10 de septiembre de 2022 (EIRNS) — El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas se reunió en Nueva York ayer por tercer día consecutivo para tratar el tema de Ucrania. Esta vez la reunión fue convocada por Rusia, para hablar sobre el tema del flujo de armas occidentales hacia Ucrania. El embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, dijo al Consejo que sus colegas occidentales han lanzado la mayor guerra sustituta contra la Federación Rusa, utilizando a los ucranianos. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) está dirigiendo manualmente a Kiev en el “teatro de guerra”; Ucrania está inundada de instructores militares, efectivos de servicios especiales y mercenarios. Y en varios países de la OTAN se entrenan unidades militares ucranianas. 

Nebenzia subrayó que “estamos lejos del final de este proceso destructivo”, e indicó que el armamento occidental no está jugando un papel decisivo en el campo de batalla, independientemente de lo que digan los vasallos ucranianos. Las fuerzas armadas rusas, con un riesgo mínimo para sus soldados y civiles, está destruyendo no solo el antiguo armamento de modelos soviéticos, sino también las modernas armas de la OTAN. 

El régimen de Kiev está atacando ahora las infraestructuras civiles y de otro tipo, utilizando la artillería y lanzacohetes de largo alcance de la OTAN, lo cual ha provocado una carnicería en Yelenovka, el continuo bombardeo de la central nuclear de Zaporiyia y de las zonas civiles del Donbás, señaló el embajador ruso. Más aún, con el “bombeo” de armas a Ucrania, a menudo utilizada contra objetivos civiles, los países de la Unión Europea están violando sus normas de “Posición Común”, que prohíben la conexión de licencias para la exportación de armas si ello supone una violación del derecho humanitario internacional. Los principales beneficiarios son los que más ruido hacen con los “tambores de la guerra”, a saber, Estados Unidos y Gran Bretaña, cuyos contratistas militares están obteniendo enormes ganancias, agregó. 

Dirigiéndose a sus colegas de los países en desarrollo, dijo que su delegación convocó la reunión con el fin de que comprendieran el cinismo y la mendacidad de los países del Occidente colectivo en sus llamados a detener nuestra “dizque ‘guerra de elección’… Al crear un avispero neonazi en nuestras fronteras y apoyar la guerra del régimen de Kiev contra su propio pueblo en 2014, no nos dejaron otra opción”, dijo de manera tajante. (russiaun. ru/en/news/080922_sc). 

Antes había intervenido la Alta Representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, que le dijo al Consejo que ha habido informes generalizados y verificados de forma independiente sobre la transferencia de importantes sistemas de armas convencionales a grupos armados locales en Ucrania, tales como sistemas de cohetes de artillería. Expresó su preocupación general por el flujo de armas hacia una zona en conflicto, pero se mostró reacia a profundizar en las implicaciones del tráfico de armas hacia Ucrania. 

También intervino en la reunión Dragana Trifkovic, directora del Centro para Estudios Geoestratégicos, que el día anterior había enviado un breve mensaje de video a la conferencia de prensa de EIR y el Instituto Schiller el miércoles 7 de septiembre, donde se hizo un llamado para eliminar las listas ucranianas de asesinatos. Trifkovic subrayó que las armas suministradas por Occidente “están matando a la población civil sin elegir si hablan ucraniano o ruso”. Dio detalles de ejemplos de cómo los militares ucranianos utilizan armas de racimo que están prohibidas, para atacar a la población civil en el este de Ucrania, y que utiliza sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS) proporcionados por Estados Unidos, para atacar objetivos civiles e infraestructura en la región de Donetsk, como hicieron en el centro de detención de Olenivka. Con todo esto, le dijo al consejo que “se puede concluir que la parte ucraniana percibe a los civiles, así como a los prisioneros de guerra, como objetivos legítimos y que actúa para lograr el mayor número posible de víctimas entre ellos”. 

El ex inspector de armas de la ONU, y oficial de la armada (ret.) Scott Ritter, publicó en su canal de Telegram que “se suponía que también hablaría en el Consejo de Seguridad, pero el gobierno de Estados Unidos me impidió hablar. Dragana hizo un trabajo extraordinario con tan poco tiempo”. 

Los representantes de Estados Unidos y Reino Unido se mostraron disgustados, y denunciaron como siempre a Rusia como “el agresor”, sin siquiera abordar los peligros inherentes al bombeo de tantas armas a un solo país, como señaló más tarde Nebenzia. La embajadora de Reino Unido, Barbara Woodward alegó que Ucrania está luchando en defensa de los principios de la propia Carta de las Naciones Unidas, y está “teniendo éxito”. El embajador alterno de Estados Unidos, Richard Mills, acusó a Rusia de tratar de distraer la atención del tema de la reunión del 7 de septiembre, que eran las acusaciones de Estados Unidos de que Rusia está dirigiendo “campos de filtración” para la migración forzada de ucranianos a Rusia.