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Reconocer las líneas rojas, lleva al mundo a un nuevo paradigma

19 de abril de 2022 (EIRNS) — Ya es bastante malo que Occidente haya ignorado la línea roja de Rusia contra la expansión de la OTAN hacia sus fronteras; pero casi nadie en las filas del liderazgo nominal es lo suficientemente honesto y moral como para reconocer este error, y empezar a actuar con responsabilidad. Ahora se están cruzando más líneas rojas. En esta peligrosa y fea situación, los individuos singulares que tienen el carácter para reconocer las líneas rojas, ver el panorama general y defender un nuevo paradigma, cuentan inconmensurablemente en la historia. 

Una de las líneas rojas actuales de Rusia es que no se desplieguen fuerzas de la OTAN ni de Estados Unidos en Ucrania. El 15 de diciembre del 2021, Rusia dio a conocer esta disposición de seguridad por escrito a Washington, Bruselas y a todas las capitales de los países miembros de la OTAN, pero fue ignorada por completo. Ahora, varias fuentes, entre ellas el destacado colaborador del diario francés Le Figaro, Georges Malbrunot, han informado que la Fuerza Delta estadounidense y el Servicio Aéreo Especial (SAS, por sus siglas en inglés) británico tienen fuerzas en Ucrania, a pesar de que Washington objeta que no tiene “botas sobre el terreno” allá. 

En Washington, el senador Chris Coons (demócrata) pide ahora a gritos el despliegue de tropas estadounidenses en Ucrania. Coons es un amigo de Biden, y ahora ocupa el escaño que Biden había tenido en Delaware. 

Biden, Jens Stoltenberg, jefe de la OTAN, y el Primer ministro británico, Boris Johnson, están actuando para frustrar cualquier negociación que busque una solución entre Ucrania y Rusia. El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de la política exterior, Josep Borrell, ha dicho expresamente que solo puede haber una “solución militar”. El 9 de abril, tras visitar al Presidente Zelenski en Ucrania, tuiteó: “Esta guerra se ganará en el campo de batalla”. 

En consecuencia, los ucranianos rechazaron la oferta rusa hecha el 17 de abril de “preservar la vida” a quienes están atrincherados en la enorme planta siderúrgica de Azovstal en Mariúpol, que depusieran las armas. Los informes de última hora indican que las fuerzas rusas están haciendo una fuerte movilización allí y en otros lugares del Donbás. La Casa Blanca ha anunciado que el Presidente Biden celebrará una teleconferencia al respecto el 19 de abril con los mandatarios europeos. 

Luego de repasar los detalles de estos factores, la presidenta del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, hizo ayer un llamado para que se alcen más voces de cordura, de todos los países y circunscripciones, para proporcionar liderazgo contra esta locura y movilizarse en favor de acciones acordes con un nuevo paradigma de relaciones internacionales. 

Por supuesto, debido al bloqueo de los medios de comunicación, millones de personas en Occidente no tienen ni idea de que hay una historia del avance de la OTAN hacia las fronteras de Rusia, que es muy anterior a lo que se les dice que es un ataque ruso “no provocado” contra Ucrania el 24 de febrero. Pero el hedor de las mentiras en Washington, Londres y Bruselas es tan malo que la gente puede espabilarse rápidamente. 

Otra línea roja que están cruzando es la de que Taiwán forma parte de una sola China, algo que la OTAN global niega, mientras que Washington lo afirma solo dientes para afuera. La semana pasada, el senador Lindsey Graham (republicano de Carolina del Sur) y Bob Menéndez (demócrata de Nueva Jersey) encabezaron una delegación con otros congresistas en un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que viajó a Japón, Australia y Taiwán. Graham se reunió con la presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen. Menéndez y Graham abogaron por un refuerzo militar AUKUS (Australia, Reino Unido, Estados Unidos) en el Indo-Pacífico, para hacer frente a China. “Esta es una oportunidad para que las democracias se enfrenten a los matones y se verá una reacción contra los matones en todo el mundo”, declaró Graham con locura. 

Mientras tanto, China y Rusia están actuando en sus intereses económicos y estratégicos nacionales de forma concertada y en profundidad. El Presidente de Rusia Vladimir Putin se reunió ayer con sus principales funcionarios de la economía, para hablar de la economía rusa en una videoconferencia televisada. Afirmó que el “blitzkrieg económico” de las sanciones contra el país está teniendo el peor efecto sobre sus causantes en Occidente. Mientras tanto, Rusia ha seguido enviando trigo a determinados países, como Turquía, Egipto, Irán, Argelia, Sudán y China. El 17 de abril, Rusia también anunció que aumentará el volumen de fertilizantes que enviará, en 700.000 toneladas métricas. 

En China, el Consejo de Estado ha informado esta mañana sobre los avances económicos del primer trimestre, con un rendimiento global interanual del 6,5% de aumento en el sector manufacturero, y medidas similares. En la lucha contra el COVID-19, China está innovando medidas para lo que se denomina “gestión de circuito cerrado” de la producción en las fábricas. Los trabajadores de las comunidades con el virus del SARS-CoV-2 activo, trabajarán en las fábricas durante un periodo de 14 días en condiciones muy seguras y vigiladas, y luego tendrán un descanso, con pruebas y nuevos ciclos de trabajo previstos. La idea es salvar vidas, y al mismo tiempo, proporcionar los medios para vivir, sin concesiones. 

Contrasta esa situación con la evidente desintegración y paralización de la producción en el transatlántico, en los sectores más básicos de la energía, los alimentos y el agua. Un ejemplo reciente lo pone de manifiesto. La compañía ferroviaria Union Pacific, con sede en Omaha (Nebraska), principal transportista ferroviario para los estados agrícolas desde Iowa hasta California y Texas, ha informado a CF Industries (CFI), una importante empresa de fertilizantes nitrogenados, que tiene que reducir sus envíos de fertilizantes por ferrocarril en un 20%, porque la Union Pacific no puede manejarlos. La Union Pacific está tratando de reducir su retraso en los envíos de cereales, etanol y otros productos básicos. La capacidad ferroviaria de Estados Unidos está subdesarrollada desde hace décadas, debido a la desregulación, la financialización y las fusiones. Esto significa un desastre para las cosechas y los agricultores, que es lo que dijo el presidente de la CFI en una declaración la semana pasada. 

Si se combina este trastorno con el enormes impacto de la sequía en el oeste de Norteamérica, que afecta a California, a través del Altiplano hasta México, las condiciones para una crisis alimentaria para los estadounidenses “en casa” son inminentes. Se han producido incendios forestales en las tierras en las que se produce trigo, de Kansas y Texas, ya que están muy secas. La causa no es el cambio climático: Es la falta de construcción de infraestructura hidráulica durante décadas. No se puede culpar a Putin. 

Por lo tanto, los peligros inmediatos de la guerra nuclear, las luchas geopolíticas prolongadas y el colapso económico son todos aspectos de la desintegración del sistema político de Wall Street y la City de Londres cuyos dirigentes de la casta dominante representan sólo a sus propios seres inútiles, y a nadie más. La situación exige que se activen los líderes por el bien común, que se negocie la más pronta resolución en Ucrania, y que se actúe de forma concertada contra el hambre, para satisfacer las necesidades sanitarias mundiales, y para asegurar el futuro.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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