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El liderazgo produce milagros

11 de mayo de 2022 (EIRNS) — La pereza mental que acepta un colapso supuestamente inevitable de la producción de alimentos, del comercio de necesidades básicas, de las garantías de seguridad mutua, y realmente de la civilización, apesta a décadas de bajeza moral. Pero eso no significa que uno tenga la excusa de hundirse en ella. Las intervenciones calmadas, reflexivas, centradas y apasionadas son exactamente lo que puede asegurar el éxito. 

Un modesto ejemplo de ello es la intervención de Helga Zepp LaRouche ayer en el programa “Views on News” de la televisión pakistaní PTV, en la que atravesando la bruma de los interminables discursos sobre la guerra, y sin inmutarse, hizo un claro llamado de atención: La mete debe ser la paz, y debe hacerse ya. No hay plan B. Así que dejen de aconsejar a los propios miedos, en realidad a la propia sensación de victimización desapasionada y vacía. 

Dos de los ponentes de la Conferencia del Instituto Schiller del 9 de abril, Jacques Cheminade de Francia y Alessia Ruggeri (del Comitato per la Repubblica) de Italia, se hicieron oír en el programa de televisión del blog Database Italia el 8 de abril, en el que el argumento a favor de una calidad de liderazgo capaz de una solución del tipo de la paz de “Westfalia” al plan de guerra, se cruzó con la presencia viva de líderes que se pueden levantar y pensar, desde lo más alto. Si uno defiende la necesidad de liderazgo, entonces es una buena idea ser líder. Y en Italia, el ambiente político es alegremente inestable, y ruega por una salida a un destino de la UE que, por lo demás, es sombrío. 

En un par de semanas, una oposición muy exigua en Italia al armamento masivo de Ucrania se ha convertido en mayoritaria. Un Papa, que aunque tiene un historial de caer en fraudes, se las arregló no obstante para decir lo obvio sobre la OTAN, que es esencialmente responsable de la guerra en Ucrania; el industrial italiano y magnate de los medios de comunicación, Carlo De Benedetti, que nunca fue de fiar, pidió sin embargo que Italia se desvincule del eje de política exterior Washington-Londres; su subordinado, el secretario general del Partido Democrático italiano, Enrico Letta, exigió que Europa “¡debe moverse ahora, unida, por la paz!”. Milagros a medias, todos y cada uno. Y esta tarde, el primer ministro italiano Draghi, de entre todos, hizo una escena en la Casa Blanca, diciéndole a Biden bastante agitado: “Estamos juntos en la condena de la invasión de Ucrania, en la sanción a Rusia y en la ayuda a Ucrania, como nos pide el Presidente Volodímir Zelenski. Pero tengo que decirle que, ahora, en Italia y en Europa, la gente quiere poner fin a estas masacres, a esta violencia, a esta carnicería que está ocurriendo. Y la gente está pensando en qué podemos hacer para traer la paz... La gente cree que, al menos sobre eso quiere pensar, en la posibilidad de lograr un alto el fuego y reanudar unas negociaciones creíbles. En estos momentos esa es la situación. Creo que tenemos que pensar profundamente en cómo abordar esto”. 

Incluso el peso de la historia hizo acto de presencia, ya que el 8 y 9 de mayo, el aniversario de la Victoria en Europa sobre el horror nazi, provocó la refrescante imagen de un mundo unido para vencer al mal auténtico, no al de los dibujos animados. El “Regimiento Inmortal” marchó, desafiando a algunos para que estuvieran a la altura de las circunstancias, y provocando claramente ataques entre algunos individuos muy sucios y paranoicos, que están metidos hasta el cuello en sus actuales planes genocidas. 

Sobre lo anterior, la periodista australiana Caitlyn Johnstone planteó una reflexión clarificadora, sobre un Estados Unidos que una vez luchó en contra del totalitarismo fascista: “Probablemente valga la pena dedicar un momento a destacar el hecho de que toda esta guerra podría haberse evitado si Estados Unidos se hubiera limitado a prometer protección militar a Zelenski contra los extremistas de la extrema derecha que amenazaban con lincharlo si promulgaba las políticas de pacificación para las que fue elegido. Es un simple hecho que por una fracción del poder de fuego militar que Estados Unidos está vertiendo en Ucrania en este momento, podría haber evitado toda la guerra simplemente protegiendo la democracia ucraniana de los impulsos antidemocráticos de la peor gente de ese país”. En cuanto a esto último, déjenlo en manos de ese profundo pensador que es el secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace. Quien se puso como loco con su extraña lección de ‘historia’ de Rusia, como la fuerza fascista a conquistar en honor al Día de la Victoria, incluso mientras [Wallace] está armando y patrocinando abiertamente a las milicias neonazis en Ucrania. 

Cientos de miles de personas marcharon el lunes a lo largo de varios kilómetros por Moscú, en el desfile anual de ciudadanos del “Regimiento Inmortal”, mostrando las fotos de sus queridos héroes, en honor a sus familiares que perdieron en la Gran Guerra Patria. Y más de 1.000.000 de personas se reunieron en la Plaza Roja de Moscú para participar. Esos acordes místicos de la memoria son los que hacen inmortal al “Regimiento Inmortal”. Participar en la lucha por la verdad puede ser todo lo que tenemos, pero es suficiente.

 

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