Scott Ritter explica: Moscú impone la realidad en el Donbás contra la guerra de información
4 de mayo de 2022 (EIRNS) — Quizás Ucrania esté ganando la guerra de información, pero las fuerzas militares de Kiev están siendo aplastadas en el terreno. Esa es la última evaluación del ex inspector de armas de la ONU, Scott Ritter, en su columna en la cadena rusa RT publicada el 1º de mayo. “Mientras que los funcionarios estadounidenses trabajan con el gobierno del Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para diseñar una percepción de la victoria de Kiev contra el ejército de Rusia, Moscú se prepara para contrarrestar con una fuerte dosis de realidad”, escribe Ritter. Esa percepción está basada en la narrativa que promueve el gobierno estadounidense de una supuesta derrota estratégica de Rusia en Ucrania, cuando la realidad es lo contrario. De hecho, Ritter argumenta que el cambio en el suministro de armas a Ucrania, desde las armas y equipo de infantería a la artillería pesada y los tanques ha sido estimulado en realidad no por las derrotas rusas en el campo de batalla, sino por las pérdidas ucranianas, incluyendo las de grandes cantidades de armas pesadas. (rt. com/russia/554729-us-ukrainian-perception-donbass/).
Ritter explica que Rusia sí tuvo problemas en la fase inicial de la operación, debido a una interpretación errónea de la situación en el terreno, una interpretación errónea que podría haber sido alimentada por la desinformación ucraniana deliberada, lo que hizo que el régimen de Kiev obtuviera algunas victorias tácticas. “Sin embargo, las limitaciones de las fuerzas armadas ucranianas no le permitieron convertir sus impresionantes victorias tácticas en resultados operacionales y estratégicos positivos”, explica Ritter. “A pesar de los costosos reveses iniciales, el Ejército ruso presionó su ataque, logrando impresionantes ganancias en el sur, donde las fuerzas rusas que operan desde Crimea aseguraron la ciudad estratégica de Jersón y avanzaron en la igualmente importante ciudad de Mariúpol”.
“Aunque asegurar la integridad territorial de la región del Donbás fue uno de los principales objetivos de la operación militar especial rusa, para lograrlo Rusia llevó a cabo amplias operaciones de apoyo, como lo fue el avance de distracción hacia Kiev diseñado para fijar a las fuerzas ucranianas en su lugar y desviar los refuerzos del frente oriental, así como una finta anfibia frente a la costa de Odessa con el mismo propósito”, explica Ritter. El despliegue de 40.000 soldados en las cercanías de Kiev nunca tuvo la intención de tomar la ciudad, sino infligir tal daño en las fuerzas ucranianas que nunca fuesen capaces de reforzar a las fuerzas en el Donbás, una tarea que, según Ritter, lograron.
“La supuesta ‘Batalla por Kiev’ es un claro ejemplo de la diferencia entre percepción y realidad”, escribe Ritter. Zelenski pudo aprovechar esa percepción “en un cambio fundamental de pensamiento en sus partidarios en Occidente, que resultó en un aumento tanto de la cantidad de dinero asignado al suministro de armas a Ucrania, así como a la calidad de las propias armas, ya que Occidente pasó de dar importancia a las armas antitanque ligeras, a poner el acento en los blindados y artillería más convencionales”. Pero la realidad es que Rusia consiguió destruir la mayor parte del armamento pesado de Ucrania, además de infligir decenas de miles de bajas. “El motivo por el que Ucrania solicitó más tanques, vehículos blindados y artillería a sus proveedores occidentales es que ha agotado sus existencias disponibles”.
Según la evaluación de Ritter —quien estuvo en la inteligencia de la infantería y fue un destacado inspector de armas, incluso en Iraq, para las Naciones Unidas— el flujo de armas de Estados Unidos y la OTAN hacia Ucrania tendrá poco efecto en el resultado en el Donbás. No solo Rusia está interceptando las líneas de suministro que van del oeste al este, sino que el ejército ucraniano prácticamente ha dejado de existir como fuerza de armas combinadas que funcione. “La batalla por el Donbás y el este de Ucrania está prácticamente terminada”, concluyó. “Esa es la dura realidad y ninguna cantidad de ilusiones o gestión de la percepción por parte de Zelenski o de sus socios estadounidenses puede cambiarlo”.
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