Go to home page

¡Ha llegado nuestro momento!

13 de abril de 2022 (EIRNS) — La supervivencia duradera de la humanidad, en una condición de crecimiento feliz y próspero, exige, de inmediato, que el paradigma rector de la élite angloamericana --a través de sus instituciones financieras, ambientales, militares, académicas y propagandísticas-- sea sustituido inmediatamente por un nuevo paradigma coherente con la verdadera naturaleza de la humanidad como única especie conocida capaz de razón creativa. 

El Instituto Schiller ofreció este fin de semana al mundo un poderoso diálogo con este fin, con su conferencia para una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo para todas las naciones del mundo. Importantes dirigentes que representan naciones e institutos de los continentes y culturas del mundo se reunieron para dialogar, con su cuota de desacuerdos, guiados por un compromiso compartido de permitir a la razón la libertad de manifestarse. 

El ejemplo que ofrece ese diálogo nos permite enfrentarnos directamente a una realidad que se nos anima a mantener a distancia: ¿A dónde nos llevarían las numerosas decisiones, grandes y pequeñas, tomadas por la casta dominante angloamericana (con la OTAN y la Unión Europea) para provocar a Rusia y a China? ¿Es el cataclísmico “fin del juego” de la confrontación nuclear una posibilidad que podemos interiorizar? 

En función de la población, la mayoría de los habitantes del mundo no han votado contra Rusia en la ONU. La mayor democracia del mundo, India, se ha negado a sumarse a las sanciones masivas impuestas a esa nación. La Unión Africana, reacia a verse arrastrada al conflicto Ucrania-Rusia (léase OTAN-Rusia), aún no ha respondido a la llamada de Zelenski para hablar ante ella, y Kenia, una de las dos naciones africanas que actualmente forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU, le negó su petición de dirigirse a su parlamento. 

Sin embargo, la presión suicida continúa, destruyendo la industria europea mediante sanciones, desviando el debate significativo sobre las mejoras internas y acelerando los esfuerzos para destruir la seguridad energética poniendo fin a la utilización de los hidrocarburos. 

Este no es un juego que se pueda ganar. Pero es un juego en el que todos podríamos perder. 

Ampliemos esto. A lo largo de la historia, el éxito humano no proviene de aprender las reglas de los juegos ideados por el hombre, sino de aprender verazmente a romper con las reglas, de la sociedad, del arte o de la ciencia. Johannes Kepler logró los primeros avances de la ciencia moderna rompiendo con los enfoques del pasado, no aprendiendo a cómo aplicarlos mejor. Estados Unidos se convirtió en la economía más poderosa del mundo al implantar un sistema económico que rompió con el modelo imperial británico. Lyndon LaRouche y el movimiento LaRouche han llegado a ocupar un potencial indispensable hoy en día al romper, de manera legítima, con las reglas establecidas de la política. 

Es un momento en el que hay que garantizar que tus acciones cuentan. 

Abandonemos la geopolítica. Abandonemos las teorías económicas que determinan que el valor viene del dinero o del trabajo. Riámonos de las teorías epistémicas que valoran la autoridad o la identidad. Dejemos atrás el culto verde de Malthus. 

Liberados de estas visiones imperiales, ¿hay límites al crecimiento? 

Adoptemos la meta de colocar en un trono la búsqueda de la razón humana como el más alto de los objetivos, e identifiquemos la eliminación inmediata de la pobreza y el desarrollo de una infraestructura capaz de proporcionar la salubridad a todos los seres humanos como puntos próximos en ese camino. 

¡Llegó el momento del Movimiento LaRouche!

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

Archivo de Comentario Editorial y Actualidades

Volver    Volver al inicio

clearclearclear