La Cumbre de las Américas, que se celebrará del 6 al 10 de junio de este año, debe presentar una resolución franca de los Presidentes de Iberoamérica ante el señor Presidente de Estados Unidos Joe Biden para que:

1.- Detenga su estrategia de usar a Ucrania para destruir a Rusia.

2.- Detenga la extensión y expansión de la OTAN hacia el Pacífico (la OTAN Global), dado que, de no hacerlo, todo se dirige hacia una guerra frontal contra China y a esta altura de la historia de la humanidad, sería una verdadera locura que nos estaría conduciendo a una guerra termonuclear general.

Es por ello, que necesitamos que la comunidad global convoque a un alto al fuego inmediato en Ucrania, que se levanten las sanciones a Rusia y que se convoque a una Conferencia Internacional para una Nueva Arquitectura de Seguridad y Desarrollo Económico para todas las naciones, que tome en cuenta las demandas del gobierno ruso de seguridad en sus fronteras, tal y como lo plantea el Instituto Schiller en su reciente llamado. es-schillerinstitute.nationbuilder. com/llamado_del_instituto_schiller

Señor Presidente Biden: Las sanciones económicas y financieras contra Rusia están teniendo un efecto de búmeran sobre la economía mundial. Ya estamos en una estanflación global y todo se agravará si se inicia una guerra económica y financiera contra China. El desacoplamiento de las economías y del sistema financiero del Eje Transatlántico más Japón, Australia y Corea del Sur, respecto a las economías de Rusia y China, provocarán un derrumbe económico y social global mucho peor que el colapso de Europa y Asia durante la peste negra del siglo 14. Por sí solas, pueden significar la desaparición de la civilización global que nos heredó el Gran Renacimiento europeo de los siglos 15 y 16.

Además, el mundo enfrenta una crisis global de deudas derivadas de la carga que representa una burbuja especulativa de $1.900 billones de dólares, que es la causa subyacente del proceso de hiperinflación agravada por las sanciones ilegales.

La solución a este derrumbe económico usted la conoce: Usted declaró a CNN, el 15 de diciembre del 2016, que el principal error de su vida política fue su voto en 1999 a favor de la anulación de la ley Glass-Steagall de Franklin Roosevelt por parte del Presidente Clinton y el Congreso.

¡Ahora es el momento de reivindicarse!

Se necesita restaurar el sistema económico de Franklin Roosevelt a nivel mundial. Se necesita restablecer la Ley Glass-Steagall a escala planetaria y una política de relaciones de cooperación económica y buena voluntad con Rusia y China para que conjuntamente con India, esas cuatro superpotencias se deshagan del enemigo común: las oscuras fuerzas de los intereses financieros especuladores que se oponen al progreso de la humanidad —rescoldos neandertales del macartismo y la guerra fría— y funden un sistema económico capaz de eliminar la pobreza en todo el mundo. Este es el camino para restablecer el poderío económico de Estados Unidos y de toda la región iberoamericana.

Así también, se debería plantear un plan integral económico y social para resolver definitivamente las consecuencias de los conflictos y guerras en las zonas de Asia y África con eje central y complementario al Plan Estratégico de la Ruta de la Seda planteado por China.

Con todo respeto para el pueblo estadounidense, debe aceptarse sensatamente que el mundo actual ya no puede ser unipolar. Hay otras potencias a las que se les debe reconocer su lugar en el nuevo concierto de naciones bajo el concepto de la multipolaridad del siglo 21.

El siglo 21 debe ser el siglo en que la humanidad acabe con el hambre y la brutalidad de las guerras, a partir de lo cual nos permitirá superar el estado de barbarie por el que aún transitamos y volvernos verdaderamente humanos. Ese fue el mensaje que nos legaron los Tratados de Westfalia en el siglo 17, un momento glorioso de la humanidad, que sentó las bases del Estado Nacional moderno, del concepto del bien común, además de considerar que el bien de las otras naciones significa también hacer el bien para cada una de nuestras naciones y comprender finalmente que la seguridad de nuestras naciones no debe ser a costa de la seguridad y la sumisión de las demás.