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Protoimperialistas angloamericanos quieren destruir a Argentina como nación soberana

31 de agosto de 2022 (EIRNS) — En una descarada intervenci[on en los asuntos internos y electorales de Argentina, el hamponil senador estadounidense republicano de Texas, Ted Cruz, envió una carta el 25 de agosto al secretario de Estado, Tony Bllinken, en la que le exige que imponga sanciones “anti-cleptocracia” de inmediato a la ex Presidente de Argentina, y actual vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y a varios miembros de su familia, y que se le impida entrar a Estados Unidos. 

El pretexto para esta petición fue la acusación formulada dos días antes por dos fiscales argentinos, Diego Luciani y Sergio Mola, de que Fernández de Kirchner había dirigido una red de “asociación ilícita” durante sus dos mandatos como Presidente (de 2007 a 2015), y de haberse robado miles de millones de pesos mediante sobornos y coimas en la provincia de Santa Cruz. Los fiscales piden que sea condenada a 12 años de prisión y se le inhabilite de por vida por dirigir la “mayor trama de corrupción conocida en el país”. 

La causa contra la vicepresidente es tan obviamente políticamente motivada y es tan poco convincente desde el punto de vista judicial que resulta bochornoso. Los dos fiscales pertenecen a la facción corrupta del poder judicial federal vinculada al ex Presidente neoliberal Mauricio Macri, y sus pruebas “sólidas” son tan endebles y los procedimientos judiciales tan cuestionables, que los juristas y académicos los han cuestionado y criticado duramente. 

Sin embargo, el cínico y desvergonzado Cruz no se inmuta por ello, porque su propósito no es garantizar ningún “estado de derecho” como alega en su carta a Blinken. Cruz habla como muñeco de ventrílocuo de los intereses imperialistas financieros angloamericanos, y quiere dejar por sentado que ninguna nación como Argentina puede ser soberana, no puede elegir a sus dirigentes ni sus alianzas en el mundo. No se puede permitirá que Argentina se una al grupo de los BRICS (con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), ni que consolide alianzas con otras naciones en desarrollo que rechazan el “orden basado en reglas” y mucho menos que coopere con China y con Rusia. Antes de que el “republicano” Cruz hubiera salido con sus sandeces, ya varios funcionarios del gobierno estadounidense le han advertido muy directamente al Presidente Alberto Fernández que no puede continuar su relación con China. 

Cristina Fernández de Kirchner es una dirigente política por derecho propio, dos veces Presidente de la república y cuenta con una corriente poderosa de seguidores, y ciertamente será un factor de alguna manera en las elecciones presidenciales de 2023. Cruz quiere quitarla de en medio, con su ridículo alegato de que por décadas ella ha “socavado el estado de derecho en Argentina, convulsionado sus instituciones políticas y perjudicado los intereses estadounidenses en el país, y de hecho en la región”. Luego despotrica contra Rusia y China con el cuento de que “explotan la corrupción endémica… impulsada por los movimientos de izquierda en el hemisferio occidental para avanzar en sus agendas geopolíticas”. 

A los argentinos no les cae nada bien que les digan a qué dirigentes políticos pueden apoyar y cuáles no. Los ataques a Fernández de Krichner han desatado una ola de apoyo popular en el país y mensajes de apoyo de cientos de líderes políticos de Iberoamérica, Europa y otros lugares. 

(cruz.senate. gov/imo/media/doc/ cruz_letter_to_blinken_ on_cristina_fernandez_ de_kirchner_of_ argentina.pdf).

 

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