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El presidente de la Reserva Federal, Powell, exige más “dolor” a los estadounidenses y al resto del mundo

2 de septiembre de 2022 (EIRNS) — El Simposio de Política Económica de la Reserva Federal de Kansas City que se lleva a cabo cada año en el centro turístico de Jackson Hole, Wyoming, se dedicó este año al tema de “Reevaluación de las limitaciones en la economía y la programación”. Inició muy temprano el viernes 26 de agosto, y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell pronunció el mensaje inicial a las varias decenas de jefes de bancos centrales, planificadores, académicos, especuladores y economistas que acuden a estos rituales.

En resumen, el señor Powell dijo: luego de no haberles traído nada en los más de diez años desde el último crac, excepto un explosivo mercado bursátil; luego de haberles traído una inflación desbocada y desaparecerles los ingresos reales; ahora la Reserva Federal les traerá “dolor”. Para citarlo con exactitud, “algo de dolor”, dijo, lo que significará, para aclarar, un mayor desempleo, entre otras cosas.

Su breve discurso estuvo salpicado con frases como: “la reducción de la inflación requerirá probablemente un período sostenido de crecimiento por debajo de la tendencia”; la política monetaria “será suficientemente restrictiva”; y la derrota de la inflación, “requerirá probablemente el mantenimiento de una política restrictiva durante algún tiempo”, es decir, las tasas de interés seguirán aumentando significativamente en el futuro inmediato.

El mundo financiero entendió muy bien el mensaje. El mercado bursátil se desplomó en Estados Unidos y las monedas extranjeras cayeron bruscamente frente al dólar, en espera de que las tasas de interés estadounidenses seguirán subiendo, lo cual desató una mortífera fuga de capitales de los mercados del sector en desarrollo en su carrera hacia el dólar. “La Reserva Federal no va a dar vuelta aunque la economía y los mercados sufran un golpe”, informó de manera resumida el blog financiero Invezz. Para el cierre del viernes 26 de agosto, el índice Dow Jones de la bolsa de valores de Nueva York cayó en 1.000 puntos, en una sesión en la que todos los mercados estadounidenses perdieron entre el 3 y el 4%.

Powell lanzó una advertencia ruda, que si se resisten a su dolorosa política, el mundo tendría una nueva ronda de la “exitosa” terapia de choque que aplicó Paul Volcker en la década de 1980, es decir, tasas de interés de más del 20% en Estados Unidos. “La exitosa desinflación de Volcker a principios de la década de 1980 se produjo después de múltiples intentos fallidos de reducir la inflación durante los 15 años anteriores”, declaró Powell al concluir su intervención.

Sin embargo, un nervioso gerente general del Banco de Pagos Internacionales, Agustín Carstens, se preocupó de que el “dolor” fuera demasiado y muy rápido, y que aplastara a todo el sistema en el proceso. El fenomenalmente corpulento Carstens escogió una imagen de la aviación en su discurso durante la sesión del almuerzo: “Puede ser que nos estemos acercando a lo que en aviación se denomina ‘esquina del ataúd’, el delicado punto en el que un avión reduce su velocidad por debajo de la velocidad de pérdida y no puede generar suficiente jalón de subida para mantener su altitud. Se necesita un pilotaje hábil para que el avión vuelva a un lugar más seguro y estable”; lo que no es precisamente una aprobación de las bravuconadas de Powell. 

 

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