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Acabemos con el orden mundial "basado en reglas" de la OTAN: ¡A producir alimentos para combatir la hambruna, no armamento para prolongar la guerra!

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28 de abril de 2022 — Hay un enfrentamiento abierto ya, entre las naciones y mandatarios que defienden las medidas para poner fin al conflicto en Ucrania y producir más alimentos para impedir la hambruna, contra los intereses financieros y políticos transatlánticos que insisten en imponer su orden "basado en reglas" y sanciones, que quieren enviar más armas a Ucrania, y a quienes nada les importa si eso impide resolver el conflicto o crea una hambruna desesperante mayor. Nos enfrentamos a la amenaza de una guerra nuclear. 

¿Quién está a favor de aumentar la producción de alimentos? La lista informal de los comprometidos con el suministro de más alimentos va desde India hasta Argentina, pasando por África, así como Rusia y China. También incluye a todos los agricultores de Europa y Estados Unidos e India, que llevan años protestando por el derecho a poder seguir produciendo alimentos. E incluye al Instituto Schiller, que ha venido liderando la pelea precisamente en este asunto. 

Entre los que se oponen a las medidas económicas necesarias para producir más alimentos, se encuentran el gobierno de Estados Unidos, la Comisión Europea, el G7 (dominado por Estados Unidos y el Reino Unido) y las estructuras financieras del FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC), entre otros, junto con las redes de financieros especuladores que giran en su órbita, que se esconden particularmente detrás de las reglas del "libre" comercio, detrás de sus inquietudes “verdes” y de los “derechos humanos” que no tienen que ver con los alimentos. Ahora, 1.700 millones de personas se dirigen a la hambruna, advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. 

India puso esta cuestión en el orden del día para todo el mundo, el 22 de abril en Washington, DC. Al final de la conferencia anual de primavera del FMI y el Banco Mundial, dos funcionarios representantes del gobierno de India dieron ese día una rueda de prensa: la ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman, y el embajador de India en Estados Unidos, Taranjit Singh Sandhu. Sitharaman informó que ella le dijo a los funcionarios presentes en la cumbre que “países como India, que tienen un potencial para exportar la producción agrícola, en particular cereales, han enfrentado dificultades con la Organización Mundial del Comercio”. 

Entre las "dificultades" a las que la ministra se refirió cortésmente, está la subversión basada en las reglas de la OMC contra el derecho soberano de los gobiernos a apoyar a sus agricultores, de mantener reservas de alimentos, exportar e incluso intentar una autosuficiencia alimentaria. Desde su fundación en 1995, la OMC justifica la supresión del suministro de alimentos de las naciones, con su decisión de que la seguridad alimentaria sólo puede provenir del "acceso a los mercados mundiales", no de que cada país desarrolle su sector agrícola. 

Según las normas de la OMC, la India apoya a sus agricultores con más del 10% de sus costes, por lo que no se le puede permitir a India que exporte trigo y arroz, ¡porque violarían los derechos de los agricultores estadounidenses, europeos y de otros países a vender cereales! 

Movilización agropecuaria 

Ha que detener esa tiranía mortal. Apoyar a los agricultores de todo el mundo y hacer que lleguen los alimentos a todos los que los necesitan, desde Afganistán hasta Yemen, pasando por África y Haití. 

En primer lugar, hay que poner en marcha medidas de emergencia, coordinadas por los líderes de las principales naciones productoras, para conseguir insumos de fertilizantes, combustible, semillas, productos químicos y maquinaria --que ahora están interrumpidos-- para apoyar a los agricultores, con todo, en los lugares seleccionados que pueden producir la mayor cantidad de cultivos exportables en el menor tiempo posible, como la India. En el caso del trigo, por ejemplo, esto significa aumentar los 200 millones de toneladas métricas (mtm) que se exportan anualmente. Esto hay que duplicarlo tan pronto como sea posible. Compensar la pérdida de 19 mtm de las exportaciones anuales de trigo de Ucrania, y reconstruir la economía de ese país lo antes posible. Hay que hacer lo mismo con respecto al arroz, los aceites y otros productos básicos. 

En segundo lugar, hay que echar a andar la infraestructura de apoyo para la agricultura moderna en todas partes: agua, energía, transporte, investigación científica de cultivos, capacidad agroindustrial y procesamiento de alimentos. Esto significa reemplazar el sistema monetarista que ahora está en quiebra por la especulación, los rescates financieros y décadas de no hacer inversiones productivas. 

El objetivo es duplicar la producción mundial de alimentos lo antes posible, hasta alcanzar una producción mundial de más de 4.000 mtm de cereales de todo tipo. Más de 800 millones de personas sufrían inseguridad alimentaria antes de la pandemia y la hiperinflación, y ahora mil millones de personas podrían enfrentarse a la inanición en el próximo año, si no hacemos lo necesario para cambiarlo. 

Aliados en la producción 

El Primer Ministro de la India, Modi, dijo al Presidente Biden a principios de este mes que la producción de cereales de India es suficiente como para ayudar a cubrir el déficit mundial de trigo, que se ha visto agravado por la crisis de Ucrania y las sanciones contra Rusia, si la OMC levanta sus restricciones. En Argentina, el ministro de Asuntos Exteriores, Santiago Cafiero, dejó en claro el 23 de abril que su país hará todo lo posible para combatir el hambre, y no se sumará a las sanciones contra Rusia. Argentina considera que la seguridad alimentaria es un tema fundamental que debe discutirse en la Cumbre de las Américas que se celebrará en junio en Los Ángeles, California. Rusia le suministra fertilizantes a India, Brasil y otros países. 

Estos compromisos para combatir la crisis alimentaria son sólo una parte de la realineación mundial que está en marcha, y que es esencial para derrotar la embestida de la OTAN global en favor de la guerra y el hambre. Occidente está suministrando armas a Ucrania, y saboteando toda negociación diplomática para llegar a una solución. Occidente exige que culpemos del hambre a Rusia, pero impide que se aumente la producción de alimentos para acabar con la hambruna. Esto es una locura. 

Únete a la campaña del Instituto Schiller como foro político por la convocatoria de una conferencia internacional para lograr una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo, en el interés de todas las naciones. 

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