21 de abril 2022 (EIRNS) — Las tasas de inflación en toda Iberoamérica, que a menudo marcan récords mensuales, están causando estragos absolutos, poniendo los alimentos y el combustible fuera del alcance de los sectores más pobres de la población, lo cual está provocando una protesta generalizada. Los gobiernos parecen completamente indefensos e incapaces en una situación provocada por décadas de especulación financiera global, y ahora por la manía de las sanciones occidentales contra Rusia y la consiguiente espiral de aumento de precios y escasez de alimentos y combustible. El diario argentino Ámbito Financiero advierte que si en el mes de abril continúa la tendencia iniciada a mediados del año pasado, la mayoría de los países del subcontinente sudamericano verán al menos un 10% de inflación anual, lo que no tiene precedentes en ningún período de lo que va del siglo 21. 

Cuatro de las diez naciones sudamericanas tienen ya una inflación anual de dos dígitos (Venezuela, Argentina, Brasil y Paraguay) y otras dos están a sólo 0,6 puntos porcentuales de los dos dígitos. Venezuela tiene la tasa de inflación anual más alta, con un 284,4%, seguida de Argentina con un 55,1%, Brasil con un 11,30%, y Paraguay con un 10,1%. Le siguen Chile, Uruguay, Colombia y Perú, cada uno de ellos con una tasa de entre el 6 y el 9%, y Ecuador y Bolivia con la más baja, con un 2,64% y un 0,77% respectivamente. Los costes de los alimentos, el combustible y el transporte fue lo que más contribuyó a la inflación, según Ámbito Financiero. 

Para el mes de marzo, Argentina encabezó la lista con un aumento de la inflación del 6,7%. Entre febrero y marzo, el precio de la carne de ganado vacuno, alimento básico de la cesta de mercado argentina, subió un 8,2%. El precio del pollo subió un 15% en el mismo período de tiempo. El consumo anual de carne de ganado vacuno es ahora un 12% inferior al del 2019, situándose en 47,7 kilos per cápita al año. En el 2009, esa cifra se situó en 70,3 kilos per cápita. En Chile, el aumento de los precios de los alimentos en marzo fue mayor que la tasa de inflación global, de un 3,9% (el pan subió un 5,9%), aunque la gente está más preocupada por el aumento del costo del transporte, que experimentó un incremento anual del 20,5%. En los últimos 12 meses, los colombianos han experimentado un aumento anual de precios del 20,7% en la carne de ave, del 26,41% en la leche, del 35,9% en la carne de ganado vacuno y del 110% en las patatas. 

En Brasil, el aumento del costo de la gasolina anunciado por la petrolera estatal Petrobras contribuyó a elevar la inflación y el índice de precios al consumo en marzo y las dos primeras semanas de abril. En el último año, el índice de precios al consumidor se disparó un 11,3%, en comparación a la meta del gobierno de un 3,5%, según el diario económico argentino El Cronista. La revista brasileña UOL Economía informó el 17 de abril que el precio de la canasta básica es hoy un 50% más alto que en el 2020. Como el salario mínimo ha subido menos que la tasa de inflación, los ingresos familiares no pueden cubrir las necesidades básicas, y desde luego, no pueden aumentar el poder adquisitivo. El ingreso promedio de la población ha caído un 4,2% desde marzo del 2020, por lo que UOL Economía concluye con pesimismo, que “todos serán más pobres por muchos años”.