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India no baila al son que le toca Washington

13 de abril de 2022 (EIRNS) — Luego de varias visitas amenazadoras de altos funcionarios estadounidenses a Nueva Delhi; del decreto que emitió la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, el miércoles pasado, en el sentido de que “nosotros preferiríamos obviamente que India abandonase su historia de largo aliento de asociación no alineada en el G77 con Rusia”; y de la intervención personal del Presidente Biden antes de la reunión de los ministros de la diplomacia y la defensa de ambos países el lunes 11 en Washington; al final del día, India no se doblegó a las exigencias fundamentales de Estados Unidos: a saber, que India condenara a Rusia como responsable por la guerra en Ucrania y las violaciones a los derechos humanos, y que redujera y luego parara por completo las compras de energía y productos de defensa a Rusia.

En el documento final que firmaron los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de ambos países (la Reunión “2+2”) no se menciona Rusia para nada, y Ucrania se menciona una vez y solo para informar que “los ministros revisaron los esfuerzos mutuos para responder a la crisis humanitaria agravada en Ucrania” y exhortan a cesar las hostilidades de inmediato.

La Casa Blanca había arreglado una llamada entre Biden y el Primer ministro Modi antes de que comenzara la reunión “2+2”. Biden había dicho públicamente que hablarían sobre los efectos de la “guerra rusa”; Modi habló de sus esfuerzos personales para fomentar las pláticas directas entre los Presidentes de Rusia y de Ucrania, y la esperanza que tiene India en que las negociaciones en marcha entre los dos países conduzcan a la paz. El funcionario de alto nivel (quien informó a condición de permanecer anónimo) que dio el informe sobre la conversación privada de una hora, calificó cuatro veces la reunión como “franca” y “muy franca”, que es la palabra estándar en la jerga diplomática para califica una trifulca.

Pero la arrogancia en Washington es impresionante. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, les dijo a los periodistas que Biden le “transmitió” a Modi que “no es del interés de India acelerar o aumentar las importaciones de energía rusa ni de otros productos básicos”, y que le dejó “muy claro el efecto que tendrían nuestras sanciones”. Dijo también que Biden le “dejó muy claro que estaríamos muy contentos de ayudarlos en la diversificación” de sus importaciones de energía para que no dependan de Rusia.

“Diversificar” significa que dejen de lado los combustibles fósiles, como lo aclaró el secretario de Estado, Tony Blinken, en la rueda de prensa conjunta de los 2+2. Blinken reconoció las enormes necesidades energéticas de India (“India es el tercer consumidor de energía más grande del mundo… La demanda de electricidad se proyecta que será el doble para el 2030”), pero alegó que la manera de satisfacer “las necesidades del pueblo indio, de la economía india”, es cumpliendo con las metas climáticas de India en las exigencias verdes maltusianas de la COP 26. Blinken les ofreció lo que está haciendo el Buró de Energía del Departamento de Estado “sobre las vías más económicas para la descarbonización”.

Hay que agregar a todo esto el descarado reconocimiento que ofreció el funcionario del gobierno de Biden que dio el informe sobre la conversación, de que Estados Unidos ve el conflicto fronterizo entre India y China como algo útil para sus designios de voltear a India en contra de Rusia: “Sabemos que India tiene inquietudes sobre los vínculos entre Rusia y China. India, por supuesto, enfrenta una situación muy tensa a lo largo de la Línea de Control Real (de la frontera India-China). Y cuando India ve los estrechos lazos entre China y Rusia, eso va a afectar obviamente su manera de pensar”, dijo el funcionario anónimo. 

 

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