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The Economist reconoce que Occidente es odiado, pero le preocupa que en Ucrania esté en juego su “visión del mundo”

21 de abril de 2022 (EIRNS) – Bajo el título “What is at stake in Ukraine” (¿Qué está en juego en Ucrania?), el portavoz de la City de Londres, el semanario The Economist, explica en un artículo del 16 de abril que lo que está realmente en juego en Ucrania es “una visión del mundo”. ¿De quién? Mientras Putin cree que los países grandes deben dominar a los pequeños, según el autor, Ucrania afirma el principio universal de que todos los países son soberanos, y que “quien prevalezca en el campo de batalla va a ganar un argumento fundamental sobre cómo debe funcionar el mundo”. Pero ¿adivinen qué? Fuera del campo de batalla, “esta es una argumentación que Occidente está perdiendo”. ¿Por qué? Porque, como reconoce  The Economist, la mayor parte del “mundo emergente” o apoya a Rusia en su invasión o es neutral, y muchas naciones ven a Occidente como “decadente, egoísta e hipócrita”. Incluso los que podrían rechazar la invasión, piensan que no es asunto suyo. “Esto es un reproche impresionante”, señala el autor. 

El autor revela que la unidad de inteligencia del Economist la que tuvo que averiguar que la votación en la Asamblea General de la ONU en la cual 141 países votaron por una resolución que condena la invasión de Rusia a Ucrania (5 votaron en contra y 35 se abstuvieron), realmente no fue una votación a favor de Occidente: un tercio de la población del mundo viven en países que condenaron a Rusia y le impusieron sanciones, pero la mayoría de estos son occidentales. Otro tercio de la población mundial es neutral, como India, y los “aliados difíciles” Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos; y el último tercio son países que “se hacen eco de la justificación rusa para la invasión”. Esto incluye a China, que también ha denunciado los laboratorios de armas biológicas en Ucrania. 

¿Qué concluye The Economist? El poder de Occidente y Estados Unidos sobre los países pequeños va en declive; el Occidente ha perdido influencia. Hasta el momento de la invasión de Rusia a Ucrania, se lamenta el autor, Occidente “parecía haber perdido la fe en los principios universales que propugnaba”. La Unión Europea parecía “impotentemente ensimismada”. Occidente acaparó vacunas durante la pandemia mientras que China y Rusia suministraron vacunas al mundo. Así que ¿adivinen qué? Los países más pobres ven a Occidente como hipócrita. Europa habla de derechos universales, pero mira cómo trata a los refugiados. Hubo la invasión ilegal de Iraq, no autorizada por la ONU. Saddam Hussein, el criminal, no podía ser más diferente de Zelenski. “Sin embargo, a los gobernantes de otros países les preocupa que, si Occidente tiene libertad para actuar como juez, jurado y verdugo, se les aplique una justicia sumaria”. 

En nombre de la City de Londres, el Economist afirma que “esto es un cóctel venenoso de agravios legítimos y de exageración, todo ello mezclado con un persistente resentimiento del colonialismo”. Pero, no hay que preocuparse, dice el portavoz del imperio británico. Puede que Occidente esté en decadencia, pero la gente debería estar tranquila, porque el mundo que Putin propugna sería incluso “más decadente y egoísta y amoral que el que existe hoy”. Todo lo que Putin dice sobre los nazis, que la OTAN suponía una amenaza a Rusia y provocó la guerra, son mentiras, y todas ellas son decadentes e interesadas. Pero el gran miedo del Economist es que efectivamente el orden mundial cambie, si Putin se impone en Ucrania, y predice que “la intimidación, las mentiras y la manipulación permearán aún más el comercio, los tratados y el derecho internacional; toda la panoplia de acuerdos que se dan por sentados con tanta facilidad, pero que mantienen girando al mundo”. 

(economist. com/leaders/2022/ 04/16/what-is-at-stake-in-ukraine).

 

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