30 de abril de 2022 (EIRNS) — A pesar de lo que diga Biden respecto a que las opciones militares no están en el tapete con relación a Ucrania, y de que no quiere desatar la Tercera Guerra Mundial, la realidad es que Estados Unidos ya es una parte beligerante en la guerra de Ucrania, como lo analiza el comentarista James Carden en un artículo publicado el 19 de abril en el portal de noticias hongkonés Asia Times. No se puede eludir esa verdad. Estados Unidos proporciona asistencia militar con un valor de varios miles de millones de dólares, participa en el intercambio de inteligencia con las fuerzas armadas ucranianas, y según un funcionario anónimo del Pentágono, es “probable que tengamos una huella limitada sobre el terreno en Ucrania, pero bajo el Título 50, no el Título 10”, es decir, agentes de inteligencia y paramilitares estadounidenses.

Carden informa que Bruce Fein, experto en derecho constitucional, y ex fiscal general durante el gobierno de Ronald Reagan, le dijo que Estados Unidos y varios miembros de la OTAN “se han vuelto partes beligerantes con Ucrania contra Rusia mediante la asistencia sistemática y masiva a sus fuerzas militares para derrotar a Rusia”. Lo que esto significa, explica Fein, es que tanto Estados Unidos como sus aliados de la OTAN son vulnerables a un ataque de parte de “un enemigo beligerante”, es decir, Rusia, debido a sus “violaciones sistemáticas o sustanciales a los deberes de imparcialidad y no participación como parte neutral en el conflicto”.

Esta es la cuestión jurídica, explica Fein. “Se viola la neutralidad al permitir que un beligerante viole su integridad territorial (como han hecho Bielorrusia y Rusia con Ucrania), o al suministrar buques de guerra, armas, municiones, provisiones militares u otro material bélico, directa o indirectamente”, como lo han hecho Estados Unidos, Reino Unido y otros. La verdad es que, además, el gobierno de Estados Unidos no ha cumplido con sus deberes constitucionales, porque según la cláusula de la ‘Causa de Declaración de Guerra’ de la Constitución de Estados Unidos, tomar parte en la beligerancia, que significa que Estados Unidos ya no es neutral, “requiere una declaración de guerra”, como lo explica Fein. Por otra parte, el Congreso tampoco ha seguido los pasos establecidos en la Constitución, porque más bien ha estado presionando agresivamente al gobierno de Biden para que se involucre aún más, pero sin emitir una declaración de guerra, en lo que ya es, de manera patente, una guerra sustituta entre Estados Unidos y Rusia.

Entre otros elementos de esa situación está el caso de la resolución no vinculante de la Cámara de Representantes del 2 de marzo, “Apoyo al pueblo de Ucrania”, seguida el 10 de marzo por el voto de la misma Cámara para enviar $14.000 millones de dólares en asistencia militar a Ucrania, como parte de un paquete de gastos generales. Luego el 7 de abril, el Senado aprobó la Ley de Préstamo de Defensa de la Democracia del 2022. El 28 de abril La aprobó la Cámara de Representantes y ahora pasará al despacho de Biden para ser promulgada. Esta ley utiliza de manera perversa el lenguaje de la ley aprobada durante el gobierno de Franklin Roosevelt para ayudar a Rusia y Gran Bretaña en la guerra contra los nazis. En ese momento, Estados Unidos dejó de ser neutral en esa guerra, y se convirtió en parte beligerante. Es obvio que Rusia entenderá este significado hoy en día.

El resultado final, observa Carden, es que el gobierno de Biden y el Congreso “se están metiendo en aguas peligrosas”. Carden destaca que Estados Unidos “ha utilizado el concepto de ‘parte en beligerancia’ para apuntar al exterminio de cualquier grupo o individuo que proporcione apoyo material a Al-Qaeda o al EIIS”. Ahora, dice Carden, existe el riesgo real de que Rusia copie una página del libro de jugadas de Estados Unidos.

(asiatimes. com/2022/04/us-a-co-belligerent-in-ukraine-war-legal-expert-says/).