perjudica a todos y es absurda, exclamó Dilma Rousseff. El “desacoplamiento” aislará a Estados Unidos del entramado económico mundial, en el que unos 100 países comercian más con China que con Estados Unidos. Mientras tanto, el dólar pronto dejará de ser “insustituible”, luego de que se le despliega como “arma de represalia” a través de las sanciones. 

La dirigente brasileña concluyó, por lo tanto, que el futuro de Iberoamérica “no está con Estados Unidos”, sino con la Iniciativa de la Franja y la Ruta. “Nuestra posición es la independencia, al lado de China. Y esta independencia no es solo para los países individuales, es para la región”. (youtu. be/0cZJ2Qs1yYU).